Iñaki Galdos Amentzerauta blogean (Noticias de Gipuzkoan 2016ko Maiatzak 4an argitara emana)
Aberriberri-ren oharra: Artikulua nahiz eta orain dela hilabete dexente argitaratu zen, oraindik gaurkotasuna duela iruditu zaigu
Amén de su indudable contribución académica, debemos reconocer a los profesores De Pablo, Mees y Rodríguez Ranz su afortunada aportación de la figura del péndulo como metáfora de la trayectoria histórica del Partido Nacionalista Vasco desde su fundación hasta nuestros días, Y es que desde que presentaron en sociedad su imprescindible El Péndulo Patriótico (Crítica, 1999), tal figura se ha convertido ya en lugar común de quienes hablan o escriben acerca del partido creado por Sabino Arana.
Ciertamente, no todos realizan la misma valoración acerca de lo que representa el péndulo en cuestión. Mientras unos –los más- lo consideran como un hábil ejercicio de combinación secuencial entre ortodoxia y pragmatismo, de capacidad de adaptación y de deliberada oscilación a la búsqueda de equilibrios, hay quienes en sentido contrario refutan tal proceder tachándolo de doblez inaceptable y perversa ambigüedad. Sea lo que sea, lo cierto es que en gran medida la política vasca ha estado determinada durante las últimas décadas por dichas oscilaciones, sobre todo en los tres territorios que conforman la Comunidad Autónoma del País Vasco.
Sucede sin embargo que nos encontramos en lo que en mi opinión representa una novedad importante en la batalla política que se están librando –en varios capítulos- hasta la celebración de las elecciones al parlamento de Gasteiz y posterior elección de Lehendakari y constitución del gobierno. Me refiero al hecho de que ante un PNV bien asentado política, social e institucionalmente, son el resto de fuerzas políticas las que protagonizan titubeos y balanceos pendulares, que frecuentemente devienen desconcertantes. En términos deportivos, diríase que no aciertan en decidir cómo jugarle al favorito
No cabe duda de que la izquierda abertzale -y EH Bildu por extensión- está viviendo su propio proceso de reflexión y toma de decisiones, consecuencia de aquello que denominaron en su día ciaboga. Aunque no es objeto de estas líneas, cumple reconocer que la lectura de sus documentos, artículos, declaraciones y debates más o menos soterrados que adivina uno, está siendo muy enriquecedor. Lo está haciendo además en unas circunstancias no excesivamente sencillas, con bastantes cuestiones pendientes, obligada a mantener la cohesión interna y mirando de reojo a un fenómeno que ha resultado para ellos –como para muchos de nosotros- sorprendente: la impresionante irrupción de Podemos.
Todo ello no debería ser óbice para que a estas alturas la ciudadanía percibiera con mayor nitidez sus intenciones de cara al futuro institucional de la Comunidad Autónoma del País Vasco, porque la legítima y sana aspiración de desalojar del poder a quien lo ejerce, debería ir acompañada de otras previsiones y propuestas basadas en escenarios tal vez más realistas, aunque tales propuestas sean luego ignoradas por su destinatario. En este sentido, está resultando ciertamente perturbador observar cómo a ofertas de acuerdos de calado realizadas al PNV les suceden críticas absolutamente desmesuradas, frecuentemente insultantes, que hacen perder toda credibilidad a las primeras. Si se suma a ello la constatación de no pocas declaraciones contradictorias entre diversos dirigentes de la izquierda abertzale en torno a su posicionamiento respecto al PNV, el desconcierto que uno percibe es evidente.
Respecto a Podemos, la nonata candidatura de Garbiñe Biurrun tal vez haya impedido desencuentros como el que se produjo entre ella y el dirigente Lander Martínez en Euskal Telebista acerca de su posicionamiento respecto al PNV, pero no es menos cierto que a la falta de madurez del partido –lógica en toda nueva organización- y sus indefiniciones en materias de calado se le suma un factor importante que en cierta medida impedirá a sus dirigentes locales establecer una estrategia más crítica: a saber, la posible necesidad del PNV en Madrid, bien para apuntalar un gobierno del cambio, bien para sumar votos en las Cortes Generales españolas para sacar adelante iniciativas legislativas. Muestra de ello, el sonrojo que produce a veces ver a dirigentes estatales de Podemos defendiendo el carácter progresista del PNV (afirmando alguno incluso que lo es más que el PSOE), mientras aquí utilizan discursos vehementes que, para su desgracia, devienen asordinados por los aires de la meseta.
En definitiva, que esta vez son otros los que se ven necesitados de utilizar el péndulo. Pero uno considera que, a diferencia del péndulo foucaultiano que representa a los jelkides desde la afortunada metáfora de los tres profesores arriba citados, las dos coaliciones que compiten directamente con ellos en los tres herrialdes de la Comunidad Autónoma del País Vasco, deben tirar de otro tipo de péndulos, de los péndulos de los zahoríes, a la búsqueda de nuevas corrientes y flujos de votos, pero también a la búsqueda de estrategias aún excesivamente difusas e inconcretas.
» Ciertamente, no todos realizan la misma valoración acerca de lo que representa el péndulo en cuestión. Mientras unos –los más- lo consideran como un hábil ejercicio de combinación secuencial entre ortodoxia y pragmatismo, de capacidad de adaptación y de deliberada oscilación a la búsqueda de equilibrios, hay quienes en sentido contrario refutan tal proceder tachándolo de doblez inaceptable y perversa ambigüedad.»
Jesuitismo procaz , para no andarnos con rodeos.
En la campaña electoral, en un alarde de enajenación transitoria Podemos y EhBildu hablando de «acordar», cuando hace pocas semanas había que echar al PNV a gorrazos.
Como se cumplan los vaticinios de las encuestas, el buenismo va a durarles poco.
Hablando de cosas que cuelgan, vaya guebos le echa el PSE. En 2016 y aun siguen presentando el euskera como un alien en la sociedad vasca, algo ajeno, molesto… incredible. Realmente alguien quiere pactar con esta gente?.
Creo que EhBildu y Podemos querrían pactar con ellos. Tanto en España como en Euskadi. Es cuestión de que se junten Chusito y Arnaldo con un chuletón en Txilarre fantaseando con hacer morder el polvo al PNV.
Leyendo todas las entradas que has hecho en este blog nacionalista vasco nadie diría que el euskera tiene algo que ver con la tierra en la que vives. Pero nada de nada.
No serás un agente encubierto del pse?
Puede ser Porompompero, puede ser. Si EHB y Podemos alcanzan un buen pacto de gobierno no veria ningun problema. Si me mosquearia que pactaran con el PSOE que fijate que en sus horas mas bajas retoman la cuestion identitaria con el euskera. De verdad en un escenario asi los jeltzales no teneis otro comentario mas que si Otegi esto, que si Egiguren lo otro (Egiguren tiene que estar flipando)?.
El euskara, fundamentalmente, es solo un tema instrumental tanto para el jacobinismo español como para el independentismo vertical. Si el idioma no es de Estado o si no sirve para la construcción de un Estado carece de valor: «Nazio hizkuntza izateari utzi estatu hizkuntza izan ahal izateko «