Joxan Rekondo Pyrenaeus-eko Talaian
En el pasado reciente, bajo la dictadura o construyendo la democracia, hemos vivido experiencias aleccionadoras, tanto positivas como negativas. Sin embargo, no podemos dejar que nuestra memoria democrática se construya en referencia a la violencia injusta. Una revisión histórica que busque ceñirse con fidelidad a los hechos ha de saber valorar el gran aporte de energía democrática y de civilidad que hicieron posibles el resurgimiento social de los 60 y la reconstrucción política de finales de los 70 del siglo pasado. Son procesos que regeneraron nuestras constantes vitales. Sin ocultar que, desde hace 50 años, es una minoría de vascos la que ha justificado la estrategia basada en las armas de ETA.
Vivimos un momento en el que nos preguntamos qué referentes de conducta democrática podemos compartir que nos sean útiles para rehacer nuestra convivencia. Por eso, es necesario considerar hechos y personajes que, en el periodo del que nos queda recuerdo vivo, han ayudado a crear lo que hoy más apreciamos. Hechos y personajes a los que debiéramos atribuir un lugar emblemático en nuestro sistema de valores comunes.
A los 80 años de la creación del primer gobierno de los vascos, EITB presenta al lehendakari Agirre como espejo de inspiración, “gure izaeraren ispilu”. Un título sugerente para un tiempo en el que a los representantes públicos se les considera componentes de una clase privilegiada. El primer lehendakari no es sólo acreedor de un bagaje político extraordinario por su condición de iniciador del institucionalismo vasco moderno. Es además representante de un gobierno de Unión vasca en el que gentes “de distintas ideologías sociales jamás discrepábamos en los problemas prácticos sociales”. Finamente, posee la autoridad moral por haber logrado, en el ámbito en el que tuvo jurisdicción, humanizar una guerra incivil que fuera del territorio bajo mando vasco se desarrolló en un clima de terror institucionalizado. Y lo hizo asumiendo un gran coste en su personal peripecia, que le llevó desde la fábrica al gobierno, y de las trincheras al exilio.
El Agirre del exilio ha dejado una huella impresionante. Frente a los que todavía hoy demandan grandes acontecimientos desencadenantes, el primer lehendakari trabajó pensando en que ‘las grandes victorias siempre se logran por la coordinación de muchos pequeños esfuerzos’. En este contexto, “solo las actuaciones positivas valen”. La masiva divulgación, a través de sus mensajes o manifiestos, de sus orientaciones humanitarias y políticas buscaba despertar el espíritu organizador de los vascos, tanto en el exilio como en el interior. El objetivo era actuar en todas partes, de manera transversal, e involucrar a gentes e instituciones sociales de todo tipo en una espiral virtuosa, de carácter cooperativo para restaurar lo que se nos había arrebatado, valores espirituales y recursos materiales.
A través de sus textos, se puede conocer el esfuerzo que Agirre dedicó a reconstruir el sentido de comunidad de los vascos en el momento de gran confrontación, miseria y zozobra espiritual que sigue a las guerras. Tras el periodo de guerras (1936-1945), el lehendakari (en nombre del gobierno) llamó a la reconstrucción del país, dejando al margen todo sentimiento de odio o venganza. De un país, no lo olvidemos, que estaba sometido a la fase más dura de la dictadura de Franco. En el mensaje de Gabon de 1945 trazó un programa de trabajo en el que se fundamentó el resurgimiento social, económico y cultural que conocimos años más tarde: “Ahora es tiempo para la cooperación social y económica… quedarán excluidos quienes hicieron daño o cometieron crimen hasta que la justicia haya saldado sus cuentas… llamamos a todos para los días que vienen, porque nuestro propósito es movilizar desde el primer día el potencial espiritual, moral y económico de nuestro pueblo, llamando a todos a la tarea de reconstrucción porque a todos necesitamos”.
Hay mucho que aprender de Agirre y su generación si atendemos a las imágenes que nos refleja el espejo que recoge aquella experiencia histórica. La reconstrucción vasca de la posguerra provino de una miríada de pequeños esfuerzos realizados por personas y grupos que operaron desde abajo, optando por una actitud resiliente que afianzó nuestros vínculos sociales, fortaleciendo el sentido de lo común que nos identifica como pueblo.
Estos nuevos tiempos que ahora vivimos son también intensamente sociales. Sin embargo, el espíritu de cooperación no pasa por sus mejores momentos. Ahora, es difícil reunir a gentes distintas, con intereses distintos, en torno a un trabajo común. ¿Nos vale aquel ejemplo histórico? Al menos, nos vale la historia para recoger las preguntas que nos legaron y la tenacidad con la que respondieron aquellos ante situaciones sociales también exigentes. Si queremos entrar en una nueva época de convivencia cívica, hay que practicar mucho la cooperación y evitar la reproducción de antagonismos.
Pero, la cooperación hay que cultivarla a partir de los hechos. Es posible que, para esto, debamos prestar menos atención a las grandes escenificaciones y buscar confluir más en los pequeños esfuerzos del día a día. Seguro que el espejo de Agirre nos ayudaría a reencontrar esa sensibilidad cooperativa que está tan arraigada en nuestra experiencia histórica. Si es cierto que somos porque fueron, esa sensibilidad no puede estar perdida. Podríamos hacerla renacer a través de multitud de prácticas de reciprocidad o auzolan que contribuirían a fortalecer nuestro ‘modus con-vivendi’. Así podríamos hacer efectivo el gran sueño de Agirre, a través de la incorporación del conjunto social a una comunidad nacional abierta, “que no es ni puede ser patrimonio de un grupo sino de todos” (Carta a Santiago Aznar, 1943).
Sí , para vosotros era muy grande , pero no dejaba de ser un pequeño burgués , profundamente meapilas , alineado con el capitalismo más feroz , al que sirvió sumisamente como confidente y chivato. Es un modelo caduco para los tiempos que corren , no puede atraer a una juventud a la que se le está robando su porvenir , un proyecto de vida decente.
La gente de ETA tuvo la virtud de romper con el pasado y no son los únicos que practicaron la violencia , aunque no traicionaron a sus gudaris , como lo hicieron Agirre y sus conmilitones , esos que quiere beatificar la facción bultta propietaria de este blog.
A otros perros con esos huesos , con esas momias caducas.
Me parece que el toro del 26 J os va a dar un revolcón histórico.
Ya iba siendo hora de acabar con la hegemonía corrupta de la derecha regionalista vasca.
Excelente artículo Rekondo jauna, necesita más de una lectura. De momento extraigo un comentario de Agirre y una interpretación suya:
*‘las grandes victorias siempre se logran por la coordinación de muchos pequeños esfuerzos’.
* «afianzó nuestros vínculos sociales, fortaleciendo el sentido de lo común que nos identifica como pueblo»
Esto es verdad?
http://www.elcorreo.com/bizkaia/sociedad/201507/13/nazis-querian-otorgar-independencia-20150623182952.html
Lauburus geometrizados? Juas
Oye y las esvasticas nazis no seran lauburus «redondeados»??
Ahi te lo dejo la hipotesis, para que te entretengas el finde.
Información para ignorantes insidiosos y malintencionados.
http://www.hiru.eus/cultura-vasca/el-lauburu
Otros proyectos anteriores al citado de los nazis alemanes
http://www.euskomedia.org/aunamendi/98761/60197
http://postdata.elkar.eus/inigo-bolinaga-la-alternativa-garat/
Ni Sabino Arana ni Agirre fueron pioneros en el movimiento nacionalista
vasco.
Agirre parece que tocó en todas las puertas ( Británicos , Nazis , Norteamericanos ) con notable poco éxito , es una constante en la historia del partido , el trapicheo político con cualquiera.
Esa tendencia le viene de su conexión con la Iglesia Católica , verdadera experta en intrigas y traiciones de todos los principios más sagrados.
Que si, pero que el articulo de El Correo mostrando esos dibujos en un plato para relacionar al.nacionalismo vasco con los nazis es totalmente ridiculo.
El IRA ayudo a los nazis. Para escandoloso ahora, verdad? Pero todos entendemos ahora los motivos en aquel determinado contexto.
Con esto no digo que Agirre se aliara de ninguna forma con ellos, solo que quizas, ciertas relaciones con ellos, en aquella dramatica epoca el nacionalismo, pudiera ayudar a la causa. No fue asi pero no podia descartarse por entonces.
Mejor no comentar con quien se alio la españolada, unos y otros…..JO!
Hauek korrupzio gehiagorekin datoz
https://pbs.twimg.com/media/CMXEocBWIAA-AYG.jpg
Egia da:Euskal abertzalearentzat,zirraragarria gertatzen dela,Agirre Lehen-dakariaren zina,Gernikako zuhaitzaren aurrean serio arraio jarrita.
Hasi hasiko naiz ia bukatzen detan:
ZIN DAGIT
Jainkoaren aurrean apalik,
Eusko lur gainean zutunik,
asaben gomutaz,
Gernikako Zuhaizpean,
Herri ordezkarion aintzinean
nere agindua ondo betetzea
zin dagit.
Hara nola egingo lukeen esate baterako Otegi lehendakari
(lagarto,lagarto)irtengo balitz:
,
ZIN JURAR
Gaurko egunetik aurrera,
Eleizarekin(pablo)lan egingo dutela
Espainiako eta mundu guziko langi-
learen alde.
Gomadosik gabe,ahal bada,ETA beti
sozialismo humanista lortu arte.
Como no hay dios¡.
«Esa tendencia le viene de su conexión con la Iglesia Católica».
Toda una tesis el no ignorante ni insidioso y bienintencionado «pottoka», con esos conocimientos puede apuntarse de asesor de historia y lengua vasca en PODEMOS.
Como decía me parece un buen artículo, plantea cuestiones fundamentales. Habría que planteárselas a nuestros lideres sociales, no solo a los políticos.
«Si queremos entrar en una nueva época de convivencia cívica, hay que practicar mucho la cooperación y evitar la reproducción de antagonismos.»
» la cooperación hay que cultivarla a partir de los hechos.»
Si queremos pervivir como pueblo necesitamos «la incorporación del conjunto social a una comunidad nacional abierta,»
El mundo de la empresa, el de la educación y el de la cultura etc.,deben de ponerse a trabajar con ese espíritu corporativo que demanda Rekondo.
Barkatu, Joxan.
A ver, a ver. ¿Qué es eso de que una «minoría de vascos» «ha justificado la estrategia de ETA basada en las armas»?
Esto es rotundamente falso y un intento más de reescribir la historia.
Como si el mundo entero no hubiera visto a una minoría de vascos indignarse y plantar cara ante los asesinatos inmundos y el silencio bochornoso de la mayoría animados, advertidos y aleccionados por los recoge nueces.
Ni fue una minoría quien la justificó ni fue otra minoría quien la instrumentalizó y se aprovechó de ella y de sus resultados. Entre estos resultados está registrado el mayor éxodo civil forzado de Europa en tiempos de Paz desde hace cientos de años. «Gestión del Censo Electoral».
¿O no recordamos el «algo habrá hecho» para no ir al entierro o los funerales sin Iglesia por «norma» del episcopado?
¿O la peregrinación hasta encontrar un sacerdote que oficiase una misa ante la mirada huidiza de un clero criminal?
¡Qué vergüenza de sociedad enferma!
¡Qué disonancia cognitiva!
¡Qué escándalo de comunidad cristiana! ¡Qué jerarquía podrida!
Como uno tiene memoria larga traigo algo del año 96.
Se titula: «No ha hablado usted del quinto mandamiento» y dice así.
Cito:
«Eso fue lo que un señor mayor le objetó a un profesor amigo mío que había venido para hablar sobre la llamada “Teología de la Liberación” en la sala de conferencias de Kutxa, en San Sebastián. Tras felicitarle por su conferencia, muy cortésmente añadió: “Mire Usted, en este país no se puede hablar de liberación sin hacer mención del quinto mandamiento de la Ley de Dios que ordena no matar”. Aquel caballero fino y elegante no era otro que el que fuera en otro tiempo “lehendakari” del gobierno vasco en el exilio: Don Jesús María de Leizaola.
Ahora el reverso de la medalla. Otro amigo mío, venido también para pronunciar una conferencia en torno más o menos al mismo tema, me contó que en la cena que siguió al acto había lanzado esta pregunta a los organizadores: “Pero…, ¿a vosotros no os afecta el que se asesine a personas en nombre de la libertad de Euskadi?” La respuesta de un comensal, sacerdote para más señas, fue: “Pues la verdad es que no mucho. Es la consecuencia natural de una guerra”. El demócrata y creyente Leizaola se había expresado de una forma en manifiesto contraste con la postura “fundamentalista” del sacerdote de la cena, cuyo fanatismo nacionalista ahogaba el sentido de humanidad y el carácter sacerdotal que se le suponían.
Frente a la violación flagrante del quinto mandamiento se abre aquí, en nuestro país, un amplio abanico de opiniones que va desde aquellos que celebran los asesinatos de la banda etarra hasta los que no dudan en condenarlos resueltamente, pasando por un confuso magma de los que tratan de justificarlos o de explicarlos y comprenderlos aduciendo las más peregrinas razones. Lo grave es que este magma ciudadano de comprensión, indiferencia y ambigüedad frente a los asesinatos es, por desgracia, demasiado grande. Yo me retraigo a los tiempos en que la banda terrorista era en algunos aspectos algo distinta, lo mismo que lo eran, y más, las circunstancias políticas. No nos alegrábamos algunos, nosotros pero sí nos mostrábamos excesivamente comprensivos con asesinatos como los que fueron llevados a cabo en las personas del almirante Carrero Blanco y del inspector de policía Manzanas. Desde la perspectiva que proporciona el tiempo transcurrido, pienso que nuestra actitud constituyó un error moral, porque quien justifica una muerte deriva con facilidad hacia la justificación de otra y otra. Creo que esto es lo que explica un poco lo que sigue pasando aquí. Los partidos llamados democráticos han mostrado ambigüedad, palabrería vacía de contenido, doble lenguaje y cinismo frente al crimen puro y duro. Y por parte de nuestra Iglesia –no me cansaré de decirlo–, una buena dosis de indiferencia y de falta de proximidad a las víctimas. Un fracaso semejante, salvando las distancias, al que demostró en nuestra guerra civil.
“No ha hablado Usted del quinto mandamiento”: este era el lenguaje de la conciencia humanista y cristiana de nuestro veterano político. El mismo que décadas antes utilizaba el que fue primer “lehendakari”, José Antonio Aguirre: “No me interesa la independencia de Euskadi si es con derramamiento de sangre”. Proclamar la inviolabilidad del quinto mandamiento, llamar al crimen y al terror por su nombre, huir de cualquier búsqueda de legitimación de la muerte de un ser humano, hacer frente a aquellos que con su proceder nos llevan al abismo, éste es el imperativo urgente para toda conciencia democrática. Aquellos que un día resistimos al terror franquista y recibimos por ello persecución y amenazas de muerte, debemos ahora alzarnos decididos contra el nuevo terror, haciéndole frente con las armas del espíritu, aunque nos vaya en ello la vida.
Febrero de 1996
Fin de cita.
Su autor murió en Loyola en Octubre de 2014. Uno de los pocos «justos».
Manu algunos como el Sr. Rekondo llevan muchos años trabajando por la paz:
http://w390w.gipuzkoa.net/WAS/CORP/DJGPortalWEB/micro_victimas.jsp?idioma=es
“En el acto han tomado la palabra seis víctimas del terrorismo: Josu Elespe (hijo del concejal socialista Froilán Elespe, asesinado por ETA), Jorge Mota (hermano del funcionario de prisiones Angel Mota Iglesias, asesinado por ETA), Sandra Carrasco (hija del ex edil socialista Isaías Carrasco, asesinado por ETA), Pilar Zubiarrain (concejal del PNV de Altzo víctima de la violencia de persecución), José María Calleja (periodista amenazado por ETA), Pilar Elías (viuda de Ramón Baglietto, militante de UCD asesinado por ETA), Jesús Ramírez (víctima del atentado del 11-M) y José Antonio Rekondo (juntero y víctima de la violencia de persecución cuando era alcalde de Hernani).” – si quieres puedes escuchar su intervención la tienes (56’ 25”)
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Si no se entiende que el terrorismo a quién quiere, sojuzgar es a la sociedad, vasca en nuestro caso, no se entiende nada. Las víctimas, además de receptoras directas de la violencia injusta, son la representación sangrante de toda una sociedad agredida. La teoría de todos somos culpables, es la de los que quieren diluir sus responsabilidades entre todos, es la escusa de los que tienen miedo al juicio público. El “escenario” no justifico ni el terrorismo ni el tormento, los responsables son los que lo ejercieron.
Creo Manu, que deberías justificar lo que dices en algo más solvente que ‘surrumurrus’. Hay mucha literatura de ficción sobre eso que dices. En cambio, los hechos objetivos son que allí donde se cuentan las mayorías en un sistema democrático, los que han justificado la violencia han sido siempre minoría.
Txiniko , Ahí tienes material para que vayas enterándote de lo que es la podrida historia de la Iglesia y de cómo no es extraño que haya producido tan nefasta influencia ( Intriga , traición , cambalacheo ) en los ultracatólicos peneuvistas como Aguirre.
Si tienes capacidad , conocimientos y facultades para rebatirlo , te pones manos a la obra y nos lo demuestras , con fundamento , como Argiñano.
https://darmenton.files.wordpress.com/2011/10/la-puta-de-babilonia.pdf
Manu , por otro lado , solo ve los defectos de la facción de la Iglesia simpatizante de la ideología nacionalista vasca , jamás nos habla de la escandalosa actitud de la Iglesia nacionalista golpista española , la cual escribió uno de los capítulos más recientes y execrables de la más reciente historia de la Iglesia Católica. Nunca menta las historias de los curas trabucaires que confeccionaban las listas de las sacas para el paredón de fuslilamiento , en los que ellos mismos les daban el tiro de gracia a los pobres desgraciados de turno. Esas sí que eran historias «ejemplares » y no los chascarrillos que se trae entre manos.
Gogorkeriaren helburua,besteak beste, belldurra eta ikara sortzea duk noski.Guitxiengoak izan direla jokabide hori zuritu dutenak?.Ixilik egon diranak berriz,beldurraren beldurrez,millaka kontatu daitezkeala pentsatzen diat.
Nere aurretik dagoen kakamierdari etxe santu honetan lekua ematea, kristau karitatean sartzen den zerbait izan ahal da?.Biar igandea dela ta,jubilatuak larunbatetan bederen ezin ahal dugu lasai egon?.
Edo zer.
JELen agur
Debe ser recordado Aguirre por su idea humanista cristiana del hombre en el que encaja como un guante el nacionalismo vasco, precisamente por eso, por poner al hombre en el centro de las decisiones políticas, en lugar del dinero y de fetiches como ideologías, grupos, castas, clases sociales, ….
Frente al fracaso y la decepción que muchos modelos han generado en nuestra sociedad desde los desastres totalitarios de la Gran Guerra y los bloques, que han llevado a una reedición de modelos que creíamos ya superados de totalitarismo canibal, con apoyos sociales amplios más o menos conscientes, como ocurriera hace 80 años.
El modelo de Aguirre llevaría a la elevación del hombre y sus derechos por encima de ideologías, en una relación de transversalidad practica y eficaz, libre y solidaria, austera y generosa, pactista y respetuosa, que identifique aquellas apuestas que promuevan mejoras y aquellas que seduzcan hacia desastres totalitarios.
Porque al vasco se le puede rascar el bolsillo, pero no sus libertades.