Ander Muruzabal Nafar Herria blogean
El sábado por la noche se conocieron los resultados de la votación del Consejo Político de UPN en la elección del candidato designado para tapar el hueco dejado por la repentina espantada de Yolanda Barcina y estos se apartaron poco del guión previsto por la todavía, y cada día menos todavía, presidenta del Gobierno de Navarra y dueña y señora de las estructuras del partido desde el fiasco del sector quesero en el último Congreso de UPN; un nuevo sopapo al ex presidente Sanz y a su candidato de circunstancias, los vaivenes de Alberto Catalán y su medrosidad han sido las que han clavado el último clavo de su ataúd político.
Pero el resultado, aunque más claro que en el último Cónclave regionalista, sigue sin garantizar la cohesión de UPN; un 60 a 40, en un órgano hecho a imagen y semejanza de la lideresa, no es precisamente el adecuado para frotarse las manos ni brindar por la victoria y, menos todavía, cuando al día siguiente se celebra la fiesta del partido, preparada a mayor gloria del triunfador, y la noticia fueron más las ausencias que el habitual coro de aplaudidores de la cosa.
Así las cosas, la pregunta es ¿Existe un riesgo real de escisión en UPN?
Y la respuesta no es fácil… Para dar respuesta a la misma sería necesario conocer de primera mano los grupos de poder y las corrientes que existen en UPN y la verdad es que los tres años de Barcina al frente del partido también han cambiado profundamente eso y han roto el equilibrio de fuerzas tradicional de los regionalistas.
Los tres sectores que convivían armónicamente cuando Sanz era dueño absoluto de UPN y que asistieron impávidos al dedazo de este que elevó a los altares regionalistas a Yolanda Barcina, a saber; el sector ultra, el de los de derechas y españoles como Dios manda, el pseudoforalista heredero directo de las tesis del fundador Aizpún y el sector más pragmático y desideologizado encabezado por el propio Sanz y más atento al reparto del pastel institucional y parainstitucional que a otra cosa se mantenían cohesionados por un reparto más o menos equitativo de prebendas orquestado por el propio Sanz y por el pragmatismo más que demostrado del corellano.
Hoy eso ha saltado por los aires por mor del ego absoluto de la portugaluja incapaz de mirar más allá de su propio ombligo y que ha creado un sector clientelar propio dentro del sector clientelar en el que se alinean los que única y exclusivamente se dedican a cantar las loas de la lideresa y que han sido los principales beneficiarios del Barcinato, destruyendo la capacidad de cohesión que siempre había pivotado sobre el sanzismo.
Así a día de hoy UPN está dividido en dos grupos, ambos dirigidos por antiguos sanzistas, si no por el mismo Sanz uno de ellos, donde se han alineado, parcialmente, los personajes más relevantes de los otros dos sectores. Y digo parcialmente porque muchas veces la coherencia ideológica está reñida con las lealtades personales y no todos se han guiado por la primera.
Es en este contexto donde a la vista de la debilidad de una Barcina en retirada y el perfil bajo no, bajísimo, del nuevo líder, el sector Sanz podría tener la tentación de protagonizar una escisión que les salvase de la quema del más que presumible batacazo electoral y les permitiese una especie de refundación tras la pérdida de poder de la que podrían responsabilizar directamente a Barcina y a su delfín Esparza, desde la oposición, algo de eso debió pensar Catalán cuando ofreció su cabeza al cadalso del Consejo Político a última hora y mal aconsejado, esperando probablemente liderar esa refundación desde el propio partido y no desde fuera, evidentemente se equivocó pues no es Barcina la que se vaya a ir sin dejar abrasado el campo de batalla.
Pero el problema del sanzismo, una vez quemado el único medio activo que les quedaba; Catalán, es que no tiene un líder plausible, excepto el propio Sanz o algún ex consejero ya retirado de la vida política al que habría que recuperar, y todos los posibles candidatos están probablemente más preocupados de no salir en los papeles de la CAN que de aventuras políticas que, esta vez, no garantizan nada.
Así pues, salvo que el corellano se vuelva loco, quién se lo iba a decir a él, o Barcina decida cobrarse todas las supuestas ofensas y deslealtades en forma exclusión de todo lo que huela a sanzista de las listas, a ambos sectores de UPN no les queda otra que apretar las filas y llegar al 25 de mayo aparentando una unidad que no tienen, y francotiradores de ambos bandos habrá para mostrarlo de forma palmaria, y dejar para mejor ocasión las albaceteñas.
Eso si, si el 26 de mayo se cumplen los negros presagios que planean sobre los de la Plaza Príncipe de Viana las tortas se van a oír en Melbourne… Y entonces, a lo mejor, no hay dos sectores sino media docena…
Lo que os debería preocupar es el declinar de vuetra marca en Nafarroa , Geroa Bai , en una hemorragia de votos a Podemos difícilmente soslayable.
Todo lo que lleve al PNV en las entrañas resta , es un lastre para los nuevos tiempos que se avecinan.
no sabia que en UPN habia sectores no españolazos. definitivamente sois para dar de comer aparte.
A ver, artola, que parece que no te enteras de nada…
En Octubre de este año el Instituto Español de Estudios Estratégicos (Ministerio de Defensa) en colaboración con el CIS realizó un estudio de la «españolidad» por Comunidades Autónomas y el «sorprendente» resultado es que la Comunidad en que menor porcentaje hay de personas que se sienten únicamente españolas era Navarra con un exiguo 3,1%, navarros y españoles un 37,5% y solo navarros un 53,2%.
Aunque a ti te parezca un contrasentido, los datos en la CAv eran un 9,9% de solo españoles, un 44,6% vascos y españoles y un 38,0% solo vascos…
Pero vamos que lo puedes leer tu mismo:
http://www.ieee.es/Galerias/fichero/ESociologicos/2011/INFORME_CIS_2011_-COMPLETO_y_ACTUALIZADO-.pdf
lo se, ya lo habia leido (con escepticismo). suponiendo que eso sea asi, queda claro que el criterio a la hora de votar de muchos navarrros es de flipar.
¿El criterio de los navarros y tu capacidad de entenderlo?
¿El criterio de los navarros o tu capacidad de entenderlo?
Así mejor…
Casi te convendría leer un poco más antes de hacer comentarios aventurados…
http://nafarherria.wordpress.com/2014/10/31/la-doble-estafa-upn-frente-a-su-propio-espejo/
ambos!
Creo que lo que os tenía que preocupar más es el declive de vuestra marca en Nafarroa , Geroa Bai , fagocitada por la nueva formación Podemos.
Es que llevar en el seno de la coalición al PNV va a restar votos a la coalición. En los nuevos tiempos que se avecinan el PNV no es un socio recomendable.
Ander, URMENETA era un krak, con sus contradicciones, quien no las tiene, hoy en día saludos
En lo que respecta a Miguel Javier Urmeneta estoy absolutamente de acuerdo contigo…
Geroa Bai tine en la actualidad dos parlamentarios forales. En la encuesta más desfavorable dobla su representación.
Me alegro que se recuerde eso porque en el post de al lado se admite la fuga de votos de Gbai a Podemos y poca autocrítica se hace de ello.
Bueno mejor se hace lo contrario.Se les dice a los futuros electores que el sistema de Podemos ya lo inventaron ellos y pues nada …pelillos a la mar y que vuelvan por Navidad esto es en Mayo a votarles, que para eso llevan a un partido campeón en lo de corrupción y bla,bla,bla…
Ander UPN no se hace el harakiri antes de Mayo ni en tus sueños más oníricos y la clave está en la suma de votos UPN-PP-PSN, más de 26 escaños y agur Ben Hur al cambio político.
Y tú lo sabes.
Hay otra opción que es la del guardián de las esencias en el foro.
Poner a parir a EHBildu a Podemos y si se tercia a Ezkerra todo sea por miedo/terror al bolchevismo bolivariano.
Ni la Yoli lo mejoraría.
si, una «nacionalisra vasco», que se apunto a los requetes a cepillarse vascos, luego a la division azul y luego de premio a ocupar un puesto franquista. eso si, euskaldun. con euskaldunes asi, dame a cualquier hijo puta falangista del barrio salamanca.
para daros de comer aparte, sin duda.
Aristu:
«UPN no se hace el harakiri antes de Mayo ni en tus sueños más oníricos»
Ves, Aristu como es conveniente leer los articulos antes de comentarlos:
«Así pues, salvo que el corellano se vuelva loco, quién se lo iba a decir a él, o Barcina decida cobrarse todas las supuestas ofensas y deslealtades en forma exclusión de todo lo que huela a sanzista de las listas, a ambos sectores de UPN no les queda otra que apretar las filas y llegar al 25 de mayo aparentando una unidad que no tienen, y francotiradores de ambos bandos habrá para mostrarlo de forma palmaria, y dejar para mejor ocasión las albaceteñas.
Eso si, si el 26 de mayo se cumplen los negros presagios que planean sobre los de la Plaza Príncipe de Viana las tortas se van a oír en Melbourne… Y entonces, a lo mejor, no hay dos sectores sino media docena…»
Se evita hacer el ridículo…
Te recomendaría, artola, que te enterases de quien era el personaje antes de decir una simpleza como la que has soltado…
conozco de oidas a ese personaje desde siempre. recuerdo que su nombre salia mucho a relucir antaño. debe de ser, de nuevo, mi incapacidad para entender que un nacionalista vasco se aliste en los requetes a cepillarse a nacionalistas vascos.
Lo había leído compañero pero el tono desde el inicio de tu artículo incide y describe esa realidad de los dos bandos…que efectivamente no se van a liar a tortas antes de ese día.
Lo que no veo tan claro aun usando el condicional es eso de
«..si el 26 de mayo se cumplen los negros presagios que planean sobre los de la Plaza Príncipe de Viana…»
Nos avanzas, dentro de los negros presagios que auguras, qué tipo de coalición será la ganadora ?
Bueno ahí voy a coincidir un tanto con Ander.
Aquí lo explican :
Testimonio y reflexión sobre Miguel Javier Urmeneta (Patxi Zabaleta)
Conocí y traté personalmente a Miguel-Javier Urmeneta. Era una personalidad compleja y entrañable, que compendiaba en su propia persona las contradicciones de la vieja Vasconia y de la difícil época, que le correspondió vivir. Él mismo era consciente de su propia complejidad; se declaraba admirador de Arturo Campión, profundo amante del euskara y de la cultura de Navarra, preocupado del progreso y quizá sobre todo entrañablemente solidario con las dificultades de las personas.
Miguel-Javier Urmeneta fue a la vez un hombre sensible al arte y a la tierra; siempre a mano para ayudar, fuese en el inicio de las ikastolas o en cualquier acto cultural. Paseante de la vieja Iruña con su amigo Arrarás, una vez jubilado; eran amigos desde que veraneaban de niños en Leitza y cada vez que me encontraba con ellos siempre quedaban para contar más y más cosas.
En estos últimos tiempos se ha escrito, polemizado e historiado mucho y de muchas maneras sobre la vida, los cargos y las aportaciones de Miguel-Javier Urmeneta a la sociedad navarra y a Pamplona. Yo no voy a polemizar por lo menos en esta confusión provocada interesadamente sobre el tema de la industrialización de Navarra, que ni fue iniciada por Huarte y Urmenta ni desarrollada solo por ellos y que correspondió en buena parte al efecto de la época. Quiero dejar claro que he aportado algún dato importante a una biografía aún inédita de Miguel-Javier Urmeneta.
Mi testimonio es que en tiempos de la pseudo-reforma democrática a Miguel-Javier Urmeneta se le ofreció el cargo de delegado de gobierno de las cuatro provincias vasco-navarras. La oferta le venía de Gutierrez Mellado –es una persona de ambas partes, decía–. Miguel-Javier nos reunió a tres personas, hablamos con las fuerzas de la oposición y nos reunimos clandestinamente por ejemplo en los Capuchimos de Donostia. Eran 1975-76 y mientras algunos se vendieron por la propia legalización, olvidando la ilegalidad de otros y prostituyeron así la idea de ruptura, Miguel-Javier Urmeneta condicionó la aceptación del cargo “si no se garantizaba la amnistía de todos los presos políticos» y no lo aceptó. Luego se metió en la torpe aventura del FNI, que tuvo que pagar de su bolsillo y fue aniquilado políticamente por los chaqueteros.
¿Habría aceptado Miguel-Javier Urmeneta una medalla de oro, tan excluyente que se ha dado a veces “para no dársela a Bernardo Estornés o para quitársela a Paco Echeberria? Nadie lo podrá saber nunca. Lo cierto que no le gustaban mucho los honores y cargos, pero sus dones eran tan profundos como sus contradicciones. También soy testigo de que otras entrañables personas de la cultura vasca han renunciado a medallas y honores, tanto en vida como después de morir. Quizá es lo hubiera hecho Miguel-Javier.
Geroa Bai no tiene nada que hacer situada entre la fuerza EHBildu con probada expariencia en Nafarroa y la fuerza emergente Podemos.
Ambas van a cosechar votos de las gentes hastiadas de tanto corrupto sinvergüenza en la formaciones de derechas y PSOE.
bien, era «entrañable», y tambien requete, asesino de vascos y euskaldun.
Una medalla de oro para Hitler
Pello Guerra
Kazetaria
Si San Francisco de Xabier no lo remedia con una intervención milagrosa de última hora (que no creo), el Gobierno de UPN se va a dar el gusto de entregar la medalla de oro de la «comunidad floral» a Félix Huarte y Miguel Javier Urmeneta. Ni Ley de la Memoria Histórica, ni el dolor de las víctimas del franquismo, ni el Cristo que lo fundó. Nada ha impedido que Barcina y su entorno hayan decidido premiar con ese galardón a estos dos conocidos personajes a pesar de su pasado franquista.
Como siempre, ya se han preocupado de vestir el tema para aparentar una inocencia que no tiene. Aseguran que les premian por haber impulsado el proceso de industrialización de Nafarroa. Bajo esa premisa, este galardón tendría como principal objetivo a Huarte, pero como eran muy conscientes de que iba a chirriar su designación, decidieron acompañarlo de Urmeneta a modo de escudo humano y para intentar acallar críticas premiando a la vez a una figura asociada al mundo nacionalista vasco.
El portavoz del Gobierno, Juan Luis Sánchez de Muniain, intentó vender su particular moto diciendo que se les premiaba por potenciar la industrialización del herrialde y punto, que el resto de aspectos de los galardonados se la traía al pairo. Pues bien, en vista de que no termina de entender por qué hay personas a las que les resulta escandalosa esta designación, voy a hacer un ejercicio de pedagogía poniendo un ejemplo especialmente extremo para ayudarle a comprender.
Como canciller del Reich de los mil años, Adolf Hitler fue el gran impulsor de la red de autopistas de Alemania, que hoy en día sigue siendo digna de admiración. Siguiendo el modo de proceder de Sánchez de Muniain, en el que solo nos interesa un aspecto del personaje, ¿el líder nazi sería merecedor de una medalla de oro por haber sido una figura esencial en la potenciación de las comunicaciones terrestres germanas? No sé qué opinarán el portavoz del Gobierno de UPN o la misma Barcina, pero yo tengo claro que no.
Redescubriendo a Urmeneta
Alcalde querido de Pamplona, director exitoso de la Caja Municipal y miembro de la Diputación Foral del franquismo, Miguel Javier Urmeneta constituye uno de los personajes centrales en la historia navarra del siglo XX
Roldán Jimeno Aranguren. Fotografía Xabi Ventura y cedida – Domingo, 30 de Noviembre de 2014 – Actualizado a las 06:06h
PAMPLONA. Miguel Javier Urmeneta Ajarnaute constituye uno de los personajes centrales en la historia navarra del siglo XX. Resulta complicado encasillar su poliédrica y singular biografía en un perfil determinado, de ahí que sorprenda la trivialidad con la que algunas personas se han acercado estos días a su figura. Luces y sombras acompañan a una trayectoria vital que tampoco puede dar pie a una hagiografía simplista y edulcorada cuando, en vísperas de su centenario, disponemos de una distancia temporal lo suficientemente amplia como para poder reconstruir su historia, a lo que habremos de unir la inmensa fortuna de contar con sus propias Memorias, auténtica joya literaria editada por Pamiela en dos tomos.
A tenor de lo leído y escuchado estos días, parece que cada uno tiene su Urmeneta particular, en el que se condensan filias y fobias. Pero, ¿con qué Urmeneta nos quedamos?, ¿con el joven nacionalista vasco que estudió Derecho en Salamanca?, ¿con el voluntario requeté?, ¿con el militar que luchó en el frente ruso con la División Azul?, ¿con el impulsor de la industrialización navarra?, ¿con el alcalde que se enfrentó a los canónigos, con amenaza de excomunión del obispo, para evitar que construyeran los pisos de la calle Dormitalería?, ¿con el que otorgó a la Universidad de Navarra los terrenos del campus?, ¿con el académico correspondiente de Euskaltzaindia?, ¿con el impulsor del euskera en los difíciles años del franquismo?, ¿con el que recuperó la Ciudadela para la ciudad?, ¿con el que se afanó por llevar la cultura y unos modernos servicios sociales a los barrios “proletarios” de Pamplona?, ¿con el que renunció hasta en dos ocasiones a ser ministro y a tantos suculentos consejos de administración?, ¿con el que apoyó a los huelguistas de Potasas de Navarra y no dudó en pagar de su bolsillo parte de la fianza que les impusieron acusados de delito de sedición?, ¿con el que pretendió cambiar Navarra a través del Frente Navarro Independiente desde un socialismo que derrochaba utopía?, ¿con el Urmeneta artista que vendió en dos días los 64 dibujos y acuarelas de una exposición en 1972, cuyos fondos los entregó íntegramente al poblado de Santa Lucía?, ¿con el que consiguió los locales de Navarrería para Eguzki Irratia?, ¿con el presidente de Euskalerria Irratia elegido por unanimidad por los veinte socios fundadores de la emisora y artífice de los primeros pasos para la legalización de la misma?, ¿con el Urmeneta que apoyó a los dantzaris del Ayuntamiento cuando se les prohibió llevar la ikurriña en sus actuaciones oficiales? Sin duda, su mosaico queda incompleto si no lo componemos uniendo todas las teselas.
Tracemos una biografía somera: nació en Pamplona un 26 de noviembre de 1915, en plena guerra europea. Nacionalista vasco en su juventud, hizo campaña a favor del Estatuto vasco-navarro, y perteneció a la Asociación de Estudiantes Vascos. El día de Santo Tomás de Aquino, patrón de los estudiantes, acudían sus miembros en comitiva a la iglesia de San Nicolás, abanderados por un joven Miguel Javier portador de la ikurriña. Años después le sorprendió la guerra siendo estudiante de último curso de Derecho y el mayor de doce hermanos. Como tantos otros nacionalistas, las circunstancias le obligaron a alistarse al requeté, en el Tercio del Rey, aunque bajo la condición de no ir al frente del Norte. Su padre, Ataulfo Urmeneta Cidriáin, era un nacionalista significado; había sido director de La Voz de Navarra, y sobre él pendían graves acusaciones que hacían presagiar lo peor. Un hermano de Ataulfo, Aníbal, había sido presidente del Euzkadi Buru Batzar, y otros hermanos, Umbelino, Moisés y Otilia, también estaban muy involucrados en el partido jeltzale. Miguel Javier Urmeneta nunca abandonó su querencia por la cultura vasca y por el euskera, como quedó evidenciado en su práctica política desde que tuvo ocasión, en momentos bien difíciles y con resultados tan sorprendentes como en el primer lustro de los cincuenta, cuando con Estanis Aranzadi, Luis Arellano y otros, se dirigieron al presidente de la Diputación solicitándole la creación, dentro de la Institución Príncipe de Viana, de una Sección para el Fomento del Vascuence-Euskeraren Aldeko Saila -con esta denominación bilingüe-, puesta en marcha en 1957 bajo la dirección del médico iruñés Pedro Díez de Ulzurrun Etxarte.
En su periplo militar llegó a capitán de Infantería y jefe de batallón. Cursó luego estudios en las Academias Militares de Guadalajara y Zaragoza. Durante la Segunda Guerra Mundial se alistó en la División Azul y estuvo en el frente ruso de Novgorod. De vuelta a España se diplomó en Alto Estado Mayor (1944), continuó en la milicia y colaboró muy estrechamente con el general Muñoz Grandes, futuro vicepresidente del Gobierno de Francisco Franco. Muñoz Grandes lo envió a la Escuela de Estado Mayor del Ejército norteamericano en Fort Cleveland, en la que se diplomó un año después, y de donde pasó a la Escuela del Estado Mayor de Fort Leavenworth, en Kansas. Fueron años de grandes amistades con militares de alta graduación de todo el mundo.
La década de los cincuenta marcó un cambio en su actividad profesional, ya que siendo en esos momentos comandante de Estado Mayor, la muerte de su padre, director general de la Caja de Ahorros Municipal, le llevó a regresar con su familia, y a postularse a sí mismo para hacerse cargo de la entidad financiera (1954). Desarrolló desde esta responsabilidad una gran labor de expansión (numerosas sucursales en Pamplona y Navarra, construcción de la nueva sede central), y de acción social, con actuaciones como la promoción de Cooperativas de la Vivienda, clubs deportivo-culturales (Amaya, Anaitasuna, San Juan, Txantrea, etc), salas de arte, bibliotecas de barrio, guardería, centros de jubilados y de educación especial, y la primera piscina cubierta de la ciudad. “La Caja no es para hacer millones; para eso están los bancos. Debe cumplir una función social y cultural”, dijo en alguna ocasión.
En política
Alcaldía y Diputación
El 24 de junio de 1957 contrajo matrimonio con Conchita Ochoa. Al año siguiente fue nombrado alcalde de Pamplona, cargo que desempeñó hasta 1964, cuando rechazó ser gobernador civil de Granada por querer quedarse en Navarra. Pasó a ocupar desde entonces el cargo de diputado foral en la candidatura carlista (1964-1971). Durante esos años, la Corporación impulsó el desarrollo económico e industrial de la provincia y se firmó el Convenio con el Estado (1969). Poco después volvió al Ayuntamiento pamplonés. En el Consistorio de Iruñea dejó un legado de cuño personal en el jumelage con Baiona, la urbanización y construcción de buena parte de los barrios de Santa Marta, Santa María la Real, San Juan e Iturrama, la compra para el Ayuntamiento de los terrenos del Plan Sur, el campo de entrenamiento de Osasuna, el campus de la Universidad de Navarra, toda una nueva red de saneamiento y colectores, la repristinación del Redín y del Casco Viejo, el controvertido proyecto del Hotel Tres Reyes, un nuevo parque de bomberos, la construcción del poblado de Santa Lucía o la recuperación de la Ciudadela para la ciudad.
Fracasó en su particular viraje político en el tardofranquismo y la transición. En el declive de la denominada “democracia orgánica” (familia, municipio, sindicato), se presentó a las elecciones como candidato entre los concejales “sociales”, por el tercio sindical (1973). Su candidatura fue impugnada por el Gobernador civil. El Contencioso Administrativo falló a su favor, pero los impugnantes recurrieron al Supremo, y el recurso fue aceptado por presiones de las más altas instancias. Dos años después, el alto tribunal falló a su favor, pero el objetivo había sido cumplido: apartarlo de la escena política por un tiempo, hasta que en marzo de 1976 volvió a ser elegido concejal. Ese año Adolfo Suárez le propuso ser delegado del Gobierno en el País Vasco. Urmeneta lo consultó con los partidos políticos todavía no legalizados y con diversas fuerzas vivas del país; asumiría el cargo bajo ciertas condiciones (amnistía, legalización de la ikurriña, autoridad para conceder permisos de reunión, asociación y manifestación, y su control absoluto de las fuerzas de orden público), que no fueron aceptadas por el ministro del Interior Rodolfo Martín Villa.
En las primeras elecciones al Congreso de los diputados de 1977 ocupó el quinto lugar de la candidatura del Frente Navarro Independiente (FNI), impulsada por él, y que aglutinaba a gentes provenientes de la HOAC, socialistas, carlistas y nacionalistas vascos. Jubilado en 1984, se dedicó a pintar y a escribir, aunque su dinamismo le llevó también a ingresar en el Colegio de Abogados de Pamplona, si bien su reenganche a la práctica jurídica se circunscribió a su participación en el Instituto de criminología de Navarra (Fundación Bartolomé de Carranza).
Sin calle en Pamplona
El cariño y los reconocimientos
Los honores que han precedido a la Medalla de Oro de Navarra son, asimismo, muestra de su singular periplo vital: la Cruz de Hierro al mérito militar otorgada por el ejército nazi, la presidencia de honor de la Hermandad Regional de la División Azul de Navarra, la encomienda sencilla de la Orden de Cisneros concedida por Franco (1960), la Gran Cruz del Mérito Civil otorgada también por Franco (1961), la presidencia de honor de la Armonía Txantreana (1960), la placa de Caballero Comendador de la Orden de San Gregorio Magno concedida por el papa Juan XXIII (1961), el título de Pamplonés del año en 1968 -recibiendo 20.000 votos en la campaña “Referéndum por un hombre” organizada por Radio Popular-, hijo predilecto de Marcilla (1971), donde tiene también una calle -distinción que los sucesivos consistorios de su Iruñea natal le han venido negando tozudamente-, la medalla al Mérito del Ahorro en el centenario de la CAMP (1972), primer premio del San Fermín de 1983 en monografías por su obra Crónica de los Sanfermines (1983), o el nombramiento honorífico de miembro de la pamplonesa Comparsa de Gigantes y Cabezudos (1984). Su huella fue honda, y todavía hoy, todos los 6 de julio, los reyes de la Comparsa continúan rindiéndole un sencillo homenaje en el paseo Sarasate, delante de la que fue su casa. Existe también un reconocimiento íntimo y particular entre los pamploneses que pasan de los sesenta años, relegado a lo doméstico, donde Urmeneta es rememorado por su honestidad, honradez y generosidad extrema, célebre por desprenderse de buena parte de su patrimonio personal para entregarlo a quien lo necesitara.
Hombre de inteligencia portentosa, preparación extensa, gran capacidad de trabajo, memoria prodigiosa, curiosidad innata… cualidades todas ellas que se conjugaron en un político único en Navarra. En una entrevista publicada en Navarra Hoy en 1983 se definió como liberal y proclamó sus simpatías por el nacionalismo. Subrayaba que nunca se había considerado un alcalde franquista, y que en esas funciones le había guiado un principio de rectitud, más que de lealtad. Julián Balduz dijo, con motivo del fallecimiento de Urmeneta el 12 de junio de 1988, que tuvo la oportunidad de estar en puestos institucionales en una época de falta de democracia, siendo un hombre profundamente democrático, intentando aunar esfuerzos y voluntades de quienes le rodeaban para encontrar soluciones válidas para una situación antidemocrática. Miguel Ángel Muez fue más allá en su obituario, y lo consideró “hombre de izquierdas”, a pesar “de su larga trayectoria, con innumerables acompañantes que tantas veces se han aprovechado de él” y de que “los claroscuros nos impidan ver sus intenciones”; creyó “profundamente en los hombres; su vida ha intentado ser un servicio a ellos. Unas veces lo ha conseguido más que otras, pero siempre ha dejado huellas de su generosidad y dedicación”.
El autor es profesor titular de Historia del Derecho en la Universidad Pública de Navarra
Miguel Javier Urmeneta
Uxue Barkos Berruezo Portavoz del grupo municipal de NaBai y diputada de Geroa Bai – Sábado, 29 de Noviembre de 2014 – Actualizado a las 06:07h
Estos últimos días la polémica suscitada en torno a la concesión de la próxima medalla de Navarra ha tratado a nuestro entender de manera injusta la figura de Miguel Javier Urmeneta. Alcalde de esta ciudad durante el franquismo, etapa de la historia que cuenta con nuestro rechazo más absoluto, lo cierto es que la trayectoria de Urmeneta trasciende, y con mucho, este momento, como lo demuestra el hecho de su protagonismo ya en democracia en proyectos de importancia tanto en lo social como en lo cultural.
Queremos además recoger con este ruego al Pleno del Ayuntamiento de Pamplona-Iruña -fue presentado el pasado viernes 21 de noviembre- el sentir de un buen número de vecinos de Pamplona y de sus más allegados, que en la injusta comparación surgida en esta polémica quieren por el contrario poner de manifiesto su dedicación en la defensa de los más débiles o su propia trayectoria personal y vital tan alejada de lo que la citada comparación propone.
Como ha dejado escrito uno de sus hijos, Miguel Javier Urmeneta hubiera recogido la medalla además como primer presidente que fue de Euskalerria Irratia o como fundador de la ikastola de Sartaguda.
Miguel Javier Urmeneta
Andoni Esparza Leibar
En los países que han padecido largas y sangrientas dictaduras, resulta incómodo recordar el pasado. Porque, salvo el caso de un puñado de héroes (muchos de los cuales murieron de forma violenta o tuvieron que llevar una vida infeliz), la inmensa mayoría de la población, en mayor o menor medida, se vio forzada a adaptarse.
Actualmente, tras la polémica por la concesión de la Medalla de Oro de Navarra a Miguel Javier Urmeneta, se han publicado cartas y artículos que tratan diversas facetas de su personalidad. Quiero añadir una anécdota.
A finales de los años sesenta del pasado siglo, la empresa para la que trabajaba mi padre se planteó realizar una inversión en Navarra. Aprovechando una visita en París a Manuel de Irujo -quien había sido ministro de Justicia en el Gobierno republicano durante la Guerra Civil-, solicitó su consejo. Irujo le dijo que hablara con Urmeneta, por aquel entonces diputado foral y director de la Caja de Ahorros Municipal de Pamplona. Pidió también que le transmitiera sus saludos.
Así lo hizo y fue amablemente tratado por Urmeneta. Esto, visto desde nuestra actual perspectiva resulta elemental: simplemente la relación entre dos personas educadas. Pero en aquellos tiempos se trataba de algo inusual. Cualquier otro alto cargo del franquismo hubiera procedido de forma diferente. Lo más probable es que, tras salir de su despacho, esa inoportuna visita que le venía con el mensaje de un conocido exiliado político, llamara de inmediato a la Policía para que lo detuvieran. Pero, como era de prever, en este caso no sucedió así.
Para Medalla de Navarra polemica la de 1974, pero en fin, si me preguntan yo se la hubierada dado a su hijo (al hijo de Urmeneta digo).
Y respecto al asunto central, pues no se si UPN se escindira, ya se le desprendio el ala pperil no se que pueden pretender llevarse los siguientes.
¿Tu crees en serio, artola, que un joven militante del PNV de 21 años hijo del Director de La Voz de Navarra, el periódico jeltzale de la época, y miembro de Napar Buru batzar y sobrino del Presidente del Euskadi Buru Batzar se alistó «voluntario» en el requete?
Yo conocí a un militante jeltzale,(de Abando concretamente), que se pasó a Fuerza Nueva allá por el 77-78…así que….
Que URMENETA luchara contra Salir,no debe avergonzarnos, saludos, en especial para artola
Perdón,contra Stalin.
Así sea, todo el apoyo jeltzale a la gloriosa división azul!
una saludo tambien para ti arrano; pero me parece incompatible declararte nacionalista vasco y alistarte a requete y a la divison azul.
no fue voluntario, ander? he leido por ahi que si. por que crees que no?
en cualquier caso parece imposible analizar a un hombre que quizas por ser «entrañable» y euskaldun se le hace la vista gorda, veo que no sois los unicos :
– Miguel Ángel Muez fue más allá en su obituario, y lo consideró “hombre de izquierdas” –
tenia confundido a todos dios este tipo, un hombre de «izquierdas» metido a la division azul y «nacionalista vasco» metido a requete.
un tipo con las ideas muy claras, mas o menos como si un franquista convencido militara en ETA-m.
hombre visto asi arrano …. pero no nos engañemos, alistarse en la division azul tenia mas connotaciones aparte de exclusivamente luchar contra stalin.
Sí, las de querer ser un gran cineasta, caso del famoso miembro de la división Azul García Berlanga.
Este fue un traidor al partido nacionalista vasco y sus gentes , lo mismo que el ingeniero Goikoetxea ( Talgo ) y muchos dirigentes jelkides en el santoñazo. Parece que los » humanistas » han traicionado bastantes veces la » palbra de vasco «