Pedro Luis Uriarte (*) Ekoberrin
En el último Encuentro Empresarial de Elkargi, celebrado en Donostia el 28 de Marzo, comentaba que vamos a tener que convivir con las consecuencias -directas e indirectas- de una crisis que va a continuar, con gran intensidad en 2012 y que, además, puede tener larga duración y compleja salida.
Estamos, sin duda, ante un fenómeno “diferente”, no sólo por su extensión, sino por su impacto brutal sobre el principal mercado de las empresas vascas. Una crisis que ha acelerado, todavía más, el cambio en la economía global y que es también “diferenciada”, pues afecta mucho más a los países desarrollados y, en consecuencia, ha desequilibrado, para siempre, la distribución de poder en el mundo.
España está pagando la “factura” más dolorosa de toda su historia económica. Todavía le quedan por delante muchos meses de dura recesión y afrontar los problemas de doce Comunidades Autónomas, que representan el 83% de su PIB, con tasas de paro superiores a más del doble de la Zona Euro. ¡Quién lo iba a decir en el brillante 2007!
El País Vasco acredita, por el contrario, una posición más favorable, pero debemos asumir, igualmente, que este año será muy negativo, aunque la economía vasca no sufrirá una caída tan profunda como la de la española.
La primera obligación es resistir. Pero, además, e imperativamente, se debe “Repensar Euskadi” en lo económico, en lo social, en lo personal… y también en su implantación internacional. No estoy planteando un mero ejercicio “intelectual”, sino el decisivo proyecto de transformación de esta década, para lograr un País Vasco mejor posicionado internacionalmente, respetable y respetado, generador de empleo y con futuro.
“Repensar” Euskadi, exige un cambio de modelo que hoy está siendo ya afrontado por economías que abarcan dos tercios del PIB global. Lo podemos, y debemos, hacer realidad. Hay que saber construir un País con visión de futuro, no de pasado, para lo cual tenemos que asumir que el mundo -y su economía- está cambiando decisivamente y que, tras la crisis, va a cambiar aún más.
Para reposicionar Euskadi internacionalmente debemos migrar de lo simple y convencional a lo complejo y diferencial, lograr una mayor penetración en mercados emergentes, e impulsar una internacionalización a fondo de la economía vasca.
¿Por qué internacionalización? Porque, si hacemos caso al FMI, se empieza a percibir en la economía global “una brisa primaveral”, aunque queden “nubes negras en el horizonte”. Y ¿por qué orientarnos hacia los mercados emergentes? Primero, porque estamos ante un cambio profundo en la proyección de las distintas economías: este año, el 85% del crecimiento mundial vendrá de los países emergentes que, hasta 2020, aportarán más de dos tercios del aumento del PIB global. Y, en segundo lugar, porque las consecuencias de la crisis seguirán afectando con más intensidad a los dos mercados de mayor importancia para las empresas vascas: España, sumida en la recesión, y la Unión Europea que evolucionará a bajo ritmo.
Hoy Euskadi consume el 21% de su producción de bienes, vende en el mercado español el 45% y exporta un 34% (21% a la UE, 4% a otros países de la OCDE y 9% al resto del mundo). Por lo tanto, dos tercios de los productos vascos se venden en espacios económicos con perspectivas de crecimiento negativas o débiles.
Gracias a que la economía vasca es, claramente, más competitiva que la española en su conjunto, a pesar de soportar un coste salarial muy superior, nuestras empresas han podido apostar decididamente por expandirse en otros mercados. Y lo están logrando.
Así, el País Vasco representa ya un 10% de las exportaciones españolas, un 60% más de lo que le correspondería por su cuota en el PIB estatal que hoy es una centésima menor al mítico 6,24% del Cupo. Corroboran esta favorable situación otros cuatro hechos destacables:
Primero, las exportaciones vascas han crecido fuertemente desde el inicio de la crisis, hasta un record histórico de 21.077 millones de euros en 2011, con un crecimiento anual del 20% (pero, en los primeros meses de este año, el ritmo está bajando). Segundo, en el tercer trimestre 2011 las ventas en el mercado español fueron, por primera vez, menores que las exportaciones. Tercero, se ha logrado un sensible superávit comercial de cuatro mil millones de euros o de casi ocho mil excluyendo los productos energéticos. Y cuarto, el sector exterior es mucho más sólido que en la crisis anterior: en 1995 se exportaban 6.217 millones de euros, el 22% del PIB, y en 2011 se ha alcanzado un 32% del PIB.
Esta positiva evolución, lograda año a año desde la constitución del primer Gobierno Vasco en 1980, es especialmente meritoria porque, a lo largo de demasiadas décadas, “The Basque Country”, “Le Pays Basque”, “Das Baskenland”, “Il Paese Basco” -como se nos denomina en nuestros cuatro mayores clientes internacionales- estaba asociado a la muy negativa imagen que ofrecía de nuestra tierra la dramática historia de terrorismo que hemos padecido.
Pero, contra viento y marea, con un enorme mérito de las empresas y con el decidido apoyo de las instituciones, se ha progresado. Y mucho. Lo demuestra, el elevado porcentaje de exportaciones sobre sus ventas totales logrado el pasado año por empresas vascas muy significativas (Iberdrola, CAF, Fagor, Gamesa, Tubacex, Tubos Reunidos, Cie, Petronor, Vidrala, Viscofan, Danobat, Ulma, Idom, Sener, ITP, etc.) o por distintos sectores: máquina herramienta, aeronáutico, automoción, etc.
En todos estos casos y en otras muchas empresas, lo logrado es consecuencia de la aplicación de un exigente Plan de Internacionalización. En otros, la exportación se ha convertido en la única vía para no echar la persiana, ante el derrumbe de la economía española y la atonía de la vasca.
A pesar del nivel alcanzado, no nos podemos conformar. Hay que avanzar mucho más, para que, sin desaprovechar las oportunidades que ofrezca el mercado español, la internacionalización sea el elemento clave de la estrategia empresarial vasca, y un componente nuclear de nuestro ADN, como economía. En otras palabras, tenemos que ser mucho más activos y ambiciosos, para llegar al nivel de los países mejor posicionados en la economía global.
En el escenario actual, nuestra máxima aspiración debe ser lograr, no sólo más exportaciones, sino, sobre todo, penetrar e implantarnos en más mercados, porque las relaciones con las economías más dinámicas del mundo pesan todavía muy poco. Como referencia, las exportaciones que se dirigen a Brasil, Rusia, India y China –los conocidos BRIC´s– no alcanza el 9% del total, muy por debajo del casi 20% que nos compra Francia o el 14% de Alemania.
Como conclusión, la economía vasca ha creado una sólida plataforma internacional que debe extenderse a los mercados de mayor dimensión potencial y de intensa capacidad de crecimiento futuro. Y tenemos otros desafíos a superar, en los que voy a tratar de profundizar en un próximo artículo.
(*) Presidente de Economía, Empresa, Estrategia
Decir que hay que salir fuera es fácil, pero el tejido empresarial vasco es de PYMEs y salir fuera cuesta mucho más.
Yo creo que ha habido una buena labor de asociación de empresas de cara a salir al exterior e incluso se pueden plantear colaboraciones entre corporaciones y PYMEs empresas (se me ocurre Mondragon, que va montando parques empresariales en diversos países).
La vocación internacional de los vascos es tradicional, es sólo a partir de la incorporación de los vascos al proteccionismo español vía abolición foral cuando la industria vasca se hace más españa-dependiente.
Las grandes corporacioens (Iberdrola, CAF, etc.) pueden estar libres de la marca España porque son conocidas. Pero una PYME, lo primero al que lo van a asociar es a su domicilio fisca/actividad, y como no haya una clara diferenciación de la marca vasca en europa, y estoy pensando en Alemania/Francia, que es donde la economía todavía se mueve algo. El cercano rescate español lo puede ahogar todo.
Bah, un pelota del Nosotros. haciendo lo que mejor sabe.
Bah, benjamin es un pelota de francisco franco dejando su rastro por aquí.