Joxan Rekondo
Si algo puso de manifiesto el debate que se produjo el pasado jueves en el Parlamento es que la paz no es, como se dijo, ni unilateral ni incondicional.
Para empezar, diría que la propuesta de los parlamentarios de Aralar (aunque les haya acarreado la reprobación del partido) merecía mejor suerte. Lo mismo podría decirse del intento del lehendakari por articular, pese al desgaste político que acumula, un liderazgo institucional por la convivencia.
Ambos movimientos, sin embargo, se han realizado en un escenario poco propicio por las dos circunstancias que hoy condicionan el diálogo parlamentario, una de tipo objetivo (la inadecuación del actual Parlamento a la realidad político-institucional) y la otra derivada de la escasa disposición subjetiva de algunas fuerzas a reconocer al Parlamento Vasco un papel decisivo en la normalización cívica.
Se puede decir que este debate sobre la paz y la convivencia está enmarcado por dos declaraciones. La más reciente del Congreso de los diputados (21 de febrero de 2012) y la anterior de Aiete (17 de octubre de 2011).
El lehendakari ha querido, fiándolo todo a un carisma del que hoy por hoy carece, encabezar la materialización del acuerdo del Congreso (promovido por PSOE, PP y PNV), que demandó la disolución de ETA y reforzar la memoria e instó a que en Euskadi se adoptaran medidas para avanzar en la convivencia.
Pero, aquí su socio preferente Basagoiti se ha aferrado al ‘Batasuna o yo’. No hay novedad en el gesto. En el fondo, el PP vasco quiere cubrir la retaguardia del gobierno español. Una cosa es aceptar, según dicen pretender, una labor discreta de cocina ‘a tres’ para promover la reinserción de presos al compás necesario sin hacer el juego a la izquierda abertzale. Y otra cosa muy diferente sería facilitar el sometimiento del gobierno del estado a una presión fuera de su control que en este caso provendría de una ponencia parlamentaria vasca, con una discusión ampliamente publicitada y sin agenda fija que se podría mover en una dirección inaprensible para Rajoy.
Algo parecido le sucede a la izquierda abertzale y sus aliados. Afectado por el pecado original, aceptar Parlamento Vasco como foro de resolución democrática de conflictos causa repelús al MLNV. Ahora, con un parlamento incompleto, su mensaje parece incluso lógico. No lo será cuando su brazo político esté representado en él. No sólo es cosa, sin embargo, de dónde se discute. También lo es de qué. Maldicen del acuerdo del Congreso que ha evitado una declaración mayoritaria a favor de la ilegalización de Bildu y Amaiur. Sólo cabe un camino, dicen, que es el de Aiete. Todos los demás partidos lo hacen mal y requetemal. Pero, sobre todo el PNV, ya que está en la conferencia de Aiete y está además en la declaración del Congreso. Esta ubicuidad les parece inaceptable y se cierran: ‘el PNV debe elegir, o con unos o con otros’.
‘Conmigo o el caos’. Este es el juego de los extremos. En este juego, no les duele prenda para utilizar para sí el interés general, para argumentar sus posiciones en clave de integración política, de rechazo a las exclusiones o de defensa de la democracia. Hace unos años, leí a Jon Elster que este hecho de que el discurso partidista se conjugue como si le correspondiera la representación ejemplar del bien del todo social era positivo, ya que reflejaba la indiscutible aceptación de la preponderancia del bien común por encima del interés particular sin lo que la defensa de los planteamientos de parte se le haría inadmisible a la opinión pública. A esta paradoja política, Elster la llamaba muy apropiadamente ‘fuerza civilizadora de la hipocresía’.
Alrededor de esta curiosa cuestión, que los partidos revistan de interés público sus argumentos particulares (aunque lo hagan hipócritamente) es posible que sea un buen síntoma, mientras no se apropien de la representación de aquel bien colectivo para sí negándosela a los demás. Por ejemplo, volviendo al caso que estoy analizando, decir que el camino propuesto por uno mismo -además de ser el adecuado al bien común- es el único posible es un ataque frontal contra la convivencia final que se busca, si se quiere que ésta sea plural.
Así lo planteaba ayer el editorial de Gara, ‘la única hoja de ruta’ es la de Aiete. Pero, podría replicarse, ni estaban ni están todos en Aiete. Ni todos los que estaban en Aiete asintieron su declaración final del mismo modo. Y algunos de éstos tampoco respaldaron las conclusiones de la conferencia al pie de la letra, sino que sólo apoyaron la escenificación del acto.
Al final, no es justo hablar de único camino, única ruta o pensamiento único. Tal y como he dicho al inicio, lo primero que desmiente la mención a una única ruta es la prometida unilateralidad e incondicionalidad de la paz. Si se trata de un proceso democrático, estaríamos hablando de una ‘democracia tutelada’. Para que esta tutela se verifique, el MLNV proclama lo de siempre: que su camino es el único. Pero, más que mostrar que no hay otra alternativa razonable, creo que lo que esta jugada busca es impedir que estas alternativas (que sí existen en realidad) se manifiesten, dialoguen y se completen recíprocamente en la convivencia democrática que deseamos.
Está claro que el MLNV plantea siempre sus procesos bajo su batuta y el aviso de que hay que hacer lo que ellos digan. Ese es un buen consejo, pues muchas veces habrá que hacer lo contrario de lo que dicen para ir por la senda correcta. Ahora se preparan para las próximas elecciones poniendo las pintas más ufanas posibles. Pero ya advierten que habrá que seguir sus ordenes. Esperemos que el nacionalismo no caiga en ese tipo de llamadas.
Por regla hay que hacer lo contrario de lo que diga la IA, no importa lo que diga pero lo contrario.
Por regla siempre le gusta al MLNV plantear inasumibles que funcionen como cuñas que traben.
Bienaventurados los gansos.
Posiblemente si tuvieramos en vez de Garitano a un ganso en términos practicos la Diputación seguiría igual (de parada, claro está). No a nivel estético, que está claro que Garitano parece un tío duro, no un ganso.
Kaixo Lagunas,
Cum Laude. Vamos muy bien, los malos aislados. Son apestados, los apestados de la basura. Hay que tomar ya la diputación de Gipuzkoa, nuestras constructoras se impacientan y ya estamos tardando.
Muy bueno, Betiko. Pero la empresa privada guipuzcoana no se va a reactivar por la mano de nuestra diputación y haremos de Garbitania con todos los cargos de Bildu la vanguardia de modelo empresarial publico en el que sólo los incondicionales podrán tomar parte. A tí por ejemplo, te pondría en el departamento de ventas.
Para que la cosa quede clara (¿?) el partido centenario decide trabajar, sus parlamentarios al menos, en día de huelga.Eso sí ,al alimón con el PP morroi de «los mercados» y al que todo le parece bien si viene de Bruselas pues total , oiga, ellos ya tienen su cartera llena.
Las coincidencias , ideológicas y de intereses ( sobre todo pecuniarios), se acumulan una tras otra.
Bueno, en alguna cosa igual no coinciden, en los ambitos identitarios ó de país.No importa se atrasa hasta el 2015 la cuestión, y aquí no pasa nada.
Por establecer diferencias.En Cataluña CIU está dispuesta a negociar con los neoliberales del PP-Lehman Brothers a cambio de un pacto fiscal.
En EH la negociación sería a cambio de un pacto poltronal tambien llamado de bussines are bussines.
Mientras el líder dice respetar y no compartir la huelga del 29M.
El verbo compartir lo conjuga en otro tipo de situaciones , como consejos de admón ect..
http://www.gara.net/azkenak/03/328222/es/PNV-PP-rechazan-adelantar-pleno-29-marzo-Camara-Gasteiz-pese-huelga
El capitalismo, si, Juan, ese monstruo de múltiples cabezas, tu sin embargo eres el adalid de la revolución en este foro de reaccionarios, la vanguardia de la alianza mundial de los desposeídos, Bildu, Chavez, Almanineyad, Fidel Castro, son las luminarias que encienden los corazones indomables de los prisioneros revolucionarios que aquí desde las entrañas del Estado seguimos en lucha y conscientes de que la victoria está cerca. Y no nos importa que Xabier Mikel se incline ante el borbón ni que la bandera de España ondee en San Sebastián por que son cuestiones secundarias.