Ion Gaztañaga
Después de los Concierto Económicos, Manuel de Irujo da paso a una de las instituciones ya tratadas en este blog, la institución de la familia, que junto con la Casa, a la que está unidad de forma especial, constituyen la piedra angular de las tradicionales instituciones vascas. Así, José Miguel de Barandiaran afirmaba que:
«La casa tradicional vasca es una institución de carácter económico, social y religioso integrada por una familia que son los moradores actuales en comunión con las almas de sus antepasados, portadora de una tradición y encargada de funciones religiosas irrenunciables. Esto ha modelado, el «Etxe» de suerte que haya sido considerado como inviolable, que haya gozado del derecho de asilo, que haya sido inalienable y que debe ser transmitido íntegro e indiviso dentro de la familia».
Familia y casa, por lo tanto, forman en lo vasco no sólo una simbiosis económica, sino también social, moral, religiosa, y anteriormente, mitológica. Según algunos sociólogos la tipología matriarcal vasca implicaría la coimplicación de una subestructura psicomítica: La sociedad y la mitología gira en torno a la Gran Madre, al tiempo que esta se encuentra representada como Mari en el hogar como la madre-mujer o etxekoandre. Así nos lo recuerda José Miguel de Barandiarán:
Etxekoandre, etxekoandere: «Es el principal ministro del culto doméstico. Ella practica, en efecto los actos cultuales, como ofrecer luces y comestibles a los difuntos de su casa, bendecir a los miembros de su familia una vez al año, adoctrinar a todos en el deber de mantenerse en comunión con sus antepasados (…)»
Esta relación ha sido analizada múltiples veces por los pensadores vascos, y presentada como base de la constitución social vasca. Así, el sociólogo jesuíta Luis Chalbaud presentaba en el Primer Congreso de Estudios Vascos (1918) su trabajo «La familia como forma típica y transcendental de la constitución social vasca». En ella se expresan los pensamientos clásicos del vasquismo y fuerismo para definir a la familia como semilla de la sociedad, «base de su primera formación moral», añadiendo que la sociedad, será tanto más perfecta cuanto más se asemeje a la familia y a la troncalidad de la Casa:
«De ser ese su espíritu dimanan los apellidos toponímicos, porque la fijeza que dan los derechos de la familia a la raíz la clavan en ella, y basta designar el nombre del caserío para señalar con ellos a sus habitantes que le prestan su vida; y de esa suerte por todas partes va pregonando el vasco con su apellido la raíz de donde procede, el tronco que le ha dado vida, la cuna cariñosa que meció sus primeros sueños»
«Y a tal punto llega esa inflencia del caserío en los nombres y tan natural es su origen, dada esa constitución social proveniente de la familia, que aún en los inquilinos se va designando ordinariamente, no por el nombre de sus padres sino por el del caserío que cultiva, que ha ido la mayor parte de las veces pasando, de generación en generación, por manos de la misma familia de inquilinos»
Este hilo de este pensamiento clásico abarcaba también la importancia política de la familia, una importancia que el nacionalismo que representaban entre otros, Irujo, Agirre… recogía y hacía suyo, como una fuente de la que había muchas lecciones políticas que aprender para el mundo moderno, un mundo moderno en el que el nacionalismo vasco debía recoger lo mejor de la tradición para moldear unas instituciones, unas leyes y unos principios económicos más acordes con la naturaleza humana y la experiencia histórica vasca. Así lo veía Irujo:
La primera de nuestras instituciones económicas, además de serlo de las civiles y políticas, es la familia (…). El caserío es el instrumento que hace de Euzkadi una inmensa clase media, distinguiéndonos a los vascos de los grupos humanos que nos rodean y que, de manera singular en la península, se caracterizan por distribuir sus colectividades entre un reducido número de privilegiados y la muchedumbre de desheredados de la fortuna. La persistencia y el espíritu socialmente conservador de nuestro pueblo, radican en la familia, en el hogar, en el caserío. El caserío produce labradores, capataces, contratistas, misioneros, emigrantes, artistas e industriales, guarda los tesoros del pasado y acopia el ahorro para el futuro. El caserío ha realizado el milagro de transformar nuestras pobres tierras de la vertiente cantábrica, en campos llenos de vida, de bienestar y de riqueza. (…)
Esta institución familiar, en su perenne renovar de la raza, permitió a Schuchardt dirigirnos en el Congreso de Estudios Vascos de Guernica aquellas hermosas y halagadoras palabras: «Los vascos sois antiguos, pero no sois viejos. Os saludo como se saluda a la aurora». (…) Nuestra democracia tradicional es orgánica e institucional, no atómica e inorgánica, porque la molécula social es la familia. Las asambleas populares vascas fueron integradas siempre por los hogares; en ellas, el voto correspondió a la familia, no al individuo. (…)
Fuera de la Navarra peninsular y de la llamada tierra llana de Vizcaya, en todo el resto de Euzkadi, tanto en la del Norte que forma parte de Francia, como en la meridional que integra España, el Estado es el primer enemigo del hogar, enemigo de jure y de facto, que obliga a la familia vasca a vivir fuera de la ley desde el instante mismo en que se constituye, educando a nuestro pueblo de manera tal, que para él, la ley es un adversario(…). Parecerá extraño por lo monstruosa esta concepción a quien me leyere con un sentido demócrata de la vida, y sin embargo, es ella la realidad, como vamos a verlo en algunos ejemplos concretos. (…)
El Código de Napoleón instauró el sistema de legítimas forzosas, sistema que, aunque mejorado, fue llevado al Código Civil español. Ello quiere decir que el caserío y sus tierras, en lugar de constituir para la ley una finca indivisible (…) ha de ser partido entre los hijos, de manera que cada generación destruya su subsistencia de un modo necesario. Para defenderse de la ley, la familia tiene que burlarla, simulando el reparto forzoso de los bienes (…) puesto que los hijos aceptan como legítima una cantidad que no corresponde (…), con el fin de que el peculio familiar pueda ser transmitido a uno de ellos, que es el continuador del hogar. Los notarios, en general, son coadyuvantes (…), porque de otra manera, habrían de emigrar del país (…). Yo he presenciado en la notaría (…) la llegada de unos caseros, que venían a preparar los contratos «a la navarra» para sus hijos. (…) Me explicó a continuación cómo en aquella parte de Guipúzcoa, eran denominadas «capitulaciones a la navarra» las que se otorgaban esquivando las prescripciones del Código Civil.
En la parte vasca continental, el Prefecto de Bajos Pirineos (…) hacía constar que la mayor parte de los padres continuaban asegurando a los primogénitos la propiedad exclusiva de sus herencias por medio de ventas simuladas y que «en gran número de familias (…) los hermanos más jóvenes no quisieron prevalerse de las ventajas que les daban las nuevas leyes. Se han visto numerosos ejemplos, principalmente en el País Vasco, en el que se conservan como una especie de religión el patrimonio de los padres en toda su integridad».
Las disposiciones forales de Navarra (…) nos ofrecen un panorama que (…) los bienes se transmiten, por lo general, no por testamento, sino [que] los padres hacen donación universal en favor de uno de sus hijos, de todos los bienes de la casa, presentes y futuros, habidos y por haber. El pacto sobre herencias futuras, reputado inmoral para casi todas las legislaciones del mundo, constituye en nuestra tierra base económica del hogar. (…) Son concertadas reservas a libre disposición de los padres donantes, que siguen ejerciendo el usufructo, dirección y administración del caudal familiar; y se fijan los haberes legitimarios de los restantes hijos, que mientras no contraigan matrimonio o tomen estado religioso, continúan con derecho a vivir en la casa paterna y ser en ella alimentados y asistidos (…) trabajando en beneficio del hogar lo que sea razonable, según frase consagrada por la costumbre. Se previenen y regulan de igual manera los casos de discordia, muerte intestada de los donatarios y segundos matrimonios de éstos.(…).
La preocupación fundamental de los otorgantes, es la de continuar la vida del hogar y librarlo de intervenciones extrañas a la familia, entendiendo como tales en primer término, la ley y la justicia. Aquel castizo adagio castellano de «justicia y no por mi casa», encuentra expresión feliz para reflejar las precauciones (…) de la familia vasca. (…)
A pesar de todas estas precauciones hay pleitos (…); los más, reflejando en sus disquisiciones el conflicto de (…) leyes que tuvieron expresión escrita (…) y que en el actual momento carecen de norma regular de renovación para ser adaptadas a los tiempos presentes. Estas leyes se ven acechadas y en pugna con las dictadas por los poderes públicos del Estado, que jueces y magistrados extraños al país aplican (…), que constituye un ataque permanente contra el sentido más rudimentario de la vida jurídica. Porque, el Derecho civil vigente en primer término es el foral (…).
El heredero de un hogar es hijo o hija indistintamente, es decir, que no se reconoce preferencia por mayoría ni por sexo. (…) Por eso, no es otorgado en favor de los individuos, sino del hogar. (…) Complementa esta organización el usufructo de viudedad, en cuya virtud, todos los bienes (…) pertenecientes al cónyuge premuerto (…) continúa disfrutándose por el superviviente, de tal manera que el matrimonio queda disuelto, pero la sociedad familiar persiste sin modificación en su vida práctica.
La economía política vasca fue fundamentalmente liberal, aún en los siglos de vida feudal más intensa de Europa; pero la economía privada, el derecho de propiedad (…) mantuvo un fundamento de tipo social, que libró a nuestro país, tanto de (…) de los abusos del capitalismo, la dispersión y los minifundios. (…) No creáis que es demasiado fácil encontrar culturas nacionales en las cuales ambas nociones corran parejas. (…)
Un detalle que avala este carácter social de la propiedad privada, lo refleja la disposición foral navarra, por la cual, el derecho sobre el caudal familiar es atribuido a la generación futura (…) entendiéndose otorgadas en favor de «criaturas que están por nacer» que dice la ley foral. (…)
Otra disposición que (…) refleja esta preocupación de tipo social, es la ley que ordena, para el caso de morir sin hijos un matrimonio, que los bienes raíces, la casa y las tierras (…) vuelvan al tronco familiar de donde proceden, para que en su seno puedan cumplir aquella misión social. (…) Se niega facultad al titular para que lo destine a motivos piadosos o benéficos, para recompensa de servicios prestados, o con cualquier otro designio, laudable en sí, pero que bastardearía la función social que al hogar está encomendada.
JELen agur
Simplemente fascinante el tema que nos trae Ion y que le agradezco.
Destaco el concepto de cómo el pueblo vasco, siendo tradicional, era avanzado. Porque ambas cosas no se contraponen. Manteniendo la tradición en su justa interpretación, se situaban a años-luz del entorno que avanzaba lentamente (ganando facetas y perdiendo otras) en la justicia social a base de guerras, levantamientos, proclamas, múltiples crímenes y abusos.
El vasco, simplemente sabiendo cuidar el sentido real de las cosas con talento y firmeza, era capaz, pese a las infamias que sobre él vertían todos los pueblos nacidos en otra mentalidad, mantenía una ventaja infinita en la defensa del ciudadano y su casa.
Quizá le ha faltado a Ion decirnos la bibliografía de la que recoge los textos (o me lo he perdido).
Yo leí el aspecto «fogueral» de la vida política vasca del gran José de Ariztimuño (Aitzol) en «La democracia en Euskadi». Y que tiene mucho que ver con el tema que aquí se trae.
Muchas gracias
Oso artikulu ona eta iradokitzailea.
Es impresionanante lo que ha supuesto etnografica y antropologicamente la familia y el caserio como base y fundamento de esta en la cultura vasca.
Raíces en la modernidad, no, se trataría de un “ni” en forma de “gu” que nace de los fundamentos antropológicos del universo simbólico vasco y que empapa todas sus posteriores manifestaciones etnográficas.
En cualquier caso, ese “ni” que principalmente se manifiesta en forma de “gu” no da cuenta de un pensar que anulara el yo o no lo hubiera explicitado no, estaríamos hablando de una cultura profundamente familiar donde al hablar en la plaza pública de mi, no puedo sino haciéndolo de “nosotros” (mi familia y yo), al hablar de mi casa, mi cosecha, no podría sino hacerlo en forma de “nuestra casa”, “nuestra cosecha” (de mi familia) (muestra de ello es el hecho de que la mayoría de las esaera zaharrak se formulan desde un “gu” o hacia un “zuek). Todo esto de tal manera, que la plaza pública, el encuentro comunitario no sería sino un “gu” comunitario que aglutina y asume otros “gu”s familiares; constituyendo así la familia no sólo una realidad antropológica de arranque, sino un elemento realmente estructurador del tejido colectivo.
Oso artikulu ona Jon. Zorionak egin duzun lanagatik.
Magnífica semblanza de la resistencia vasca a las leyes jacobinas. Demostración también de la unidad familiar, que es el pilar sobre el que se asentaba la democracia vasca. La unidad familiar representada en la casa, la primera institución vasca y la más importante. Aquellos campesinos convertidos en empresarios, profesionales y trabajadores supieron llenar con la épica familiar las nuevas formas productivas.
Bueno yo en cambio que considero que IRUJO, fue un gran demcristiano, de su tiempo que le toco vivir, agora parece que en Euskalerria no hay un solo, POLITICO DEMOCRISTIANO HUMANISTA, que así se tenga en su cabeza.
Agora que estamos GUERFANOS de politicos cristianos, todos son pragamatIcos o exboltxebikes, apegaus a la pasta del poder, A LAS LISTAS CERRADAS Y ALA ESTRUCTURA piramidal de los partidos, estamos en una palabra abandanaus.
Volveran desde luego otros tiempos mejores para nosotros los humanistas de formacion y raíces cristianas y euskaldunes, pero da pena ver como nos han abandonado, como su fueramos una reliquia del pasado, por esta caterve, de excomunistas y progres(pero con pasta, del poder), estos progres de pacotilla, de la barbacoa y del gastos social, con los fondos del estado, porque el de ellos a buen recuerdo, si hiciere falta en los bancos judios.
Joseba he leido atentamente tu soflama, y pienso que a IRUJO se le va la mano, la familia del baserri ya no es lo de antes, sabes a nada que examines la realidad que es una constatacion empirica que ese nucleo esta MEDIO PERDIDO, separaciones divorcos y singles, que la tasa de natalidad ha decrecido a limites alarmantes y que las familias que subsisten, valga la redundancia, tiene serios apuros pa llegar a fin de mes, mutxas, al menos, no et cuento las familoias monoparentales y toda este lexico al cual nos hemos acostumbrado.
La etxekoandre, mira yo es que no le veo diferencia con una AMA DECASA de Galicia o de Cuenca o Albacete, pienso que se excede en idealizar nuestro yo etnico,el hombre cazaba y la emakume cuidaba de la huerta y de la recoleccion.
El codigo civil napoleonico, fue un avance frente a la sociedad retrograda, unos se quedaron en el baserri y otros fueron a ARGENTINA O mEJICO E HICIERON FORTUNA, y tal vez se solazaron más, a veces el baserri para el mayorazgo fue una autentica UZTARRIYA, y le esclavizo la vida, lutxando contratra tantes y carniceros, te lo digo yo que mis antecedentes vendian sagarras y lo que podian en el mercado de TOLOSA o de la BRECHA.
Si Irujo levantara la cabeza y viera este espectaculo de tecnocratas, bastantes de ellos mediocres, colocados por el party y la familia, el que padecio exilio y le persiguieron hasta los nazis de franco y los de alemania y que al parecer lutxo por humAnizar las carceles , ante los sanguinarios de uno u otro bando, se que daría AKOJONAU.
Vamos fatal, de culo y mutxo paro en padres de familia, en Euskalerria, y va a ser COYUNTURAL ojala no ESTRUCTURAL, MIRA joseba SABINDARRA, una cosa es predicar Y OTRA dar trigo.
Por cierto nuestras leyes no eran las mas justas del mundo, habia jauntxos dueños de tierras, de molinos y de ferrerias y tuvimos que emigrar en cantidad, valiendonos de las conquistas españolas, los vascos, fuimos los primeros en buscar el oro, LOPE, y VIENEN TIEMPOS DIFICILES.
Irujo un gran señor navarro.Saludos.
Pakabar, deseo que BILDU, sea presidente de la KUTXA, y que gestione las hipotecas y los prestamos mejor que los anteriores, me temo que akabara, embargando viviendas, con el fideicomiso, PUES COMO LOS DEMAS.
Arrano, no te preocupes. Tú como buen democristiano, humanista y conservaduro mereces ser preservado in secula seculorum. No en formol, pero si en una urna con el resto de especies en serio peligro de extinción. Con los bultzas y con las reliquias que todavía queden de la Euskalherriya medieval. Sois representantes genuinos de que el pasado vasco siempre fue mejor, en lo ideológico claro. Salu2
Qué inmensa mentira, si habéis puesto la identidad política por encima de la familiar. Si hay familias partidas por vuestras gracietas. Si para vosotros lo primero es la secta, que no sé por qué pretendéis que es una comunidad natural, si os la habéis inventado, si no respetáis los vínculos sanguineos propios de la familia. Vaya troleros.
¿Manuel Irujo ha puesto la identidad política por encima de la familiar? ¿El PNV ha partido familias? Cuanto odio echas por la boca.
En fin Ion, gran aportación la de hoy también.
Por lo demás pues tenemos a algunos de los habituales soltando las mismas chorradas superficiales de gente que adolece de «cobardía intelectual», que aún no se han dado cuenta que en muchos aspectos críticos de la vida en sociedad, muchas costumbres, logros de hace siglos funcionan en perfecta simbiosis con los retos (que no son pocos) que tenemos encima y para mantenernos ocupados unos años.
Queda claro que lo viejo (antiguo) en muchos aspectos se fusiona con lo joven (nuevo).
Claro que las mentes marxistoides se empeñan en desterrar todo lo que huela a viejo (digamos que casi todo) e impulsan lo que ellos llaman lo nuevo que en muchos casos es lo más retrograda que ha parido la humanidad.
Menos que hay algunos habituales que están para neutralizar las chorradas de los otros.
Zorionak!
JELen
LAs cosas, ideas, instituciones, leyes y costumbres que perduran por largo tiempo no son por ello viejas y retrogradas, frente al supuesto » progresismo» que predica la izquierda de salon segun el cual todo lo nuevo es bueno. Hay que perder complejos y reivindicar muchas de las ideas y valores que han caracterizado al Pueblo Vasco a lo largo de la historia porque ellas son la causa y garantia de nuestra superviviencia como pueblo.
¿Niegas que hay familias rotas por la política? ¿En qué «comunidad natural» ocurre eso?
Mientras que creo que los vascos en general hemos sido emprendedores a través de la historia (por eso hemos emigrado tanto) y considerando que por lo menos en mi niñez el ser alperra y guzurti eran los peores insultos, creo a la vez que hemos idealizado demasiado nuestra forma de ser. Y se puede observar en los siguientes hechos históricos. Muchos quieren ser independientes y se olvidan que fueron a pelear CON el invasor romano a Bavaria. No conozco ningún rey de Navarra que se llame Etxebarria, ni Aristondo. Unos peleaban por Navarra y otros por Castilla. Hay que tener en cuenta que nadie escribió de una Euskadi independiente a través de los siglos y todos los Señores y grandes empresarios (que yo sepa), trabajaron con o para el reino de España. Hay que tener en cuenta las guerras Carlistas y la Civil, además del hecho que tenemos varios partidos políticos nacionalistas (uno por cada txoko) que se encaman con cualquiera para obtener beneficios políticos partidistas. Mi abuelo fue alcalde del PNV, mi hermano concejal, el hermano mayor se volvió del PP, la hermana está influenciada por uno del BILDU y yo soy republicano en EEUU, desilusionado de la misma forma que los amigos que tengo en Euskadi, de lo ineptos que son bastantes de los dirigentes del PNV. Además, el PNV FUE democristiano en un momento, pero es capaz de cambiar de opinión sobre el aborto (donde está el Jaun Goikoa), para poder continuar detrás del escritorio. Todas estas circumstancias no se dan en familias y sociedades que funcionan bajo principios judeo-cristianos, sino donde la envidia, el oportunismo y el quijotismo abundan.
Siento tener que decir, que mis peores enemigos a través de mi vida y hasta en el extranjero, han sido los mismos vascos
Bonito y sincero, Rufino.