Ion Gaztañaga
Las instituciones económicas han tenido en los vascos un gran éxito, en el pasado y en el futuro. Al original concepto vasco de la propiedad comunal de la tierra y el de la casa, en lucha contra el feudalismo y el minifundismo, los vascos han desarrollado importantes instituciones económicas, unidos a las industrias del país en diferentes épocas, la pesca, la construcción de barcos, la extracción del hierro, junto con instituciones cooperativas y de previsión.
Instituciones que Irujo elabora en los capítulos de su obra «Instituciones jurídicas vascas» y que veremos en posteriores capítulos. Sin embargo, no sólo habría que resaltar las instituciones que los vascos han creado en su voluntad y en base a las capacidades de independencia jurídica que emanaban del sistema foral, sino a las instituciones, como los Conciertos Económicos, que se han creado en las épocas más aciagas de la capacidad de decisión de los vascos, demostrando la habilidad de convertir instituciones nuevas supuestamente temporales e impuestas, en nuevas instituciones de poderosa gestión económica.
En este sentido, los Conciertos Económicos, surgidos después de la abolición foral como mecanismo temporal y de transición al sistema centralizado de recaudación y gestión de impuestos, debido a la escasa intervención que tenía el Estado en los asuntos económicos al estar hasta entonces todo gestionado por las diputaciones forales que habían sido disueltas. Para demostrar que se pueden sacar fuerzas de la flaqueza, se han convertido en un símbolo compartido por todos los vascos: el Concierto y el Convenio, como acertádamente nos decía el experto Mikel Aranburu en su artículo «Convenio, Concierto, Convenio…», son instrumentos comunes a los territorios vascos de hegoalde, y han servido de inspiración unos a otros a lo largo de los años para ir perfeccionando el sistema.
Hay una cierta tendencia en algunos sectores del pensamiento abertzale, de contemplar los Conciertos Económicos como una especie de mecanismos post-forales y por lo tanto, impuestos por el gobierno central. Sin embargo, ya en el Estatuto de Gernika (art. 41.1) el PNV reclamó el Concierto como un órgano Foral aunque en la realidad jurídica el sistema foral había sido disuelto: “las relaciones de orden tributario entre el Estado y el País Vasco vendrían reguladas mediante el sistema foral tradicional de Concierto Económico o Convenios”. Es decir que el PNV no sólo aceptó el sistema de «mal menor» que impuso la abolición foral sino que comenzó a añadir más y más impuestos concertados en la liquidación del cupo (IRPF, IVA, impuestos especiales), recaudando las diputaciones forales cada vez más impuestos, y añadiendo un carácter indefinido al propio Concierto.
En este sentido, la opinión Manuel de Irujo entronca perfectamente con la praxis del nacionalismo en el futuro, pues advierte de que la diferencia económica o de prosperidad no sólo está en las leyes, sino en su aplicación. Como bien detalla, muchas de las leyes del código español a aplicar en Euzkadi, eran idénticas en otras territorios, pero es la capacidad de independencia de la gestión, la capacidad de aplicar la normativa de forma independiente, la que ha propiciado gran parte de la prosperidad vasca. Una lección que conviene aplicar también hoy en día no sólo con la normativa del Estado, sino sobre todo con la Europea. La ley puede ser la misma, pero los vascos debemos luchar por tener la posibilidad de gestión y aplicación propia, de forma que seamos capaces de sacar el mayor provecho y bienestar posible.
Es difícil enfocar este extremo con adecuación, porque la vida económica y social de hoy es producto principal del mundo contemporáneo, elaborado cabalmente a partir del momento en que Euzkadi pierde su soberanía foral en 1839. Las actividades vascas, de manera singular con respecto a la industria, el comercio, el trabajo y la seguridad social, han debido regularse con arreglo a las disposiciones dictadas por los poderes públicos de Madrid, sin que a los vascos nos haya sido posible elaborar las nuevas instituciones que corresponden a los actuales tiempos, o adaptar libremente las tradicionales, al igual que lo hicieron otros países, como éste en el que pisamos, poniendo de manifiesto cómo la tradición es compatible con el progreso. (…)
Los Conciertos Económico-administrativos estipulados entre el Estado y las Diputaciones vascas, han permitido a Euzkadi peninsular desarrollar algunas actividades provechosas, y utilizar con mayor eficacia que en el resto del Estado las ventajas de la propia legislación española. (…)
El régimen de los Conciertos Económicos nos ha permitido construir carreteras, mantener hospitales, establecer redes de teléfonos, iniciar algunas instituciones culturales, facilitar la construcción de ciertos ferrocarriles, cuidar de los montes públicos y repoblarlos, fomentar la ganadería, establecer las cajas de ahorro y aplicar desde ellas una parte de las disposiciones del Estado en materia de seguros, y librar a los Ayuntamientos vascos de la dependencia directa e inmediata del Ministerio de la Gobernación, cuya intervención (…) ha contribuido eficazmente a que en España se haya reducido a su más simple expresión la tradicional autonomía municipal (…). A los Conciertos debemos pues una parte principal de la prosperidad económica en que vivía el país al desencadenarse en 1936 la guerra peninsular.
El espíritu de empresa adquirió en Euzkadi gran impulso al advenir la era de industrialización y progreso material que trajo al mundo el siglo XIX. Así sucede que, mientras Euzkadi es el país más adelantado de la península (…) los vascos son los contratistas natos, constructores y banqueros de buena parte de las obras públicas y particulares, y los iniciadores y gestores de numerosas empresas económicas establecidas en España, reflejándose aunque en menor proporción este hecho, en las naciones nuevas erigidas en el continente americano. (…)
Fray Bartolomé de las Casas [en su libro Historia de las Indias], al referir los preparativos para el segundo viaje de Colón y el nombramiento hecho por los Reyes Católicos del Arcediano de Sevilla (…) para que preparara la flota que había de conducirle a las Indias, dice que las armadas de la mar son cosas más propias de vizcaínos que de obispos.
Para adquirir esta próspera situación, nos ha alcanzado, no sólo en sus defectos, sino también en sus ventajas, la ley del Estado. Las más de nuestras grandes industrias hubieran encontrado graves obstáculos para levantarse en el suelo de nuestra patria, en la forma que hoy ostentan al menos, sin la protección que otorga el arancel de aduanas. Esta protección no nos concede privilegio alguno sobre los restantes ciudadanos del Estado, pero los demás no (…) están tan preparados como nosotros para sacar utilidad de aquélla. Esta realidad innegable no nos reconforta. Los vascos aspiramos a que nuestros vecinos adquieran prosperidad, mejoren su existencia. Nunca habrá paz dentro de la península mientras las demandas nacionales de Cataluña y Euzkadi no sean satisfechas; pero, tampoco puede afirmarse un equilibrio económico si Castilla vive en la miseria. (…) Habríamos de desear una Castilla rica y próspera (…), sin olvidar un pasado de grandeza que nadie puede negarle, pero no haciendo del mismo la ley de su futuro y del de sus vecinos.
Tampoco nos satisface a los vascos el actual sistema económico por el que se rige el Estado. (…) Mantenedores de la plena personalidad nacional de Euzkadi (…) entendemos que las leyes económicas deben extenderse por más amplios espacios territoriales, con el fin de que cumplan el cometido de relación pacífica entre las naciones. Jamás se habrá encontrado entre nuestras demandas la de colocar aduanas en el Ebro; en cambio, nos estorban las que separan en dos los territorios de Portugal y España, y las que dividen por el Pirineo Euzkadi continental y peninsular. La aduana es la casamata más avanzada de la guerra. El día en que el mundo no estuviera dividido en departamentos estancos de absurdas soberanías económicas, las artes de la paz podrían aspirar a desarrollarse (…).
Sabemos sí, que muchas de nuestras grandes factorías industriales habrían de transformarse y algunas quizá desaparecer. Nos sentimos con bastante vigor para arrastrar las consecuencias de aquella posibilidad, que no habría de sorprendernos al ser planteada con la brutalidad de los problemas del trabajo y de la economía social. Otras más hondas transformaciones esperan al mundo occidental en fecha breve, porque para algo dieron su sangre y su vida las masas anónimas alineadas en los frentes de combate. La justicia social no se satisface con su enunciado, sino que exige su aplicación a la impura realidad en que se mueven, no siempre con equitativa ventaja, los privilegiados de la fortuna, hombres o pueblos.
Ya que en el articulo de Goikoetxea se ha debatido la cuestión de la estatalidad, merece la pena dar un repaso a la concepción del concierto dada por Irujo y la consecución del concierto gracias al PNV durante la primera transición.
La restauración del concierto económico, en una época como la fines de los 70 y principios de los 80, fue una cuestión providencial, dentro del contexto de una crisis económica muy fuerte. La capacidad tributaria de las diputaciones contribuyó a que la CAV pudiera plantear por sus propios medios la dificil recuperación económica. Eso, y la buena gestión nacionalista, que se prolongó a lo largo de los años, supuso que Euskadi no se convirtiera en un desierto industrial.
Manuel Irujo nos explica los beneficios del concierto en la época posterior a la de la abolición foral. También en la primera industrialización el concierto fue clave. Es evidente que la estatalidad vasca no podría entenderse sin este instrumento básico. Los que reclaman un estado vasco, prescindiendo de las instituciones vascas y del concierto, están negando la realidad que lo hace posible.
Ayer, Izaskun Bilbao escribía en DEIA un articulo titulado «Concierto Económico y ADN vasco»
http://www.deia.com/2011/06/21/opinion/tribuna-abierta/concierto-economico-y-adn-vasco
«En Europa hay cada vez más conciencia de que sistemas como el nuestro favorecen la responsabilidad y estimulan el impulso a la economía real de las zonas en que funcionan…
En la década de los 90, Euskadi sufrió, como el resto de Europa, una de las crisis cíclicas vinculadas a la subida de los precios del petróleo…
Podíamos habernos quedado llorando..Pero hubiese sido imperdonable porque disponíamos de herramientas al menos para intentarlo. Y no nos equivocamos. Porque entre todas y todos, con mucho esfuerzo, con una utilización decidida de la política fiscal, con incentivos a la inversión, una agresiva política de avales para las empresas con viabilidad y medidas de apoyo a la innovación y la internacionalización conseguimos darle la vuelta a la situación…»
El Concierto es la madre del kordero, el centro de las iras apañolas, es lo k hace k Escocia envidie a Euskadi y a Navarra, sin duda alguna. El autogobierno k nos proporciona, akordando el pago d 1s servicios del Estado y dejando a disposicion d los vaskos komo rekaudar y en k gastar kada kosa sin k el Estado meta su nariz nos deja k en la aplikacion d 1 misma legislacion podamos ser mejores (o peores). Irujo lo deja klaro: «utilizar con mayor eficacia que en el resto del Estado las ventajas de la propia legislación española».
A mi me parece, k komo dice el artikulista, el kaso Europeo es parecido. Las leyes las puede disktar europa xo es importante konservar nuestra autonomia financiera en europa, komo ha sido el kaso de la sentencia del koncierto en Estrasburgo k nos rekonoce komo hacienda propia en Europa, pudiendo aplikar la legislacion europea + efikazmente k otros.
Una cuestión importante es ver cómo Irujo se anticipa a los problemas de la industria vasca, especialmente vividas con la integración en la unión europea. Admite que las aduanas españolas han permitido construir una industria vasca, que sin embargo, tiene los piés de plomo si se abren los mercados al exterior sin proteccionismo.
«Mantenedores de la plena personalidad nacional de Euzkadi (…) entendemos que las leyes económicas deben extenderse por más amplios espacios territoriales, con el fin de que cumplan el cometido de relación pacífica entre las naciones. Jamás se habrá encontrado entre nuestras demandas la de colocar aduanas en el Ebro; en cambio, nos estorban las que separan en dos los territorios de Portugal y España, y las que dividen por el Pirineo Euzkadi continental y peninsular.»
En esta situación lo tiene claro, las empresas vascas tendrán que adaptarse, algunas pasarán a la historia, pero es un sacrificio necesario por los propios principios nacionalistas de solidaridad y de libre competencia, siguiendo la histórica tradicional foral de libre comercio:
«Sabemos sí, que muchas de nuestras grandes factorías industriales habrían de transformarse y algunas quizá desaparecer. Nos sentimos con bastante vigor para arrastrar las consecuencias de aquella posibilidad,»
En la práctica, eso es lo que ha hecho Euskadi. Eliminadas las aduanas del Pirineo, se ha tenido que reconvertir para que sus empresas sean competitivas en Europa, sin el paragüas falso y degenerativo de las aduanas españolas.
Cuando el Cupo-l lo que aportamos al Estado por los servicios no transferidos- se aproxime a cero, estaremos mas cerca de la independencia.
Cada vez que repaso los trabajos de grandes e ilustres personas como lo fué D. Manuel de Irujo, más me doy cuenta de los esfuerzos que supusieron los logros en aquellos tiempos y con todo lo que se cocía en Europao ….mundo.
Gracias a los trabajos que nos aporta el autor I. Gaztañaga que nos pone las cosas a huevo, más no se puede decir.
Que duda cabe que como se suele comentar en muchas ocasiones en éste blog, siendo importante un concepto, costumbre, estrategia, táctica, norma, ley, etc. es mucho más importante en efecto el empleo, el aprovechamiento que se hace de ello.
Unos lo manejan de una manera y otros de otra.
Indudablemente, la generación de personas como D. M. de Irujo supieron aprovechar cada momento en positivo.