Euforia socialista

Los socialistas todavía no se han apeado del discurso de que ETA acabará porque ellos están en el Gobierno Vasco. Lo decía el dirigente socialista vasco Jesús Eguiguren en una entrevista reciente del DV (19-11):

“yo estoy convencido de que en esta legislatura vamos a acabar con este problema”. La razón de este convencimiento es que “hay un gobierno socialista (…) entre eso, la ilusión, las ganas y la política del gobierno, en esta legislatura podremos acabar con todo esto”.

Frente a estas afirmaciones, tan rotundas como cuando Eguiguren decía que el pasado proceso iba a traer la paz definitiva, los líderes del MLNV han engañado varias veces a los socialistas. La materia de ese engaño es el tema de las contradicciones internas dentro del MLNV, de las relaciones en el MLNV, entre Batasuna y ETA, entre los propios líderes de ETA. Esta vez es el articulista de El País José Luis Barbería el que saca a la palestra esa cuestión en el artículo dominical extenso “La pugna en el conglomerado ETA-Batasuna” (13-12). El artículo es una mezcla de datos e hipótesis personales que pretenden dar la impresión de que el MLNV se encuentra en una fase de contradicciones y luchas internas terminales. Las primeras evidencias se basan en una serie de comunicaciones privadas y cartas intervenidas por la policía a los dirigentes encarcelados del MLNV Rafa Díez y Arnaldo Otegi. Por ejemplo vemos a Rafa Díez diciendo:

“También en nuestra casa tenemos mala gente, gente que en lugar de utilizar argumentos se dedica al permanente cojonímetro liquidando debates a golpe de simplismos y jo ta ke irabazi arte (dale que te pego hasta ganar)”.

O en una comunicación Arnaldo Otegi decía: “hay que seguir adelante porque los otros y no todos, son 220”. Es evidente que ambos líderes eran conscientes de la vigilancia policial y con mucha probabilidad esas afirmaciones  estén realizadas teniendo en cuenta dicha vigilancia. En el artículo de Barbería, tenemos indicios, asimismo, de otra serie de maniobras, como el supuesto intento de militantes de EKIN de impedir la difusión del escrito para debate de Batasuna, “Aclaración de la estrategia de la fase política”, (según Barbería) desbaratada por Díez y Otegi desde la cárcel. El texto de Batasuna es totalmente coherente con el texto de diciembre del 2008 que celebraba su cincuentenario, y ambos coinciden en el impulso que le quieren dar al llamado “polo soberanista”. De todo esto, Barbería colige que dentro del MLNV existen “dos líneas” contrapuestas. Según el articulista:

“De acuerdo con los documentos incautados en los últimos tiempos, el elemento clave que separa a ambas líneas reside en que el sector dominante en ETA sólo acepta iniciar un eventual proceso de “desactivación progresiva de la lucha armada” en el caso en el que se abra la negociación política con los partidos y el Gobierno central y en función de los logros sobre la autodeterminación y reconocimiento de la “territorialidad””.

Barbería pretende corroborar este aserto con el extracto de una cita de ETA que dice: “la paz será consecuencia de los pasos políticos que se han de dar en el proceso”. Por otro lado:

“Frente a este planteamiento, la propuesta de Batasuna vincula la “desactivación progresiva” de la violencia a la creación de una “alianza popular independentista”, de vocación institucional, que abarcaría a “sectores del PNV, bases sociales de EA, sindicalismo agerzale, independientes, sectores de izquierda…”.

Esta es una contraposición ficticia, en realidad nos referimos la misma cosa expresada con diferente lenguaje: mientras se vaya creando el llamado “polo soberanista” la paz vendrá y/o se irá desactivando la lucha armada, pues lo que Barbería denomina como “dos líneas” enfrentadas son, en realidad, dos líneas complementarias. El “polo soberanista” se está conformando en función de la promesa de una “desactivación progresiva” de la lucha armada que ya está contemplada en el documento de ETA en el que se habla de “ajustar la estrategia de la lucha armada al nivel de lucha que el pueblo requiere”. Y donde también se contemplan “parones tácticos” con la intención de que al “polo soberanista” no le salpicaran las consecuencias contraproducentes de la misma. Es más, el propio Barbería habla de uno esos “parones tácticos” como la “tregua relativa” que se terminó con el asesinato el 19 de mayo de este año de Eduardo Puelles. Por tanto, la perspectiva de las contradicciones en el seno del MLNV no se basa ni en las evidencias textuales de Batasuna y de ETA ni en los hechos que les acompañan. Y sin embargo, Barbería busca evidencias de luchas internas como puede, por ejemplo aludiendo al asesinato del empresario azpeitiarra Inaxio Uria:

“(…) no es gratuito sospechar que el asesinato el 14 de diciembre del pasado año en Azpeitia del empresario nacionalista Inaxio Uria obedeció, en realidad, al propósito de abortar (por parte de ETA) el proyecto de alianza electoral de Batasuna con EA y deshacer los compromisos –una tregua temporal no declarada-, contraídos en la operación”.

Y cita un texto de Rafa Díez, incautado por Garzón, en el cual se explica como este asesinato abortó efectivamente esa posibilidad de alianza. Es evidente que ETA asesinó a Uria con el objetivo de poner un muerto en la balanza de la lucha en contra del TAV. Es posible, incluso, que lo hiciera para poder testar la firmeza de los compromisos que en esos momentos estaban contrayendo EA y Batasuna. Pero también es evidente que ETA no mató a Uria con intención de “abortar” aquello que ella misma decía que quería crear en su documento de diciembre de 2008. Otro documento del auto de Garzón nos habla claramente de que ETA quería una alianza con EA de cara a las siguientes elecciones europeas, mientras que Batasuna tomó la opción por Iniciativa Internacionalista. EA es una opción fija del polo soberanista, es una opción además que cuenta con el beneplácito de ETA, en las palabras de la misma ETA. La “sospecha” de Barbería es peor que gratuita.

En esta fase, en la búsqueda del “ajuste” de la lucha armada al “el nivel de lucha que el pueblo requiere”, consiste en actuar y ver los resultados de esa actuación. El asesinato de Uria ha servido para ver algunos de los límites de esa lucha y a partir de mayo de 2009 ETA se ha dedicado al asesinato de policías, que causa menos contradicciones en las operaciones de alianza del MLNV. Lo que no significa que no pueda tomar, de forma más puntual, acciones contra la Ertzaintza o contra dirigentes nacionalistas.

Al citar al reciente documento Mugarri Barbería interpreta a EKIN, el colectivo autor del escrito, como una especie de comisariado de ETA dentro del MLNV (cuando EKIN fue creado por los actuales dirigentes encarcelados en 1999, de cara a otra tregua y procesos) y contrapone ese documento al documento de debate de Batasuna. Mugarri dice que “En la fase política en que nos encontramos también es fundamental el papel que juega la lucha armada” mientras el texto de Batasuna dice que la operación política se llevará “sin violencias ni injerencias internas”. Parece claro que en un contexto “tregua relativa” Batasuna puede llevar adelante su operación política “sin violencias ni injerencias internas” y, asimismo, la lucha armada puede irrumpir y puede simultanearse con esa operación política.

De esta manera, los denominados “miembros de la Izquierda Abertzale Histórica” Txarli González y Antxon Gómez, el 15-12 en el Diario de Noticias (con el título significativo de «Gerezi garaia heldu da, bildu ditzagun beraz«, “Estamos en tiempos de cerezas, recolectemos”), dando un pitido de salida de la operación del polo, decían: “lo que planteamos es una estrategia para ganar la independencia y una manera de gobierno socialista en el tiempo más breve posible”. Con esta intención, plantean el impulso de “un Gune Independentista”, como receptáculo de la “alianza popular independentista” de izquierdas y para ello “exclusivamente (…) vías civiles y democráticas (…) pero también una estrategia de confrontación con los Estados que nos oprimen”. En todo caso, el MLNV pretende simultanear la “confrontación con los Estados” por “vías civiles y democráticas” (mediante el “polo soberanista”) y por la lucha armada, cuando cese el momento de “tregua relativa”.

En este sentido, es errónea también la apreciación de Barbería de que con la Propuesta de Alsasua “los dirigentes de Batasuna han echado un pulso a sus socios armados”. ETA ha echado en cara de Batasuna su incapacidad de montar la operación política del “polo soberanista” y su incapacidad de motivar a la base del MLNV para movilizaciones de respuesta. Eso es totalmente compatible con los postulados de Alsasua, que constituyen una vuelta a los orígenes de HB en 1979, cuando las ilusiones eran más frescas, como operación preparatoria de la vía de la “alianza popular independentista”. El criterio de ETA, además, lo dice el propio Barbería, no es un criterio “estable” pues nablando de Otegi nos dice que:

“En sus conversaciones y encuentros en Francia se han encontrado con una dirección de ETA inestable y obligada a renovarse continuamente por las constantes detenciones”.

La inestabilidad de ETA es algo perpetuo y constante para una organización que tiene que actuar en la clandestinidad. y es por ello que la confección de la estrategia del MLNV corresponde a sus líderes políticos y concretamente a Batasuna-Bateragune-Ekin. Los mandatarios de esa ETA inestable adaptan ese ver político al terreno de la lucha armada. El problema está en que el analista de El País prescinde de una cuestión elemental: que es la propia estructura política y social del MLNV la que alimenta a ETA. Que si ETA hoy en día está llena de “posturas de muchos jóvenes captados en la kale borroka y de los aventureros amigos de las emociones fuertes y las ideas simples” es por qué así lo ha decidido la dirección de políticos y político-militares. Es una línea que comenzó en 1992 y que sigue prolongándose por la anuencia de los políticos, incluidos Arnaldo Otegi y Rafa Díez Usabiaga. Si ETA es, como bien dice Rafa Díez, “una empresa que se renueva con la represión y, donde parece que la historia empieza desde que los que entran asumen tal o cual responsabilidad” es por qué así lo quieren los que dominan al MLNV dentro de la estabilidad que les han dotado sus organizaciones en la legalidad.

Eso significa que cuando los políticos dan la orden los político-militares obedecen, como lo han hecho en los tres procesos de paz. Barbería quiere ver contradicciones antagónicas cuando lo que hay son contradicciones secundarias y maniobras encaminadas a que los socialistas se empapen nuevamente de un diagnóstico erróneo de la situación. Ello nos da cuenta de que la estrategia del engaño, que va de la mano de la estrategia de la lucha armada, sigue avanzando. Lo peor de todo es la equívoca euforia socialista, de pensar en el arrinconamiento del PNV como un paso hacia el fin de la violencia. Es algo que el propio Eguiguren vuelve a repetir en la presentación de un libro sobre la historia del socialismo vasco, según la crónica del DV (16-12):

“Eguiguren se mostró convencido de que en esta legislatura se alcanzará la paz. “La batalla está ganada a muy corto plazo, a medio, en este legislatura”. Reconoció no tener datos pero sí intuiciones que apuntan a que la lucha armada forma parte del pasado”.

Las intuiciones sin datos de los socialista ofrece al MLNV la posibilidad de publicitar un nuevo proceso de paz, bajo la cobertura de una debilidad y división internas que, en los términos que recoge Barbería, son ficticias. El último campeonato de bertsolaris en Barakaldo nos da el pulso del ánimo del MLNV respecto a esta nueva etapa político-militar. 15.000 personas aplaudieron las numerosas alusiones de los jóvenes bertsolaris a los presos de ETA. Y pitaron e insultaron a gusto a los representantes institucionales, incluyendo a los dos sectores del PNV representados por Iñaki Generabarrena y Josune Ariztondo. Mediante el monopolio del bertsolarismo y la canalización de esta manifestación popular vasca a las aguas de su propia política, mediante los jóvenes bertsolaris y sus discursos en pro de los presos de ETA y en contra de las instituciones y el resto de las opciones políticas, vemos como el MLNV sigue calentando motores para que este conflicto que vivimos se renueve constantemente y no pueda acabar nunca. Todo ello también gracias a la ayuda de la suficiencia y la irresponsabilidad de nuestros políticos, en este caso de los socialistas.