Jon de Urbia
Mi recuerdo ancestral, es el de una EAJ, posicionándose generalmente, contra las huelgas generales (salvo que fueran organizadas por nuestra propia resistencia). Esto fue una constante en los años más convulsos de la transición, semanas pro amistia y posteriormente años de plomo.
La argumentación de EAJ era diáfana, respeto a la cultura del trabajo, cuidado por la economía y moderación militante frente a las algaradas, y los más que probables actos de violencia que se producen en estos contextos.
Todo ello era COHERENTE en un partido, interclasista y humanista que jamas hacia el caldo gordo a los aprendices de brujo, dirigido por necesidades de la clandestinidad por personas del nivel de Juan Ajuriaguerra.
De esta manera y por ello, siguendo esta consigna, YO, NO HACIA HUELGA, en el Instituto o en la Universidad…por ejemplo.
Posteriormente, llegó el acomplejamiento, el mimetismo, el surfeo de la Ola Feminista + Ecologista + Progresista + LGTBI + con envoltorio Woke… Y llegamos a ver el seguidismo de las «liberadas» de EAJ en Sabin Etxea y Buru Batzarres de huelgas de mujeres el 8 de Marzo promovidas por Jule Goikoetxea.
Todo infestado de un tufo permanente a disonancia política, impostura y FRIVOLIDAD.
Ahora tocaba apoyar o no una huelga «pro palestina» secundada por quienes han sentido como un fracaso y una derrota la firma del alto el fuego, el retorno de los rehenes y la Liberación de presos palestinos, aunque callen, sobre la masacre interna de ayer y hoy de Hamás contra su pueblo.
Es un intento claro de SABOTAJE de lo que ahora está apoyado por la totalidad de países Árabes y democráticos Europeos.
EAJ… ¿está o se le espera, en esta crucial hora, en la defensa de su espacio socio-político y cultural histórico y natural o continúa sumida y atenazada en la patética defensa de una terminal «gobernabilidad», pan para hoy y hambre para mañana, rehén absoluta de la izquierda y la extrema izquierda?
