Patxi Agirre (*)
La migración nace de la necesidad. Debe gestionarse con ética, derechos humanos y visión económica, evitando polémicas. Euskadi destaca desde hace mucho en integración y cooperación. Sobran los discursos frívolos a este respecto
Aunque las motivaciones pueden ser diferentes (económicas, políticas, religiosas, sociales etc.) toda emigración, –tenga solo un carácter o naturaleza o se fundamente en una diversidad de razones (como habitualmente ocurre)–, se sustenta sobre un único concepto: la necesidad. Necesidad de escapar de una muerte próxima por mor de la guerra, de la persecución política en regímenes dictatoriales, de la intolerancia religiosa, de la discriminación por orientación sexual o del hambre. Una necesidad en infinidad de casos imperiosa que retrata a la persona que emigra como exiliada y/o refugiada.
Por ello, la cuestión de la acogida o recepción de personas migrantes no debe nunca acompañarse de discursos frívolos o exabruptos, como los que acaba de protagonizar la Delegada del Gobierno de España en Euskadi, Marisol Garmendia. El que desde un puesto de responsabilidad como el que ostenta, se sitúen en un mismo plano las posiciones políticas del lehendakari Pradales y las del ultraderechista Santiago Abascal, es un despropósito intolerable para un representante institucional.
Dicho esto, a nadie se le escapa que toda sociedad desarrollada, y Euskadi es una de ellas, debe afrontar el fenómeno de la inmigración, cuando menos desde dos vertientes: la vertiente económica y la ética o de derechos humanos.
Respecto a la vertiente económica, la frase del lehendakari de que “hay que decidir que tipo de emigración queremos”, no sólo no es atentatoria contra nadie, sino que está avalada por prestigiosos sociólogos de la Universidad del País Vasco como Xabier Aierdi y por multitud de casos concretos a lo largo de la historia.
En 1953, el episcopado protestante australiano (credo cristiano mayoritario en el país-continente), hizo pública su posición relativa al favorecimiento de la emigración para que, en el marco de una necesaria reforma agraria, no hubiera terrenos potencialmente cultivables en desuso o, lo que es lo mismo, la tierra fuera para quien la trabajara. Esta declaración formulada en una carta pastoral colectiva y que entronca con la idea de que la propiedad privada debe tener en muchas ocasiones una función social, fue recogida por el dirigente navarro del PNV Manuel Irujo Ollo en un artículo del mismo año en el que también se hacía eco de la profunda reflexión del entonces Delegado Apostólico católico de Canadá Monseñor Antoniutti, afirmando que “los pueblos sin tierra tienen el derecho de poseer la tierra sin hombres”. El artículo de Irujo, titulado asimismo Tierras sin hombres, analizaba cómo en el bienio 1947-1949, el Estado australiano “acusaba la falta de brazos” para los empleos menos lucrativos como los del trabajo agrícola, la minería o las obras públicas y cómo los economistas locales consideraban altamente positiva la aportación migrante al desarrollo económico del país. Cambiando de hemisferio, también la Venezuela del presidente López Contreras (1936-1941) acometió un proceso selectivo de recepción de migrantes para la colonización agrícola, priorizando la entrada al país de personas con ideas “no revolucionarias”. Este hecho, además de la existencia de ciertas colonias vascas desde finales del siglo XIX , favoreció dar el visto bueno a la entrada de refugiados nacionalistas vascos, “católicos y de orden”, tras la Guerra Civil española.
En un contexto más cercano, no hay que olvidar tampoco qué opinaba desde el exilio (¡vaya paradoja!) Manuel Irujo sobre la inmigración a Euskalerria de aquellas personas que eran indispensables para el desarrollo de la industria vasca: “Euskadi -decía el navarro- debe ofrecerles cariño nacido del corazón, procurando dignificar sus vidas y su integración social y así sean absorbidos por lo vasco y para lo vasco. Es preciso que nos preparemos a aceptarles como a seres humanos, a hacer lo necesario para que las chozas y chabolas cambien por habitaciones dignas de los hombres, procurando que nos conozcan, nos quieran y que, de tal manera, entren a formar parte de nuestro grupo humano, con todas las consecuencias inherentes a esta conclusión. Cuando uno contempla el hecho de que el hijo de sangre extraña, nacido y criado en nuestra tierra se siente vasco, puede mirarse al futuro con confianza”.
Hoy, la sociedad vasca tiene un importante déficit de empleados autóctonos en sectores estratégicos con el de los cuidados sociales, un ámbito este sujeto a profundos cambios de paradigma y que sí o sí, ha de transitar hacia parámetros de mayor calidad, personalización, arraigo en los entornos comunitarios propios e inclusión social plena. En este campo, resulta una obviedad indicar (o no) que, de cara al cumplimiento de los objetivos fijados para el nuevo modelo, adquiere ventaja (conocimiento idiomático, mayor afinidad cultural) la aportación de migrantes latinoamericanos para cubrir las carencias laborales actuales.
La segunda gran vertiente relacionada con la inmigración, la que se corresponde con la ética y el escrupuloso respeto a los derechos humanos, ha tenido y sigue teniendo a Euskadi como un referente de primer nivel. Afirmaba Irujo que “la facultad de emigrar constituye un derecho natural del hombre” y de este mismo sustrato ideológico se nutre la acción del departamento liderado por la consejera Nerea Melgosa que recién ha formalizado la transferencia de las funciones en materia de inmigración para el proceso de integración de refugiados y asilados. Un ejecutivo vasco que ha pilotado desde el liderazgo del lehendakari Imanol Pradales, una entente con el presidente de las Islas Canarias Fernando Clavijo para el reparto equitativo y solidario de menores extranjeros, poniendo así coto al desorden existente en la materia y que estaba ocasionando un “efecto llamada” injusto para el caso vasco. Y si esto fuera poco, es indudable la importancia del apoyo económico del gabinete Pradales a la hora de que el buque humanitario Aita Mari salve cientos de vidas en el Mediterráneo.
No obstante, el fenómeno de la emigración más extrema también está asociado, a determinados niveles, a la seguridad ciudadana (o a la ausencia de ella) y su mantenimiento ha de ser en todo momento, como lo está siendo, una prioridad institucional. Afirmaba Irujo, y yo lo suscribo, que “sin faltar a la debida moral, los poderes públicos han de regular la emigración a efectos de orden público”.
Deber moral, humanitarismo, inclusión social, desarrollo económico, diversidad, seguridad ciudadana, equidad, selección etc…deben conjugarse adecuadamente para abordar la política migratoria. Siempre con rigor y seriedad, señora Garmendia, Exabruptos, no, gracias.
(*) Doctor en Historia Contemporánea
Langileak bai, noski. Gaizkileak bere herrietara bueltan. Hor dago gakoa. Gauza hauetan populismoa bi alde dauzka, alde batetik guztiak zuritzen dituen populismoa, eta bestetik guztiak beltzen dituena.
La hoja de ruta de Sortu pasa por el blanqueamiento absoluto de todas las aristas de este fenómeno. Cualquier posición que , con datos, demuestre que existe un problema de seguridad pública con la inmigración ilegal, se ataca sistemáticamente como «fascista». Es más, en los pueblos o barrios donde el ciudadano de a pie está padeciendo día sí día también a estos delincuentes, los adalides de la revolución se ponen de parte no de los vecinos, sino de los delincuentes. Y , compartiendo la mayor parte de lo expuesto por el autor, discrepo con lo expresado respecto a que la seguridad en este tema sea una prioridad. Mejor dicho, quizás lo sea pero se está acometiendo con complejos, al menos en mi realidad cercana. Y el poder judicial, de lado, no vaya a ser que se les manche la toga.
Pues nada, la solución es muy fácil
Acudir a las concentraciones convocadas por los concejales del PP en Donostia contra los comedores sociales
Hay que situarse para las próximas elecciones, Feijoó está necesitado de apoyos y lo agradecería
JELen agur
Los exabruptos deben ser evitados en cualquier tema.
Pero en este tema, como en todos, debe haber un orden, un sentido lógico que justifique las acciones a realizar.
No estamos en situación de guerra de un pais vecino que tengamos que acoger a todos los que cruzan la frontera, como nos paso a nosotros, pasa en Ukrania, etc.
Son gente que se cuela, para en un alto porcentaje de los casos no hacer nada, no formarse, no trabajar en nada y aprovecharse de las subvenciones gansas, el alojamiento gratis, el disfrute diario que no disfrutamos ni los de aquí. Y eso genera enfado. Para colmo, tienden a la delincuencia, a la falta de respeto con los y las de aqui, porque les falta educación y un sentido de la disciplina, porque se saben inmunes.
Todo esto, sin topicazos, se tiene que poner sobre la mesa.
Cuanta razón Joseba!
Precisamente lo populista como a comentado Antxon en euskera más arriba es tratar al que viene de fuera como seres de luz (en el fondo eso es una postura xenófoba pues es tratarlo como si no fuera una persona, pues en las personas está el deseo de hacer el bien o el mal (en aquello que no es discutible que es el bien o el mal),pues no todo es relativo).
Parece que en el tema de la delincuencia algo se está empezando a mover, parece que se quiere hacer un pacto parecido al sanitario con la delincuencia. Creo que con la inmigración debería de hacerse lo mismo.
Y ese pacto debe de tener criterios racionales no emocionales, ni x la parte xenófoba de todos fuera, ni aquí cabe todo el mundo buenista, x que ni una cosa ni la otra.
La emigración, ciertamente, es un derecho que ha de someterse a las limitaciones de otro derecho: el propio del lugar de destino.
La emigración que hay en las provincias vascas, como en otros lugares de Europa, es de muchos tipos aunque históricamente ha predominado la del trabajo industrial. Recordemos que en 1825 Bilbao no llegaba a 25,000 almas y hubo que industrializar a tope en pocas décadas.
Las características de la población nativa convirtieron esto en un buen lugar para el desarrollo de la pequeña industria que se benefició de una red de caseríos muy pobres que se ayudaban con la maquila combinando trabajo agrícola y fabril. Muy parecido al tejido social japonés en el que una parte del piecerío era y es fruto del trabajo doméstico. Alguien bautizó esto de «just in time» porque la abuela llevaba las piezas en una cesta hasta la fábrica y esperaba cerca de la línea de montaje. Pero las cosas fueron como fueron.
No se lo que ha dficho Pradadales en detalle pero sí creo que es necesario un filtro de entrada y de fijación porque no hacerlo es lo mismo que vivir en Babia y no enterarse de nada.
De 2010 a 2006 África pasará de unos 500 a cerca de 2.000 millones. Mientras tanto la población autóctona desaparece. Hoy hay ya cientos de miles de personas subvencionadas en Europa –y aquí– que reciben cada mes su subvención en Marruecos. Un núcleo de 6000 de este tipo apareció en Barcelona hace pocas semanas sin que nadie pueda hacer nada. Un marido musulman con sus mujeres y solo 4 niños no necesita trabajar en francia y cada una tiene derecho a su piso.
Europa tiene enormes problemas y los está abordando muy mal. La emigración y la cultura propia en primer lugar. Pero la situación creada en una Europa en claro proceso de pauperización (tema que nadie quiere ver), y millones de norteafricamos musulmanes, solo garantiza la desaparición en muy poco tiempo de la población nativa como fuerza política relevante.
No atender a esto es, simplemente, irresponsablemente estúpido.
Saludos
También hay que tener en cuenta la procedencia.
X que la diferencia entre un vasco y un gallego x poner un ejemplo, no es la misma que entre un vasco y un magrebí. De la misma manera que la diferencia entre un español y un venezolano o un rumano, no es la misma que con un magrebí.
Y la diferencia es cultural, de valores, civilizatoria (europeos y occidentales cuyo sistema filosofico-moral-legal y otras cosas procede de lo greco-romano, judeo-cristiano(se sea o no creyente), paganismo europeo precristiano)…
Con esto no estoy diciendo que en magrebí no se pueda integrar, que x supuesto que los hay que se integran.
Simplemente digo algo que cualquier persona con sentido común (Aunque muchas veces ya sabemos que es el menor de los sentidos), puede entender.
Luego está la capacidad de absorción de una sociedad en términos económicos y de bienestar (sostenibilidad del sistema), ecológicos (edificaciones de todo tipo (hospitales, colegios, viviendas) necesarias para absorber a tanta gente), demográficas (sustitución de una sociedad x otra)…
En definitiva son muchas las cosas que hay que tener en cuenta en este tema.
En mi comentario anterior cuando hablaba de la diferencia entre inmigraciones me refería a la diferencia con la inmigración que recibió Bizkaia y otros territorios vascos pero sobre todo Bizkaia, en el siglo XIX y XX, con la actual.
Y aunque la diferencia (y el impacto que supuso, con su lado muy positivo x supuesto) entre un vasco y alguien de castilla, Andalucia, Galicia,Extremadura…en aquellas dos epocas eran mucho mayores que las que hay con los vascos ahora, eran mucho menores que las que hoy tenemos los vascos o cualquier otro europeo, con un magrebí. Eso es así.
Luego está el tema de el interés de ciertos empresarios de la mano de obra barata (curioso que algunos que se dicen marxistas no quieran saber nada de lo que hablaba Marx cuando hablaba del ejercito industrial de reserva o algo así). Se que Marx era alguien de su época, como Sabino Arana o Cánovas del Castillo x ejemplo, pero creo que es un argumento muy actual.
Con esto último me refiero a los que dicen, que aquí cabe todo el mundo x que somos muy acogedores y uno de Bilbao nace donde quiere…
Y si…pero hasta cierto punto, x que la realidad es la realidad.
Antonio Arnáiz, responsable en su día del Dpt de Genética del hospital de La Paz de Madrid, ha publicado estudios y amplísima bibliografía sobre lanotable proximidad de los marcadores genéticos de poblaciones bereberes y núcleos estables de la zona de Hernani. Comunidades sorprendentemente estables a pesar de su cercanía a una de las rutas más activas para entrar y salir de la península.
Los publicó Estudios Conplutenses hace ya unos años e incluyen trabajos de un paleo lingüista el profesor Alonso.
JELen agur
En estas cosas, hay que hablar más de cultura, educación, respeto, que de genética.
Vaya !! A ver si al final vamos a descubrir vía análisis genético que somos todos humanos.
La cosa no está en la sangre, sino en la mente, la conciencia, la cultura, la educación, los valores morales, religión y demás.
Educamos ovejitas y traemos de todo, pero entre ese de todo entran leoncitos y lobitos. Yo digo que los leoncitos y lobitos media vuelta y a su pueblo.
Curiosidades:
https://es.horrapress.eu/archivos/5455
https://es.rue20.com/2024/12/25/caida-de-la-criminalidad-y-aumento-de-la-tasa-de-resolucion-en-marruecos-en-2024/