José Manuel Bujanda Arizmendi

Soy consciente de la complejidad de los tiempos que estamos viviendo. Una complejidad que abarca múltiples escenarios, cercanos y lejanos. El mundo está inmerso en un cambio de paradigmas y relaciones sociales, económicas y políticas de difícil pronóstico. Europa no nos es lejana a zozobras y amenazas motivadas por el crecimiento muy preocupante de la extrema derecha y del fascismo en sus diferentes versiones. España se encuentra en una encrucijada política en la que asoma una alternativa política que entumece. La posibilidad de la inviabilidad de este gobierno por razones varias y que su alternativa pivote sobre la derecha extrema y la extrema derecha acogota psicológica, política y mentalmente a demócratas, sean nacionalistas vascos/as o no. El miedo a una alternativa de ese tipo atenaza a quien cree en la bondad de la política como ejercicio superador de viejos tiempos y de esperanzas a futuro. Pero es bueno a veces tomar aliento, mirar a lo lejos y desprenderse en la medida que se pueda del tobogán diario. Y por ello, y por encima de estas y otras muchas consideraciones, dudas, temores sumidas en el día a día cotidiano me permito la licencia de mirar a futuro. Alguien podría pensar que con lo que está cayendo y sobre todo con lo que podría caer nos podríamos refugiar en lo que estamos y limitarnos a preservar lo conseguido, Es legítimo, incluso entendible. Pero mi persona al menos heredó de su aita, entre otras cosas, cierta tendencia a la superación, al optimismo, al no rendirse, al no acomodarse y a buscar nuevos escenarios más amables, Lo aprendí de mi aita que en tiempos precisamente no fáciles apostó por la fe y la esperanza por encima de cualquier otro desasosiego y agobio. Quiero y necesito mirar a ese futuro no escrito en el que la voluntad colectiva es capaz de saltar y superar miedos y obstáculos de todo tipo. Lo necesito, necesitamos, vitalmente. Por ello precisamente reflexiono sobre autogobierno y proactivamente lo enmarco en un futuro que se abre a la esperanza.

Reflexiono como nacionalista vasco que soy, como abertzale consciente, sobre un autogobierno vasco que se basa y significa a su vez en dos variables complementarias: en estabilidad, esperanza social, y en esperanzadores acuerdos políticos amplios de país. Acuerdos que nos centrarán en materias vitales para el futuro de vascos y vascas. Acuerdos políticos que definen un modelo de convivencia y un marco de relaciones con el Estado en el que haya bilateralidad efectiva, garantías y condiciones de lealtad. El diálogo, el acuerdo, pacto y la no imposición deberán ser el procedimiento por el que se constituyen las reglas de juego. Hablo de acuerdos honestos de país que permitan el uso de sus potencialidades reales de modificación siempre que existan mayorías para ello, siempre desde el respeto a la voluntad de la sociedad vasca. Respetar la voluntad de la sociedad vasca incluye la toma en consideración de los diferentes sentimientos identitarios tratando de integrarlos en un esquema de pacto y compromiso. Respeto que en términos políticos de integración debe estar basada en un doble compromiso: amplio acuerdo sobre el mismo en Euskadi y aprobación política en los términos aquí acordados en las Cortes. Es decir acuerdo amplio en Euskadi y compromiso por parte de los partidos firmantes de defender el mismo en los términos acordados en su tramitación institucional refrendada por la ciudadanía.

Se garantizará y aceptará así la voluntad de la sociedad vasca y dará cauce al reconocimiento jurídico y político de las decisiones adoptadas en Euskadi en las Cortes de Madrid. Hablo de voluntad de pacto y de acuerdo porque no entiendo que el autogobierno pueda basarse en otro principio distinto al de la libre disposición sobre nuestro futuro colectivo y la voluntad de pacto en el seno de la sociedad vasca y luego con el estado. Un modelo político de relación en el que los vascos nos sentiremos identificados en las principales corrientes de pensamiento de la sociedad vasca, un modelo político de relación que respetará nuestra idiosincrasia y nuestra identidad. Un modelo que permitirá que nuestra libre voluntad tenga mecanismos para ser respetada, integrara sensibilidades, articulara la relación dentro de un Estado plurinacional a través del pacto y del acuerdo, y evitara las tentaciones de unilateralidad a las partes. Un futuro que pasará por un nuevo acuerdo entre vascos, nueva etapa que supondrá mayor reconocimiento de Euskadi como nación, nuevo avance en el reconocimiento de la existencia del Pueblo Vasco, su derecho a ser y decidir, y un salto cualitativo en el ámbito de las competencias jurídico-político-legislativos correspondientes al Gobierno y Parlamento Vasco. Modelo de relación que respetará nuestra idiosincrasia e identidad.

Modelo que obligará a todos a entendernos aunque la toma de decisión sea más compleja. Fórmula de doble llave en la que el cofre sólo pudiera ser abierto de forma conjunta porque sí hay mecanismos que interpretados con voluntad pueden acoger fórmulas de lealtad y colaboración mutuamente acordadas. Políticas para consolidar avances. Negociar para avanzar. Autogobierno que define el ámbito competencial pleno necesario para desarrollar la identidad en el mundo abierto que se conforma. Firmes y decididos por la capacidad competencial en las materias económicas, medioambientales y formativas necesarias para desarrollar un entorno competitivo y sostenible en un mundo abierto. Un futuro con una política de cooperación estrecha con la hermana Navarra y no menos hermana transfronteriza multisectorial con Iparralde, es decir, desde el Adour al Ebro, desde las Encartaciones hasta Xuberoa y Tudela, una política institucional que hable y actúe entre Donostia-Vitoria-Bilbao-Pamplona y Baiona. Hablo y sueño en el “Zazpiak Bat”.

Oportunidades a aprovechar desde un liderazgo político claro y desde la estabilidad política e institucional introduciendo un reto apasionante en la agenda política: hacer de Euskadi un referente en creatividad e innovación, en desarrollar las universidades como polos de talento, líder en definir la educación integral de las personas como máxima prioridad en la construcción nacional, líder en hacer de Euskadi un modelo urbano competitivo y en basar nuestro bienestar futuro y modelo social en una comunidad integrada con identidad propia y que apuesta por sus personas. Euskadi más estado que nunca con fuerza y determinación. Con pragmatismo, con audacia también.

Necesitamos incorporar nuestra identidad y forma de ser, virtudes, valores y todo aquello que nos ha caracterizado a las realidades actuales. Supone implicarnos en construir una sociedad innovadora, capaz de adelantarse a los cambios, basada en personas formadas conocedoras de la importancia del trabajo bien hecho, con sentido de la identidad de lo que nos es propio, con sentimiento de pertenencia a una comunidad que se implica en la solidaridad activa y que comparte un proyecto a largo plazo. Proyecto cohesionado compartido por personas diferentes, abiertas al mundo y a la diferencia creativa, capaz de atraer personas de otros lugares que quieran desarrollar su talento y creatividad entre nosotros y que se sientan atraídos por “lo” vasco. La Euskadi autogobernada a futuro implica a ser capaces de que los valores que identifican y desarrollamos sean atractivos.

Miro al futuro con optimismo de la mano de un EAJ-PNV moderno e ilusionador, pienso que toca hacer de la necesidad virtud, veo una Euskadi autogobernada con eficaz y real capacidad de decisión, veo soberanías reales inevitablemente compartidas, compromiso con el pacto, corresponsabilidad, participación abierta en todos los niveles de decisión y apertura al exterior. Europa, Macro y Euro-regiones varias, Arco Atlántico, conexiones ferroviarias, corredores de hidrógeno etc. Realismo, pragmatismo y sensatez. Y audacia. Mucha audacia. Sin olvidar los principios por los que surgió EAJ-PNV. No a la desesperanza, nuestros mayores en tiempos muy oscuros mantuvieron el mentón alto, no se alquilaron ni realquilaron. Como se suele decir, y cierto es, que porque fueron somos y porque somos y queremos serán. Ya están ahí. El intentarlo está en nuestros genes. Lo haremos con redoblada fe, con realismo pero con audacia, pragmatismo, sensatez pero valentía. Estoy absolutamente convencido de ello. La próxima Asamblea general de EAJ-PNV a celebrar este fin de semana en Donostia será testigo directo de ello. Doy fe.

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8 comentarios en «El objetivo se llama futuro»

  1. PARA AHONDAR EN LA FALTA DE EXPLICACIÓN AL POR QUÉ DE ESTA ELECCIÓN, HAY QUE DESTACAR QUE ESTEBAN NI SIQUIERA HA PRESENTADO UN PROGRAMA PROPIO DE ACTUACIÓN NI PRIORIDADES, ningún tipo de propuesta para concitar el voto de la afiliación. No lo ha hecho ni por escrito ni ha trascendido que haya dado charla alguna en ningún batzoki. Parece que, al menos en este caso, las bases del PNV votan por fe.

    Porque ahora cabe recordar que en el proceso de elección de las presidencias territoriales, la mayoría de los candidatos que competían presentó al menos un escrito de intenciones con el que los militantes podían orientarse para votar a uno u otro.

    Pero tal vez por ser el único candidato y saberse ya ungido, Aitor Esteban no ha visto necesario repartir entre la afiliación un texto con sus prioridades. En esto el PNV debe de ser una verdadera excepción en Occidente: la única formación política que vota a un candidato nuevo «alternativo» sin que les haya dicho qué va a hacer.

  2. Larburu , Olaizola…zer da hau ?
    Aitor Esteban, presidente del PNV: “Nacionalistas sí, pero primero demócratas humanistas”
    El nuevo líder del partido aboga por la defensa de la democracia y los derechos humanos por encima de sus ideales ‘abertzales’

  3. Se ve que conoces al PNV de oídas. ¿Te suena que es un partido humanista?
    El término humanista resulta de considerar que el ser humano constituye la base de la sociedad y la causa interna de un cambio cuyo objetivo sea desarrollar una armonía social.

  4. En la sociedad vasca moderna existen tradiciones culturales y políticas diferentes con las que se identifican los vascos.
    1. La que hoy a defendido Esteban, la que representa la trayectoria individual-grupal del Gizabidea, que todavía está marcando nuestra conciencia moral colectiva.
    2. La que el otro día defendía Andrés, una tradición liberal-individualista muy potente que ha dejado una impronta indiscutible en el desarrollo del país.
    3. La que defiende Otegi, una tradición revolucionaria mucho más reciente, heredera de la erupción ideológica de los años 60 y 70 del siglo pasado, que provocó una ruptura generacional más ruidosa y violenta que efectiva.
    Por lo tanto, lo que ha dicho Aitor ha sido lógicamente aplaudido en el frontón Atano III, por que es coherente con el pensamiento humanista.

  5. Quién es Andrés? Arrillaga si te refieres a de Andrés del PP. te equivocas. El PP no es liberal en absoluto nunca lo ha sido.

  6. Ortuzarrek bertso batekin agurtu du EAJren buruzagitza

    Hamazazpi urte Sabin Etxean
    ez da kopuru kazkarra,
    betiko ez gara arlo denetan
    dago berritu beharra,
    agur honekin mezu batean
    jarri nahi dut azpimarra,
    inork ez beza inoiz ahaztu
    batasuna da indarra.

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