En respuesta a Joseba Zulaika sobre los Alardes de Irún y Hondarribia (II)

Mikel Arriaga (Profesor e investigador)

Impasse transicional, impasse antagonista.

En la entrevista, el profesor Zulaika hace referencia al proceso que ha tenido lugar en los Alardes de Irún y Hondarribia mediatizado por un impasse, que en este caso ha derivado en un impasse antagonista. No obstante, esta opinión no viene refrendada por un verdadero trabajo de campo. Es por ello importante y necesario la obtención de datos, y la veracidad de las fuentes, actitud que carece a mi entender esta opinión en el presente caso.

Por otro lado, el supuesto impasse en el cambio y transformación de un ritual no puede ni debe tener matices impositivos ni elementos de manipulación informativa, si se pretende mantener una cohesión social pacífica y duradera. En este caso, en vez de estar ante un cambio generacional o vivencial de un grupo sociológico a otro dentro de una comunidad concreta, hemos asistido a una acción coercitiva con raíces políticas que siempre ha tenido la intención de hacer un trágala a una parte mayoritaria de la sociedad de ambos municipios. Estos datos y elementos no los ha tenido en cuenta el profesor Zulaika.

Evidentemente el meollo del problema es el antagonismo, pero no de base o sustrato antropológico, sino de origen y sustrato político. Teniendo en cuenta que no había ningún problema antropológico o sociológico hasta la llegada del planteamiento político, es más que evidente que la raíz del problema emana de un magma político, más bien revolucionario en este caso.

Difiero un poco con mi colega en este análisis de la confrontación debida a un motivo sociológico o antropológico. Nuestros análisis y consultas de campo, elaboradas por mis colaboradores y por yo mismo, corroboran que el motivo del problema que deriva en un enfrentamiento antagonista es claramente de origen político. De hecho, la gran mayoría de las personas que en su momento defendían el Alarde Tradicional eran mujeres jóvenes y de mediana edad de amplia diversidad política. Y fue una tendencia política concreta la que inició la reivindicación con pretensiones de utilizarla como cuña de impulso que iniciara una transformación sociológica. Hasta entonces, la persona que no sentía el Alarde simplemente no participaba, o se iba de vacaciones.

El profesor Zulaika enfoca muy bien el análisis al describir su transformación como un acto de impasse de confrontación y no un impasse transicional, pero olvida tener en cuenta los datos a pie de calle. Y parafraseando sus palabras, yo diría mejor que es a la inversa, que el intento y la insistencia de crear una nueva hegemonía política ha posibilitado la creación de una nueva cultura que intenta imitar al militantismo de antaño en movimientos woke que tienen como base el feminismo, el ecologismo, la reivindicación de las minorías étnicas, etc. Queda en evidencia, además, que los iniciadores del conflicto antagonista son los proclives al Alarde Mixto, al contrario de lo que opina Zulaika. De esto no hay ninguna duda, y se puede probar y corroborar por medio de los testimonios de las personas allí presentes, y no tanto por los medios de comunicación, que más que informar lo que han hecho durante este tiempo es fomentar la crispación en aras de afirmar la corriente políticamente correcta, es decir, la de la imposición del Alarde Mixto como tendencia mayoritaria y jurídicamente aceptada (todo falso de raíz).

Teniendo en cuenta la disertación de Joseba Zulaika, opino que habría que añadir alguna puntualización más, que ya se apunta y se amplía en el libro Reflexiones sobre los Alardes de Irún y Hondarribia. Una mirada crítica.  publicado en 2023, que también se puede consultar ahora en Academia.org. Por ello, pienso que habría que volver a tomar la temperatura en todos los ámbitos susceptibles de ser analizados desde la perspectiva antropológica y sociológica sin desligarlos de su vertiente política, que tanta importancia e influencia tiene en el conjunto de la sociedad vasca.

No es mi intención refutar la opinión del profesor Zulaika, sino más bien ampliarla teniendo en cuenta todo el trabajo de campo realizado por mis colaboradores y yo mismo durante varios años de observación, lecturas, y múltiples entrevistas en los municipios de Irún y Hondarribia, casi desde el inicio del problema hacia 1996. Agradezco también la colaboración de mi compañero Igor Zulueta que apostilló con varios capítulos la 1ª reimpresión del libro antes citado, y con varios artículos en Aberriberri.com, junto a los colaboradores Josu Markuleta, Román Laspiur y Jon Elguezabal.

Muchas gracias a mis colaboradores, y mando un cordial saludo al profesor Zulaika.

Gai honetako beste sarrerak / Otras entradas relacionadas

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *