Alfonso Goikoetxea (ORIXE Taldea)
1. En términos de Badiou, el Acontecimiento irrumpe siempre en un sitio localizado en el que falla una situación (estructura dominante), pero el proceso de verdad que puede desencadenar tiene una naturaleza universal. El desencadenamiento de este proceso se presenta en un lugar particular, aunque es necesario mostrar que la condición de la verdad que origina no es un universal que pueda representarse de una forma concreta.
Esta universalidad no es que haga referencia al alcance del concepto y su adecuación a una escala mundial y a todas las épocas, ni se significa por la primacía de la idea en el orden del conocimiento real existente, sino que forma parte de lo indiscernible, inconsistente e inobjetivable. La verdad que Badiou adscribe a lo universal y genérico es inasequible al conocimiento, pudiendo ser calificada como una abstracción. O, como el propio autor reivindica, puro platonismo.
2. En los trabajos que, inspirados en este autor, el colectivo ‘J Agirre’ dedicó al recomienzo del marxismo en Euskadi a partir del año 1992, se denomina a ETA como Acontecimiento fundador, que irrumpe, en la falla vasca, como desafío a las leyes de la situación y las circunstancias locales que configuran a esta.
La apelación no puede referirse a la ETA original, de adscripción indudablemente nacionalista vasca, que no surgió para desencadenar ningún proceso de verdad de dimensión universal. Sin embargo, el trazado de una verdad de proyección universal se plantea contra todas las inercias que invoquen “a la tierra, la sangre, la raza, la costumbre, la comunidad”, que operan “directamente contra las verdades”, asevera expresamente Badiou en su ‘Etika – Gaizkiaren kontzientziari buruzko saioa’.
El nacimiento de ETA (1958) aporta, aun así, el significante que con el tiempo (a partir de la V Asamblea, una década más tarde) se dota del enunciado (genérico, inscrito en un proceso de verdad que ‘J Agirre’ define como irrupción de lo imposible), de la posición de ruptura con lo establecido y del carácter expansivo que debía lograr activar a un múltiple de potencialidad infinita, que al fidelizarse como organización acotaría su representación a un ámbito finito. Bajo estas condiciones se verificaría, según ‘J Agirre’, la transformación de ETA en el acontecimiento fundador del MLNV [Estado, Nación, Movimientos Populares y Organización política en Euskal Herria – J. Agirre, Herria 2000 Eliza, nº 120, 1992].
3. En este marco de comprensión que propone el colectivo ‘J Agirre’, el concepto MLNV expresaría dos significados, que hay que leer como unidad de contrarios. El primero se refiere al movimiento que se identifica en las múltiples demandas que, conectadas al acontecimiento, desafiarían a la situación y a su fuerza subjetiva (el statu quo y la sociedad estatal). Demandas que se podrían presentar en indefinidas variantes: “igualitarismo, justicia, libertad, participación, solidaridad, anti-autoritarismo, anti-jerarquía, comunitarismo, etc” [H2000E, nº 120]. En esta naturaleza del MLNV se manifestaría su fondo de vitalidad inconmensurable; es decir, su carácter de múltiple infinito. El segundo de los significados designaría la estructura que acoge a diferentes organismos que representan tales demandas, perdiendo su condición infinita al ubicarse al interior de un perímetro limitado. Podría decirse que es el aparato organizativo, pero ‘J Agirre’ prefiere decir que constituye “la fuerza objetiva, la matriz de la organización” [H2000E, 120].
El recomienzo del marxismo vasco postuló una organización política de nuevo cuño, que se situara a salvo del riesgo de suplantación del movimiento por las estructuras. Tras la determinación de los términos de la contradicción principal en la dialéctica ‘pueblo-estado’, la nueva organización no se podría arrogar para sí, al modo de los partidos comunistas clásicos, la representatividad del pueblo o la clase. El ‘pueblo es para sí’, y en Euskal Herria su expresión figurativa podría ser el Pueblo Trabajador Vasco. Pero, su auténtica fuerza subjetiva residiría en las masas populares, que se manifestarían a través de múltiples procesos generadores de Movimientos Populares.
No todo movimiento es movimiento popular. ‘J Agirre’ distingue entre Movimientos Sociales y Movimientos Populares. Los primeros serían los que persiguen objetivos puntuales, específicos de cambio, que no ponen en cuestión el orden social ni el Estado. Los movimientos populares, aunque también intervendrían en objetivos locales o sectoriales, estarían conectados con el acontecimiento fundador y plantearían una impugnación general al orden establecido. El colectivo vasco comprendía finalmente que “no es el carácter más o menos estable de las estructuras organizativas que visten a estos movimientos, ni la naturaleza de sus reivindicaciones, ni el campo concreto donde tiene lugar su intervención, sino el planteamiento del antagonismo lo que diferencia a los Movimientos Sociales de los populares” [J. Agirre – Los movimientos Populares, EGIN, 04 MARZO 1992].
4. En resumen, el ‘(re)comienzo’ de Badiou podría ser una vía de escape del enfoque estructuralista que acogotaba o desactivaba el despliegue del sujeto. En su teorización, fue fundamental el desarrollo de una ‘teoría del sujeto’. A partir del acontecimiento habría de surgir el sujeto que liberaría el proceso de verdad. El sujeto habría de presentarse asido al acontecimiento y con una fidelidad irrevocable al mismo. De esta manera, el sujeto se podría conjugar con el múltiple y buscar alguna forma de unidad. La fidelidad actuaría al servicio de esta búsqueda y operaría como un dispositivo que reconocería, seleccionaría y agruparía a los múltiples conectados con el acontecimiento. A partir de ahí, dice Badiou que “la subjetividad traza el devenir múltiple de lo verdadero”.
Sin embargo, la transposición vasca de tal planteamiento no propició “la ruina de toda presentación estatal” que pretendía Badiou. Según Beltza, Alain Badiou influyó fuertemente en las posiciones ideológicas de ETA y el MLNV entre 1995 y 2005. Fueron los tiempos duros de la ‘socialización del sufrimiento’, de exasperación de la acometividad terrorista, “cuando algunos intelectuales de la Izquierda Abertzale sostenían que el proyecto político emancipador encarnado en ETA, la Izquierda Abertzale y el Pueblo no tenía otros límites éticos que los de su propia victoria”.
La realidad final es que el acontecimiento fundador ETA se disolvió, su seducción subjetiva se difuminó y los sujetos se emanciparon de las fidelidades que les amarraban, los procesos de verdad que pretendían desatar se desmoronaron y los múltiples se reestructuraron, … Y precisamente los herederos de aquel legado se abonaron a un nuevo devenir en el mismo juego de la presentación y representación estatal que querían arruinar. Definitivamente, es la tradición de la que provienen estos la que evoca un innegable ‘desastre oscuro’.
Teniendo en cuenta como el acontecimiento (ETA) y sus consecuencias nos han afectado tan directa y gravemente, es incomprensible la poca importancia que desde fuera del MLNV se le ha dado y se le da, al estudio y comprensión, desde su propio punto de vista, a un asunto que ha marcado nuestra historia más reciente.
En contraste, ahí está la importancia que el MLNV ha dedicado y dedica a la formación continua de militantes y a su integración, tanto en movimientos sociales como populares: “Postulamos que Euskal Herria es lugar de acontecimiento, generador de múltiples procesos subjetivos que generan lo que llamamos movimientos populares”.
Los cuales, funcionando de forma independiente a las estructuras del MLNV, le permite:
– la captación de más gente
– La dilución de responsabilidades
– Dirigir las reivindicaciones contra el enemigo político
“Si el movimiento popular tiene capacidad de expansión es porque existen puntos de acumulación. Definimos este concepto como concentración de fuerzas que es capaz de proyectar sus efectos hasta el infinito. Tiene capacidad de incidir -mediante la decisión y la práctica- sobre otras subjetividades populares, que bien pueden ser votantes de otras opciones. Mediante su transformación en el proceso estas pueden llegar a convertirse en elementos antagónicos con respecto al Estado, situándose ahora en posiciones próximas o coincidentes con las sostenidas por el MLNV”.
Así se piensa y se habla,Arantxa.