José Manuel Bujanda Arizmendi
La educación, en su más amplia acepción del término, coincidiremos en afirmar, que es un bien común inestimable y que como tal debe ser preservado, también coincidiremos en confirmar que está en continua evolución y que debe anclarse en la sociedad a la que sirve, y está ubicada, y ello en clave de acuerdo. Son tiempos de incertidumbres y complicados los que estamos viviendo, los temores son crecientes, nuevas las oportunidades, complejo el futuro. Circunstancias ellas que impelen a todos los agentes concernidos a una lectura compartida de cómo avanzar mejorando y preservando lo bueno. Y estamos obligados a acertar en esta reflexión compartida.
Se impone la responsabilidad colectiva, la crítica constructiva, la colaboración en buscar soluciones, la participación en reflexiones varias: impulso a una continua mejora en la formación del profesorado sujeto activo imprescindible, pilar referencial, elemento clave y fundamental en el engranaje del sistema educativo, así como reconocer la evaluación como herramienta para la mejora continua, la implicación eficaz y compromiso responsable en un esfuerzo de equipo, mejora de las condiciones del profesorado etc etc. Y todo ello en un contexto de mejora continua, planificación, cambiando lo que haya que cambiar, mejorando lo mejorable y ello desde la reflexión, la estabilidad, lo factible, lo posible.
Bien. Hace pocos días y en estas mismas páginas y tratando sobre este mismo tema me manifestaba literalmente de esta manera: “Manifiesto mi respeto exquisito al derecho a manifestarse, movilizarse, hacer huelgas, a los sindicatos en su legítimo derecho a reclamar mejoras laborales. Dicho lo dicho, continuaba, sorprende y extraña, a mí al menos, las llamadas a manifestaciones y movilizaciones varias en contra de la Ley de Educación convocada por los sindicatos de Enseñanza. Extraña y sorprende”. Dicho lo dicho, y repetido, y al hilo de estas reflexiones me permito una más, y me explico: en una fábrica de cualquier tipo y condición o taller de confección de zapatos, boinas, cinturones, avionetas o gafas de sol los diferentes sindicatos centran y basan su quehacer diario en la lógica, legítima y necesaria salvaguarda y respeto de los derechos laborales de los trabajadores y trabajadoras y velan en consecuencia por sus condiciones socio-laborales, salarios, subida de éstos etc como no podía ser de otra manera. Lo mismo para conductores de autobuses, trenes, taxis, repartidores, pilotos, pescadores, policías municipales etc.
Pero que yo sepa, y asumo que quizás esté en un error, los sindicatos no deciden sobre el diseño, lo retro de la moda, el color, tamaño o tendencia a explorar de dichos productos. O sobre las políticas de transportes, colores de los autobuses, uniforme de los repartidores y/o pilotos, organización y políticas industriales, estructura, organización de modelos policiales, tamaño de los barcos etc. Bien. Dicho de otra manera, como sindicatos focalizan su quehacer en la mejora de sus condiciones laborales y profesionales. Es su campo de actuación. Pero no focalizan vehementemente su quehacer en la toma de decisiones estratégicas empresariales, cuestión que corresponde a la dirección de la empresa, aun cuando no les son ajenos. Podrán opinar incluso sí, siempre conjuntamente y de la mano con los responsables empresariales y así darles su opinión enriquecedora, sin imponer nada al respecto ya que no es su primera función fundamental.
Pero pareciera que en Euskadi en lo que concierne a “lo” educativo los referentes objetivos y prioridades de los sindicatos son diferentes y polivalentes, y así, hablan, opinan y entienden, e intentan incidir, incluso con vehemencia contrastada, sobre el tipo de educación, currículo a elaborar, políticas lingüísticas y no lingüísticas, perfiles de salida del alumnado, autonomías de centros, formación del profesorado, contenidos, pedagogías, competencias, evaluaciones, programas, planes a desarrollar, valores a implementar, tratamiento de lenguas, ratio de alumnos, plazos de sustituciones etc. Es decir, en mi muy humilde opinión, mezclan reivindicaciones pedagógicas y didácticas educativas varias con las mejoras socio-laborales. Entrelazando, es mi humilde opinión lo repito, lo que les corresponde con lo que no les corresponde directamente (o al menos no del todo). Y yo al menos no lo entiendo muy bien. Se movilizan en contra de un borrador de un Anteproyecto de Ley al que los mismos sindicatos han realizado aportaciones y sugerencias varias con la lógica voluntad de mejorar el texto mencionado. Una movilización, llamémosla, preventiva antes de conocer el texto definitivo y que bien recoge el contenido del Pacto Educativo. Es más, pienso que es bueno recordar que es en el Parlamento, en este caso el vasco, donde reside la voluntad y opinión soberana de la sociedad, en este caso la vasca.
Dicho de otra manera, recordar que deberán ser, y serán, los diferentes grupos o partidos políticos con representación en el Parlamento los que decidirán, valorarán, modificarán, aprobarán, rechazarán, enriquecerán y/o cuestionarán el texto que el Consejo de Gobierno del Gobierno Vasco remita al Parlamento Vasco para su futura tramitación. Es ahí, insisto, en el Parlamento Vasco donde se residencia la soberanía depositada por la sociedad y donde se aprueban y construyen las Leyes. Al césar lo que es del césar. O a cada uno lo suyo.
Y respecto a la última y muy vehemente e inflamada rasgadura de vestiduras por parte de Elkarrekin Podemos en boca de Miren Gorrotxategi un par de apuntes con respecto a la concertación de las aulas de 2 a 3 años: El 21 de junio, el Consejo de Gobierno aprobó la Orden de Conciertos, que se publicó en el BOPV el 27 de junio. Allí, en el artículo 4 y en la Disposición Adicional, se recoge la concertación de las aulas de 2 años. Es más en los presupuestos del Gobierno Vasco se recoge la concertación de las Haurreskolak (del Consorcio Haurreskolak). Y una cuestión igualmente importante: este pasado lunes 14 se ha publicado en el BOPV el Decreto de Admisión y Escolarización. Y tal y como presentó el Consejero Jokin Bildarratz en rueda de prensa, este Decreto precisamente persigue lograr una escolarización equilibrada entre todos los centros que se financien con fondos públicos. Así, a partir del curso que viene se equilibrará la escolarización del alumnado vulnerable en las aulas de 2 años. Para que eso sea así, es necesario que las aulas de 2 años de Ikastolas y Kristau Eskolas estén concertadas para así poder exigirles que participen, junto con la red pública, en la escolarización equilibrada. Porque si no se conciertan esas aulas, ¿cómo exigirles esa medida? En resumen: las medidas eran conocidas porque los Decretos son públicos. Sí, eran conocidas. No son ni sorpresa ni novedad alguna.
Y una última reflexión. Yo sí estoy de acuerdo, categóricamente de acuerdo, con los pasos que se están dando cara a encarar la Ley de Educación, y los aplaudo, y los hago míos. Porque esta Ley, como el camino que nos conduce a ella, busca desde sus mismos primeros pasos eliminar la segregación por sexo, motivos socioeconómicos, culturales o de cualquier otro tipo y busca garantizar la gratuidad de toda la educación obligatoria. Porque recoge novedades para las matriculaciones con la creación de Consejos Educativos Municipales que identificarán las necesidades educativas y distribuirán la oferta de la localidad.
Porque establece que la Educación Vasca se estructura como un sistema multilingüe cuyo eje es el euskera que se articula a través de dos lenguas oficiales, al menos una extranjera, y que al respecto manifiesta su objetivo de que el perfil de salida del alumnado al finalizar la ESO sea con un nivel B2 de competencia en euskera y castellano. Porque habla de proyectos educativos, autonomía de centros, estabilidad de claustro de profesores y direcciones, formación del profesorado y equipos directivos. Porque creo en el valor intrínseco de la educación y en su modernización, actualización y mejora. Porque estamos ante un proyecto de País, con mayúsculas y no sujeto al rifirrafe político y regate corto. Y por muchas cuestiones importantes más aplaudo los pasos que se están dando. Es hora de la audacia y de la responsabilidad compartida. Horas de luces largas, y no cortas. Lo repito, altura de miras. No cejemos en el empeño. Seamos optimistas. Yo lo soy. No sobra nadie. Todos hacemos falta. Animo. Sea pues.