Julen Goikoetxea
INTRODUCCION
La historia de nuestro País Vasco no ha sido construida sobre aportaciones o gestas realizadas por una serie de líderes carismáticos destacados, sino que fundamentalmente ha estado sustentada en la interacción entre sus gentes más sencillas, en su trabajo y en su adaptación al entorno.
Somos un pueblo relativamente pequeño en tamaño y población. Actualmente, estamos inmersos en un marco de cambio permanente, cada vez más acelerado y más globalizador, de cuya influencia cultural no podemos sustraernos. El mercado y el estado están sustituyendo rápidamente a los núcleos familiares y a las dinámicas locales.
Como consecuencia, estamos perdiendo progresivamente nuestras referencias culturales tradicionales, nuestra propia identidad y perspectiva social, integrándonos cada vez más en las corrientes y culturas uniformizadoras dominantes.
Ante estas circunstancias se nos plantean una serie de interrogantes:
¿Queremos recuperar y conservar nuestra identidad? Si queremos perdurar como pueblo diferenciado, tendremos que definir en primer lugar cuáles son sus peculiaridades. Para ello es preciso remitirse a sus usos y costumbres sociales que han perdurado hasta tiempos relativamente recientes.
¿Es posible, merece la pena? El voluntarismo es insuficiente. Es evidente que la sociedad actual es bien diferente de la tradicional rural y por ello el sentido de la respuesta dependerá de la capacidad que demostremos para aportar desde nuestra identidad tradicional referencias que puedan ser válidas, actualizables y contrastables con los paradigmas dominantes.
En este sentido es muy ilustrativa la analogía que propuso Oteiza: “El que avanza creando algo nuevo lo hace como un remero, mirando hacia atrás, hacia el pasado, hacia lo existente para poder reinventar sus claves”.
Y con ese objetivo desarrollaremos el trabajo siguiente.
1.- PERSONA, SOCIEDAD Y CONVIVENCIA
– La persona constituye la base de la sociedad
– La convivencia es una opción moral
– Impulsar un “carácter social orientado” hacia el bienestar psicológico y material de sus miembros enriquecería la convivencia.
1. PERSONA – SOCIEDAD – CONVIVENCIA
PERSONA Y SOCIEDAD
La base de la sociedad, su componente interno, es la persona. El desarrollo personal es dinámico, contiene un cierto número de potencialidades, tanto biológicas como psicológicas, así como sus propios límites constitutivos.
A su vez, este desarrollo está condicionado por diversos factores externos, que pueden favorecer o entorpecer el proceso, principalmente el entorno social y el entorno material.
La naturaleza del ser humano es dual, es contradictoria. Por una parte, cada persona es única, tanto física como psicológicamente, con su personalidad y vivencias subjetivas. Por otro lado, también es un ser social porque no es autosuficiente y está constituida para la relación.
Cada persona contiene ambos factores, el individual y el social, y como consecuencia su comportamiento puede abarcar un amplio abanico de posibilidades: desde el egoísmo a la solidaridad, dependiendo de la interrelación entre sus dos aspectos.
Esta naturaleza contradictoria de cada persona particular se traslada al conjunto de las relaciones sociales, que también serán duales. Así, el carácter general de una sociedad variará entre la cooperación y la confrontación, siendo el aspecto dominante el que defina su naturaleza.
PERSONA Y ETICA
Teniendo en cuenta que la persona: es contradictoria, que no nace ni buena ni mala, que en su desarrollo particular se combina lo innato y lo adquirido, sobre los cuales no tiene un poder directo, la pregunta que procede es si la ética tiene algún sentido.
Sí, porque además de su particularidad, cada persona también es consciente de la existencia de unas características comunes, tanto físicas (salud, energía, bienestar) como psicológicas (libertad, entendimiento, voluntad, afectividad).
La ética debe estar al servicio de la persona y la comunidad en la que se inserta, y esto incluye la responsabilidad, porque los actos personales, siempre y en todo tiempo y lugar tienen consecuencias sociales.
Es cierto que cada persona está condicionada por su biología, cultura, y circunstancias concretas, pero aun así su desarrollo no está determinado porque dentro de sus posibilidades y limitaciones cada persona puede optar.
CONFLICTOS Y CONVIVENCIA
Es una realidad común a resolver en todos los sistemas sociales. A diferencia de otras especies animales, somos seres racionales y por ello, además de seres socializables, es decir, adaptables al modelo social, también somos seres socializantes, capaces de cambiarlo.
¿Cuál es la clave que hace sostenible a un modelo social determinado? Cuando un sistema logra modelar la estructura del “carácter social”, es decir, el carácter matriz común a un grupo (nación o clase) sus miembros se sienten relativamente satisfechos con las condiciones sociales del sistema que consigue de ese modo asegurarse su fidelidad.
¿Qué sucederá cuando en una sociedad plural hay diversos tipos de “carácter social” y se intenta cambiarlos o uniformizarlos? Que se resistirán a dicho cambio, ya sea violentamente o mediante el obstruccionismo.
Para que los inevitables conflictos que se dan en toda convivencia no la rompan, es necesario buscar un “carácter social mínimo-común” que contribuya al bienestar espiritual y material de sus miembros. Ponerlo en práctica supondría enriquecer, consolidar y desarrollar el sistema social:
– haciéndolo más aceptable y más sostenible.
– proporcionándole una mejor garantía de libertad ante cualquier posible abuso de poder, ya sea privado o público.
Cómo han resuelto el problema de la convivencia los diferentes modelos sociales, lo iremos viendo en los próximos artículos.
El siguiente tratará sobre diferentes modelos sociales: universales y particulares.notepadr
Artículo interesante, serie que promete; la seguiremos con interés.
“Así, el carácter general de una sociedad variará entre la cooperación y la confrontación, siendo el aspecto dominante el que defina su naturaleza.”
En nuestro país también existe quienes apuestan por la cooperación para la confrontación, los que primero creen que hay que romper (la ruptura) para después construir.
Algunos nos quieren ver como un “pueblo de fusil”, unos por que así nos destrozan, y otros por que así desarrollan su relato épico.
Sin embargo la historia de nuestro pueblo, su supervivencia esta más ligada a la “interacción entre sus gentes más sencillas, en su trabajo y en su adaptación al entorno”, que en las guerras y los reinos.
“La base de la sociedad, su componente interno, es la persona”. Parece que cada vez tiene más aceptación. Me parece muy importante seguir extendiendo la idea.
También me gusta la propuesta de intentar buscar un “carácter social mínimo-común”. Esta búsqueda debería tener en cuenta que la persona es de naturaleza contradictoria, individual y social, y que el considerarlos complementarios serviría tanto al crecimiento personal individual como a una mejor convivencia social.