Koldo Martínez, Esther Cremaes, Ana Ansa, Jabi Arakama, Juana García, Pello Salaburu, miembros de Zabaltzen, bere blogean (*)
“Estamos haciendo Historia, y vamos a seguir haciendo Historia”.Son palabras que Uxue ha mencionado durante todo su mandato, y que nos invitan a que hagamos un viaje en el tiempo si queremos interiorizarlas en toda su intensidad.
Hay quien desde fuera de Geroa Bai dice que «Uxue ha sido la mejor presidenta de la Historia», y no lo vamos a discutir. Pero quienes en Política «quieren seguir haciendo Historia» no pueden quedarse en la «expresidencia o sus siglas». Precisamente porque Geroa significa Futuro. Este artículo es una invitación a la reflexión para «seguir haciendo historia» bajo la base de 3 preguntas básicas:
¿Qué valores ha aportado a Navarra el gobierno que presidió Uxue Barkos? ¿Qué valores aporta a la sociedad navarra el nuevo gobierno que preside María Chivite? ¿Qué aporta Geroa Bai a Navarra desde estos gobiernos?
De lo que históricamente supuso el Acuerdo para el Gobierno Barkos…
Navarra nunca será la misma. Ofrecemos toda nuestra colaboración para impulsar un gobierno de mayoría progresista y abiertamente pluralista que aproveche las iniciativas puestas en marcha por el Gobierno del Cambio. Nunca más una «Navarra de los Quesitos».
Estas palabras pronunciadas por Uxue Barkos en la misma noche del 26M son una referencia para los próximos 4 años.
- Porque no sería posible el actual Gobierno de Navarra sin el Gobierno del Cambio.
- Porque se abrió el camino para seguir construyendo una Navarra solidaria desde una visión progresista y pluralista, y consolidar en Navarra la imprescindible Segunda Transición.
Estamos haciendo Historia, y vamos a seguir haciendo Historia
Esta cita de Barkos, repetida durante su mandato, está plenamente vigente. Vamos a comprobarlo.
La Primera Transición
En el último tercio del siglo XX, Navarra evolucionó de manera extraordinaria en su sociología. Emergía una nueva sociedad civil mucho más abierta, dinámica, democrática, plural y transformadora que sus élites político-institucionales, mediáticas o culturales, firmemente arraigadas en el poder. Unas élites que, además de suponer la derecha más reaccionaria del Estado (con desarrollo autónomo propio durante la guerra y el franquismo), cultivaban un arquetipo de “lo navarro” absolutamente excluyente para con una gran parte de nuestra sociedad. En esa realidad polarizada entre lo nuevo y lo viejo también incidía la actividad terrorista de ETA que, además de causar en la sociedad un enorme sufrimiento sin sentido alguno, inutilizaba a una parte de la izquierda para cualquier actividad parlamentaria en la recién estrenada democracia.
En ese panorama, con una Derecha que se heredaba a sí misma en las estructuras de poder, Navarra llegó más tarde que nadie a aquello que se llamó Transición (y que ahora llamaremos Primera Transición). No fue en 1979, sino en 1984, cuando se pudo constituir en Navarra el primer gobierno de mayoría progresista, liderado por el PSOE con el indispensable apoyo del nacionalismo democrático (después de enfrentarse a un intento fáctico para que gobernase la Derecha)
Aquella Primera Transición quedó truncada unos años más tarde, tras importantes episodios de corrupción en el campo socialista convenientemente adobados por la Navarra fáctica y el reclamo de la “cuestión de Estado”. Efectivamente, en 1996 el socialista Otano, que presidía un gobierno de coalición PSOE-CDN-EA con apoyo externo de IU, tiene que dimitir salpicado por el escándalo. El PSN se disuelve y, conducido por una Gestora, entra de lleno en su «etapa sistémica» de sumisión a la Derecha en el llamado Corralito Foral.
La nueva situación nos convertía en la única Comunidad de todo el Estado en que el PSOE sostenía al gobierno de la Derecha. Nacía así la «Navarra de los Quesitos” pilotada por Miguel Sanz: 19 años en los que una ciudadanía mayoritariamente progresista era gobernada por una “Navarra institucional” más a la derecha y antivasca que la mayoría social.
Nace Nafarroa Bai y continúa en Geroa Bai
La Navarra excluida de esa mayoría social “hacía Historia” creando Nafarroa Bai en 2004. Le puso voz a esa otra Navarra: la vasca, la progresista, la pluralista, la que apostaba por la paz plena y la convivencia, la comprometida con el autogobierno; la que reclamaba que Navarra fuera sujeto político y, nunca más, objeto político. Dimos testimonio en Madrid de “la otra Navarra”, y logramos ser la 2ª fuerza en Navarra en 2007. Sufrimos el Agostazo que nos recordó que “la cuestión de Estado” imponía que el Gobierno de Navarra no se decidiera en su Parlamento Foral, sino en oscuros despachos de Madrid y Pamplona.
Volvimos a hacer Historia en 2011, recogiendo en Geroa Bai el espíritu, la música, la letra y la mejor intérprete de NaBai: Uxue Barkos. De nuevo, en Madrid. Pero faltaba impulsar en Navarra esa “Segunda Transición”. Una transición hacia una nueva centralidad: más acorde con su sociedad civil, más progresista en su concepción social y claramente abierta y plural en sus formas de sentir la navarridad.
Navarra debía quitarse el lastre de ser “cuestión de Estado” y poder decidir libremente su gobierno desde su propio Parlamento. Navarra tenía que dejar de ser “objeto” de objetivos políticos externos a ella para ejercer directamente de “sujeto” político, y así profundizar en los valores más radicales de la Democracia, sin exclusiones.
El Gobierno del Cambio
Esa Segunda Transición se inició en 2015, cuando una mayoría parlamentaria impedía la repetición de la aritmética de la “Navarra de los Quesitos”.
Esta mayoría progresista suscribía un Acuerdo Programático de Gobierno pluralista, y, por primera vez en 19 años, elegía una Presidencia del Gobierno desde el Parlamento, sin injerencias de la “cuestión de Estado”. Una mayoría de 26 a la que se invitó a sumarse al PSN, que prefirió abstenerse.
Un Gobierno del Cambio que hacía Historia con su llegada, y también con su acción de gobierno. El gobierno de Barkos hizo caer el mito: ni UPN era el único gestor, ni tan siquiera había sido un buen gestor. Además de ser el responsable político de hacer desaparecer Caja Navarra bajo el liderazgo plutocrático de Sanz y Goñi, dejaban las arcas forales vacías, con déficits encadenados e hiperendeudadas.
- Se logró equilibrio en las cuentas con el objetivo último de lograr la equidad.
- Del déficit cronificado desde 2008 en Navarra se pasó al superávit desde 2017;
- Se redujo el endeudamiento multiplicado por 5 por UPN;
- De un remanente negativo de Tesorería heredado se pasó a un remanente positivo;
- Tras varios años con gobiernos de UPN con presupuestos prorrogados, se consiguió la estabilidad institucional de aprobar 4 presupuestos en 4 años,…
- Y se logró una histórica negociación de la nueva Aportación Foral al Estado.
El Equilibrio permitió acometer cotas importantes en el camino de la Equidad:
- reduciendo los índices de pobreza,
- revirtiendo los recortes y mejorando todos los índices del estado de bienestar,
- incrementando el acceso a vivienda pública
- e implementando el primer Plan de Inversiones Locales para los ayuntamientos navarros desde 2011.
Navarra fue también la última Comunidad en abordar la terrible deuda de la Memoria Histórica del 36 y del franquismo; y la última comunidad en dotarse institucionalmente de la atención a las víctimas del terrorismo, para fijar las bases éticas de una Navarra en Paz y Convivencia porque los Gobiernos anteriores no lo habían hecho. Asistimos también al final de ETA, sin blanqueos y con un posicionamiento institucional inequívoco como la Declaración de Bértiz de los dos lehendakaris, Barkos y Urkullu.
El gobierno Barkos ha librado la batalla del Pluralismo ante la sociedad cainita que cultivan esas élites, que todavía hoy perviven. Se ha promovido el respeto a las diferentes maneras de sentir la navarridad, y el orgullo de promover el desarrollo y convivencia de las lenguas propias de Nafarroa. Sí, se ha hecho Historia. Ahora toca seguir haciéndola.
(*) Asociación política integrada en Geroa Bai