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Gabriel M. Otalora

Los inmigrantes se han convertido en tema de conversación y son pasto de comentarios y sensaciones mayoritariamente negativas; del corazón y sus miedos habla la boca. Cada vez vienen en mayor número a pesar de que el gobierno español no llega, ni de lejos, a la cuota de acogida que le ha fijado la Unión Europea. Todo el día hablando de cumplir la ley pero ya vemos lo selectivo que es Mariano Rajoy en este tema.

Es fácil captar una actitud generalizada de miedo ante la llegada de los inmigrantes: turismo médico, delincuencia, menores oportunidades de trabajo para nuestros hijos, falta de integración social, costes suplementarios en ayudas básicas… y miedo también a la colonización islamista. Rechazo al diferente, en suma, por lo que pueda perjudicarme, sin pensar en mayores consideraciones. Pero la realidad no es tan parcial ni tan negativa porque tiene su lado luminoso:

Trabajo La mayoría de los inmigrantes viene a trabajar, con ganas de aportar a la sociedad lo que en sus países no les dejan la miseria o las injusticias estructurales. Los inmigrantes suelen coger los trabajos que no queremos el resto. Si se comparan las estadísticas del tipo de ocupación, es evidente que en el reparto de empleos entre los trabajadores autóctonos y extranjeros, los inmigrantes copan las tareas no cualificadas.

Legalidad Los que huyen de las guerras deberían tener estatus de refugiado, según la Carta de Naciones Unidas que obliga a los Estados a acogerlos. La Unión Europea comete una injusticia además de una ilegalidad flagrante. No pueden ser tratados como apestados, como ocurre en las vallas de Ceuta y Melilla y a espaldas de todos en pleno mar Mediterráneo. Pero aparte de que no se cumple la ley con los exiliados, (qué vergüenza el centro de acogida de Archidona), basta reflexionar sobre la cantidad de organizaciones solidarias que existen para atender sus necesidades más primarias, para entender que el colectivo se significa porque sus miembros necesitan urgentemente un contexto humanitario básico como seres humanos que son.

Ayudas públicas Las ayudas instauradas en Euskadi las disfrutan foráneos y autóctonos, cada vez en mayor número. Y el fraude en las prestaciones es mayor en los de casa (Seguridad Social, IVA, IRPF, autónomos…). En el caso de los extranjeros empadronados en Euskadi, a finales de 2015 aportaban más ingresos a las arcas públicas vascas que el gasto que suponen para el sistema de bienestar social. Y sin la llegada de los inmigrantes, hubiésemos perdido 50.000 habitantes en los últimos años.

Delitos violentos Es una realidad que no es exclusiva de los foráneos: un informe realizado por la Fundación Aspacia alerta de los obstáculos a los que las mujeres en situación irregular se enfrentan a la hora de denunciar una agresión sexual, como son el miedo a ser expulsadas y la desatención sanitaria. Mujeres sin tarjeta sanitaria que no tienen nada y que son presa fácil para las mafias. Hay estudios que demuestran que no hay una correlación causal entre migración y criminalidad. Como ha denunciado la Cruz Roja, en algunos conjuntos de datos sobre criminalidad se mezclan delitos con simples faltas administrativas como carecer de documentación o entrada al país de manera irregular.

Además, cualquier noticia negativa de este colectivo tiene una repercusión exponencialmente peor que la de uno de los nuestros. El gentilicio se ha convertido en la noticia: no muere una persona con nombre y apellidos;solicita ayudas públicas, fallece o delinque… un boliviano, un rumano o un marroquí.

Problema político Algunos opinan que se les dé ayuda en sus países de origen y así no tendrían que emigrar. No es precisamente lo que hemos hecho los refinados europeos con el colonialismo, ni seguimos haciendo al disminuirles la ayuda a la cooperación internacional cuando más la necesitan. Fuimos a sus países a esquilmarles sus recursos naturales y ahora que el mundo está como está, con tantos millones de desplazados huyendo de la miseria y la guerra, se encuentran con las puertas del bienestar cerradas o con muchas dificultades para traspasarlas. Lo peor es que el problema alcanza unas magnitudes colosales.

No son pocos los que quisieran volver a sus países en el momento en que la situación que motivó su salida desapareciese. No vienen por gusto. Si lo han dejado todo -casa, familia, etc.- y si ponen en riesgo su vida y la de sus hijos, lo hacen porque el resto de opciones han fracasado. ¿Qué son las 600.000 peticiones de asilo en Europa si se comparan con los 60 millones desplazados internos en Asia y África! El caso de Líbano es tremendo: 1.200.000 refugiados a los que añadir medio millón de palestinos en una población que tiene unos cuatro millones de habitantes. Es como si a España llegasen 12 millones de refugiados.

Efecto llamada Lo de justificar el endurecimiento de normas y fronteras para evitar el llamado “efecto llamada”, se desmonta recordando que a las personas desesperadas no les las puede parar ni con vallas, ni con riesgo mortal para sus vidas, ni con la militarización de las fronteras. Lo curioso es que el comisario europeo de Asuntos Económicos, Pierre Moscovici, dijo que la llegada de tres millones de inmigrantes no supondría un caos para la Unión Europea;por el contrario, sería un factor que elevaría el PIB de la economía europea.

Identidad y culturaMuchos piensan como el ultraderechista húngaro Viktor Orbán, que Europa perderá su identidad y su cultura cristiana, cuando alerta de que podemos ser minoría en nuestro propio continente ante el riesgo de llegada masiva de refugiados musulmanes. La decadencia no nos deja ver que los pretendidos valores están desvalorizados hace tiempo, la ética expulsada de las aulas y la religión cristiana puesta en cuestión sine die, además del poco ejemplo de quienes nos decimos creyentes. Lo fundamental es preservar los valores de tolerancia, de respeto por la diversidad, de solidaridad, que es lo que nos va a propiciar las actitudes necesarias ante los retos a los que nos tendremos que enfrentar pronto. Discursos intolerantes como los de Orbán son la mejor propaganda para que grupos radicales capten a más gente.

Saturan la sanidad pública, que no financian. Como explica Amnistía Internacional, el impacto fiscal de la inmigración en España supone medio punto del PIB, es decir, más de 5.000 millones de euros. Por su parte, Médicos del Mundo afirma que los excluidos en Europa, son personas “sanas” ya que la propia selección de su odisea hace que los que llegan sean personas jóvenes y sin enfermedades. En cuanto a la financiación, desde 1999 la sanidad se paga a través de impuestos indirectos, como el IVA o el IRPF, y no mediante las cotizaciones a la Seguridad Social. Por tanto, los inmigrantes también contribuyen a financiar los servicios sanitarios.

Acabo con una realidad que no puede soslayarse: el exilio sigue siendo exilio aun estando en el lugar más hermoso del planeta.

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6 comentarios en «Los inmigrantes que llegan»

  1. Esan dituzunetako asko eztabaidagarriak izanda ere, aipatu ez duzun arlo batean jarri nahiko nuke arreta. Inmigrazioak (batez ere hirugarren mundutik datorrenak) zein eragin du edo zer nolako mehatxu suposatzen dut Euskal Nazioaren biziraupenerako? Inmigrazioaren gaia ia beti ikuspuntu ekonomizista-materialistatik egiten da, gure ondorengoei utziko diegun gizarte eredua kontutan hartu gabe inondik inora. Akats larria deritzot.

    Beste ezerren gainetik gure herriaren eta ondorengoen etorkizuna segurtatu behar dugu.

    Euskaldunak lehenengo! Euskara lehenengo!

  2. Vale, como decía Miguel Sebastián en 2007, «Aquí cabemos 66 millones».
    Venga, a por ellos.

  3. Que si, hombre, que si. Ya veréis donde van a quedar la diversidad, solidaridad y tolerancia cuando la población musulmana sustituya a la local, y me es igual que sea vasca, europea o de Albacete. Pero claro, decir estas cosas y tener claro que de buenos somos completamente gilipollas me hace un peligroso ultra a los ojos del buenismo generalizado.

  4. Hay que tener una nociones históricas muy vagas para querer promover el multiculturalismo. La convivencia entre culturas es una utopía muy bonita de cara a la galería pero en realidad sólo genera conflicto, no hay más que ver como durante la historia se han dado varios conflictos étnicos:

    Conflicto de Irlanda del Norte.
    Conflicto de los Balcanes.
    Conflicto de Ucrania.
    Guerra Civil del Líbano.
    Golpe de estado de Fiyi.
    Genocidio de Ruanda.
    Conflicto ruso en los países Bálticos.
    Apartheid Sudafricano.
    Guerra Civil Siria.
    Guerra Civil Yemení.
    etc.

    De nada sirve dar ayuda a los países pobres pues lo único que han conseguido es multiplicar el problema con sus altas tasas de natalidad (se ve que el malvado hombre blanco ha hecho que la mortalidad infantil en África haya disminuido). Y si alguien debe pagar las consecuencias de las malas condiciones de vida que tienen, son, nada más y nada menos, que las multinacionales que expolian sus recursos y no el trabajador europeo que bastante tiene con poder llegar a fin de mes.

    En vez de escribir discursos sensibleros por qué no os vais a sus países a ayudarlos, seguramente ni hayáis apadrinado jamás a un niño del tercermundo.

  5. Todo muy bonito señor Otalora, pero cuando, por ejemplo, los jubilados vascos sepan que mientras ellos tiene la pension practicamente congelada, el Gobierno Vasco destina 488 millones de euros ( ellos lo entenderan mejor en pesetas 81.008 millones de pesetas) en 2017, en parte para complementar pensiones no contributivas y en mas de un 30% ( 24.000 millones de pesetas) a inmigrantes, perdon migrantes, perdon «personas migrantes» muchos de ellos sin permiso de residencia. Cuando se den cuenta de todo esto, o se ponen las pilas lso partidos del Gobireno vasco o empezaran a aparecer PP ( partidos populistas como en el rest ode Europa).

    De todas foras el proceso de sustitucion de la poblacion vasca por la procedente del exterior es inevitable, el » Pueblo Vasco» ya se ha autodeterminado cuando la tasa de natalidad es la mas baja de Europa y es menos de la mitad de la necesaria para mantener la poblacion.

    Lo que estoy seguro es que a nosotros y a nuestros descendientes lo que nos espera es una sociedad mas fragmentada y con mas conflictos derivados de valores y costumbres diametralmente opuestas.
    Para que lo tenga mas claro señor Otalora, una familia de Espinosa de los Monteros que vino hace 40 años se integra en la primera genercion, una que viene de Cadiz seguramente hasta la segunda no se integratotalmente, pero cuando vienes de Peru, Nigeria y Paquistan no se integraran nunca, ni con nosotros ni entre ellos.

  6. ¿ pero realmente señor Otalora no ve ningun aspecto negativo en el incremento de inmigrantes? aunque claro, si basa todos sus razonamientos en las opiniones de ONG y organizacones subvencionadas con dinero publico…

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