José Manuel Bujanda Arizmendi
La incertidumbre política y social, una gobernabilidad hipotética abierta a cualquier hipótesis dubitativa y lo no operativamente previsible conforman los peores aliados y compañeros de viaje para la independencia, el procés o como se le quiera denominar. Un proyecto independentista no puede tener como aliado responsable y creíble este falso, escurridizo y débil hormigón como fundamento y base. Los últimos doce años de la vida política catalana podrían fácilmente dar pié a que futuros libros de historia, o incluso de filosofía política, quizás pudiesen dedicar un capítulo entero a lo que aconteció desde que un aspirante sin demasiada fe en alcanzar la presidencia del Gobierno de España ¿Rodríguez Zapatero) prometió a un tal Ernest Maragall Presidente a la sazón de de la Generalitat Catalana que lo que se aprobase en el Parlamento de Cataluña se respetaría escrupulosamente en la las Cortes y Senado de España. Y ello no ocurrió y a partir de ese momento se desencadenó una auténtica cadena de despropósitos y dislates hasta el día de hoy, enero del 2018.
No pretendo redundar en el detalle de los despropósitos concatenados que tuvieron como resultado la multiplicación exponencial del sentimiento independentista y secesionista en Cataluña. Dichos futuros ne hipotéticos libros de historia en su capítulo particular dedicado a Cataluña abordarían desgraciadamente en qué consiste un flagrante fracaso de la política en general, con mayúsculas y de su clase política española y catalana en particular. Tal posible capítulo abordaría con crudeza en qué consiste la negación del sentido común en política, en cómo no hay que hacer la cosa política ni en la forma ni en el fondo, en lo fatal de de no hacer el esfuerzo de ponerse un instante en la posición política del adversario, en lo letal de la negación del acuerdo, del consenso y de la búsqueda del acuerdo. Dicho capítulo relataría toda una cadena de decisiones políticas equivocadas y de errores tácticos y estratégicos por parte de todos, sí, por parte de todos. Nadie se libra. En dicho capítulo se resaltaría el inmenso error de negarse a buscar por parte de unos y de otros en la búsqueda de espacios compartidos y democráticos donde legitimidades y legalidades interactuasen de una manera proactiva en búsqueda de mínimos comunes y acuerdos básicos.
Como conclusión dicho capítulo dedicado a Cataluña confirmaría una sospecha que se presumía de antemano, es decir, que la política de bloques y la incomunicación impermeable entre percepciones identitarias diferentes conduce a auténticos callejones sociales y políticos sin salida, que conduce a cuartear gravemente la propia sociedad concernida y que conduce, o puede conducir, a una frustración política aguda en amplios sectores de la ciudadanía. Al leer atentamente las conclusiones de dicho artículo el estudiante o simple lector de la literatura de dicha artículo convendría en que en el siglo XXI y en Europa occidental no caben las decisiones unilaterales y rupturistas express, aún sabiendo que las relaciones bilaterales basadas en el acuerdo, en el consenso, en el respeto mutuo, en las soberanías compartidas y en el no imponer y no impedir no son caminos cómodos ni fáciles.
Los resultados son los que son, son los que han sido, con una participación la más alta de las elecciones en Cataluña. Ciudadanos con su candidata Arrimadas ha ganado las elecciones tanto en escaños como en votos pero con una mayoría absoluta que corresponde al soberanismo, el PdeCAT de Puigdemont se ha impuesto a Esquerra que no da ningún sorpaso, los Comuns se desfondan igual que la CUP que no responden a las expectativas, el PSC se mantiene a duras penas y el PP fracasa estrepitosamente de una manera muy preocupante por sus posibles consecuencias en Cataluña, España, Euskadi y en la propia Europa, es que ¿estamos en vísperas de políticas neo-recentralizadoras? Ciertamente las combinaciones son varias, imaginativas y múltiples, pero las posibilidades reales de conformar gobiernos son mucho menores, hay alianzas varias pero no previsibles, futuros indecisos, las certidumbres son nulas, e imprevisibilidades totales.
El futuro es incierto donde los haya. Los resultados están ahí, si, ¿pero a quién llamamos vencedores, ganadores y/o perdedores o vencidos? ¿qué bloque ha ganado? ¿Y la sociedad cuarteada catalana en qué sentido se ha pronunciado? Estas y otras múltiples incertidumbres anulan de raíz cualquier camino unilateral hacia la independencia y abonan la imperiosa necesidad de la bilateralidad y la necesidad del diálogo, del acuerdo, del consenso y de la transversabilidad. Estas múltiples incertidumbres abonan la necesidad de la política, con mayúsculas, como único instrumento viable para solucionar y vehicular problemas políticos.
Nos esperan semanas e incluso meses de apasionantes tiempos e (in)certidumbres cara al futuro. Yo, que así conste, creo en el consenso interno y en la bilateralidad, en tejer complicidades, en la vía vasca, en la realpolitik, creo, es decir no contrapongo idealismo con realismo. Sin prisa ni pausa alguna. No hay otra vía. Lo he manifestado alguna vez, prefiero votar un acuerdo a no acordar una votación.
Dice el autor que el sentimiento independentista de dispara como resultado de los «Despropósitos Colectivos». Es decil, del mal «conllevarse orteguiano».
Creo que este análisis que predomina en medios nacionalistas no es correcto y por lo tanto dificulta la comprensión del fenómeno.
El voto Nacionalista en 1984 alcanzó el 51%. Tuvo un máximo del 55% en 1992 y desde entonces un ligerísimo descenso hasta el 47 o 48% de las últimas elecciones.
¿Se podrá decir que Pujol y sus políticas desde el 84 no era o eran «indepe’s»?. Lo dudo mucho. Es más, me consta que ya lo era por vivencia directa en los despachos de la Generalitat.
Pujol siempre fue «Indepe» y sus políticas siempre fueron construyendo las bases de la ideología «Indepe». Que Pujol mintiese o fingiese otra cosa no cambia el fondo de la cuestión. Si conviene mentir Pujol miente y si es por la familia y por la causa es perfectamente capaz de hacer mucho más que mentir.
Es más ¿Se puede ser nacionalista y no ser «indepe»?
Que el mundo «Indepe» haya eclosionado en este momento es algo natural y positivo para todo el mundo.
Para Unos, los «indepes», porque finalmente han dejado de mentir. Se vive muy mal mintiendo.
Para Otros, los no «indepes», porque también finalmente saben de verdad a qué se enfrentan.
Ya nadie puede llamarse a engaños y se abre la confrontación.
Lo peor es vivir en el proceloso mundo de la mentira. Es tan malo como esconder la cabeza en un hoyo. Entre otras cosas porque, quien así actúa, está a merced de su adversario.
Saludos
“ El termino abertzale fue creado por Sabino Arana, el fundador del nacionalismo vasco y se ha utilizado de manera distinta a lo largo de los años. Puede ser traducido por «defensor de la patria o patriota», siempre teniendo en cuenta que la palabra patria no tiene en euskera las adherencias que en su versión castellana le dejó el franquismo. Después de un periodo en que era casi exclusivo de eso que se llama la izquierda abertzale, se aplica hoy a todo el nacionalismo vasco. Aunque, siguiendo a Ramon Saizarbitoria y a Xabier Lete, yo distingo entre abertzale y nacionalista. Abertzale sería un sentimiento de pertenencia y el nacionalismo una corriente política.” (Arantxa Urretabizkaia)
Me parece que algunos conceptos debemos de aclararlos, Yo soy partidario de la unión abertzale entendido este termino en su sentido autentico (arbaso zale), en el cultural, en el de pertenencia y deseo de lo mejor para la comunidad vasca. En ese acuerdo caben todos los que quieran lo mejor para su país, sean o no nacionalista, sean o no independentistas.
Por supuesto, se puede ser abertzale y no nacionalista, se puede ser nacionalista y no independentista. Se puede ser independentista, sin ser ni abetzale ni nacionalista.
Hay para quienes la independencia es un medio y para quienes la independencia es un fin.
Yo creo que hay demasiados tics totalitarios que creen que lo político y lo social deben necesariamente estar en el mismo plano. Lo supeditan todo al acuerdo político y para ello creen que hay que ceder en los principios, buscar la “media” en lo nacional-identitario. Yo interpreto que para el lehendakari hay otra opción: “El Auzolan” que soluciona las necesidades y fortalece la comunidad, sin que ello suponga que nadie deba renunciar a sus objetivos finalistas, sin necesidad de buscar la media política, sin supeditar la política a la gestión.
En nuestra sociedad tienen que poder convivir todas las posiciones políticas. Sin renunciar a este objetivo, Urkullu opta por el cauce central (entre los que creen en la nación foral y los que aceptan la nación cultural), por la unión de una patria social y cultural (Auzolan) que beneficie a todas las personas de la comunidad que gestiona.
ni una palabra respecto al 155 cuya aplicación ha hecho que ni Junqueras ni Puigdemont puedan ser presidentes…y leo » ..pero las posibilidades reales de formar gobierno son mucho menores..» …obvio , lógico , debido a la aplicación del 155..por qué no se menciona en el «análisis»::?
y finálmente , la solución desde la bilateralidad , » tejer complicidades como en la vía vasca ( me pregunto cual será ..la del Estatuto de Gernika ..? )
Erkoreka ha afirmado que no sabe si lo ocurrido en Cataluña es justificación o motivo para paralizar unas conversaciones y negociaciones que tienen que llevarse a cabo «por imperativo legal», ya que se trata de «dar cumplimiento a una ley», el Estatuto de Gernika.
berrogei urte eta gero hau¡¡
El PNV con gentes como Erkoreka, Ortuzar, Basagoiti, diputados, senadores, etc. con Urkullu de director de orquestra, están desarrollando una gobernación sin precedentes en la historia de nuestra nación.
A Dios rogando y con el mazo dando, la última, de momento, ya se sabe, o se tranquiliza la situación Catalana y Rajoy y los suyos empiezan a ejercitar la cuestión desde la madurez, inteligencia, responsabilidad, «savoir faire» que se require en estos tiempos … o «jaque».
errata
donde decía Basagoiti quería decir Aspiazu y de paso nombrar otros omo Esteban y su granero, jejeje. Es que son muy bueos estos chicos.
lo siento, escribo palabras a falta de alguna letra, es que tengo un resfriado del opón. Perdón, copón.