Ion Muñoa Ekoberrin (Deiatik hartutako irudia)
“Todo hombre tiene su precio, lo que hace falta es saber cuál es”. Esta célebre frase que se le atribuye al político francés del siglo XVIII, Joseph Fouché, bien podría haberse escuchado en cualquier tertulia de actualidad política. Prácticamente todos los días se publica información sobre casos de corrupción en España y en la opinión pública se propaga el preocupante mensaje de que la corrupción es una práctica generalizada y habitual entre los responsables políticos y en las instituciones públicas en las que ejercen sus responsabilidades.
Según el último barómetro del CIS de diciembre de 2012, la corrupción y el fraude ocupan el cuarto lugar entre los principales problemas de España, sólo por detrás del paro, otros problemas económicos y la política en general. Según las personas encuestadas, la lucha contra la corrupción política debería ser el segundo objetivo de la sociedad española para los próximos cinco años, sólo precedida por la lucha contra el paro.
En principio, pudiera parecer que una conciencia social ampliamente compartida en contra de la corrupción es síntoma de salud democrática y madurez institucional. Sin embargo, cuando el mensaje compartido y socialmente extendido es que la corrupción es una práctica habitual y generalizada en nuestras instituciones y entre nuestros responsables políticos, se pueden poner en entredicho, no ya sólo las bases democráticas del sistema institucional, sino también el desarrollo económico y el bienestar de una sociedad.
En 2010, la Dirección de la Política Regional de la Comisión Europea financió un estudio realizado por un equipo de investigación de la Universidad de Ghotenburg (Suecia) bajo el título Measuring the quality of Government and Subnational variation. El objetivo de la investigación fue conocer la calidad de las instituciones de los países de la Unión Europea, ya que según coinciden ampliamente los académicos de la materia, hay correlación entre la calidad de las instituciones de un país (o una región) y el desarrollo económico y social del mismo. Cabe resaltar asimismo, que un territorio es más competitivo cuando sus instituciones son de calidad y hay menos fraude cuando la sociedad confía en sus instituciones. En total analizaron 172 regiones de 18 países europeos, y la primera gran conclusión es que existe una notable diferencia entre la calidad de las instituciones de las regiones de un mismo estado.
La Comunidad Autónoma del País Vasco ocupa el primer puesto del ranking del Estado Español en calidad de sus instituciones, y también una de las primeras de toda la Unión Europea: el número 25 de entre 172 regiones europeas analizadas. Los propios investigadores de la universidad sueca se sorprendieron al ver la diferencia entre los valores de los indicadores de calidad de las instituciones vascas y los valores de otras regiones del Estado. Por ello, realizaron un segundo estudio cualitativo para analizar en profundidad el caso vasco.
La investigación destacó una serie de indicadores como la alta capacidad de asociacionismo, el sistema de partidos vasco, la capacidad de comunicación y trabajo en equipo de la administración pública, la competitividad regional o la capacidad para atraer inversión extranjera. Este segundo estudio confirmó que el alto desarrollo de Euskadi está relacionado con la calidad de sus instituciones y que hay algunos factores que pueden ayudar a explicar esa realidad.
En primera lugar, el equipo investigador subrayó la cultura de participación política vasca y la identidad comunitaria como factores importantes. También destacaron que la complejidad del entramado institucional vasco obliga al entendimiento y esto mejora la calidad de las instituciones. El autogobierno y el Concierto Económico son dos elementos que se subrayaron notablemente como factores de desarrollo de Euskadi (aunque entre los estudiosos existe actualmente otro debate sobre si la capacidad competencial es más importante que la calidad de las instituciones). Señaló también como positivo, el hecho de haber creado organizaciones e instituciones públicas propias para el desarrollo de la competitividad, la innovación, la actividad industrial, etc. Por último, se resaltó la cultura de la transparencia de la administración pública y el rechazo generalizado de los casos de corrupción que se han detectado.
Después de analizar este extenso estudio en medio de los mensajes que se propagan en la opinión pública a raíz de la preocupación social por los casos de corrupción en el Estado, es posible que aunque “todos los hombres pueden llegar a tener un precio” no todas las instituciones tienen un precio, y por tanto, tampoco todos los países tienen el mismo precio. Si en Euskadi seguimos trabajando por mejorar la calidad de nuestras instituciones sociales y políticas, parece que la corrupción no encontrará acomodo entre nosotros.
Espero que ahora que se plantea cambiar la LTH se tenga en cuenta que tener contrapesos de diferentes partidos en diferentes instituciones hace que se fiscalicen más y que lleguen a más acuerdos, como bien cita el estudio. Las ineficiencias hay que optimizarlas, pero al igual que ocurre en otros lugares como en USA con el congreso-senado-presidencia, o los lander-gobierno federal, es positivo que existan mecanismos de compensación.
Así que mucho ojo con lo que se cambia en el entramado institucional vasco. Además de la identidad de cada gipuzkoano, alavés o bizkaino (amén de los navarros), están en juego también la calidad del modelo de contrapesos. Evitar duplicidades sí, provocar concentración de poder, no. Los datos lo avalan.
Azkenaldian irakurritako artikuluetatik freskagarriena. Beraz, zientifikoki ezarri liteke instituzio-molde eta ustelkeriaren arteko lotura. Ez da harritzekoa beraz, egun Espainiak bizi duen egoera jasanezina.
Instituzio aniztasunak ez du ezer bermatzen, Espainian autonomiekin gertatu dena ikusi besterik ez dago, baina argi dago botere-konzentrazioa normalean ustelkeria laguntzen duela, kanpo-kontrolik egon ez dagoelako.
Foru aldundi Eusko Jaurlaritza sistemak ondo funtzionatu badu orain arte, zergatik goitik behera aldatu, alternatiba praktikoagoa baldin bada, koordinazio eta bikoizketak leundu eta optimizatzea? Ideologia jakobinoak oraindik hamaika jarraitzaile ditu…
Bai, hamaika jarraitzaile ditu, baita esanetan abertzale bezala ageri direnen artean ere, ENAMekoen moldea hori baita, poterea zentralizatzea, beraiek ahalik eta kontrol gutxiena eduki dezaten.
Ikerketa horrek, gainera, begibistan jartzen du desberdinen arteko akordioek dakarten onura, bai kudeaketa eta bai politika ezartze mailan. Euskal ereduak, beraz, antzinako izpirituari jarraiki, ondoren ona izan duela esan behar da.