Jon Inchaurraga
“Los dos conceptos de soberanía y absolutismo fueron forjados juntos sobre el mismo yunque. Los dos deben ser pulverizados juntos.» (Jacques Maritain)
Recuerdo hace unos años que en Euskadi hubo una agria polémica. La UPV, si mal no recuerdo, ofertaba una cátedra de Ciencias Políticas y había dos candidatos. Por un lado, estaba Francisco Letamendia “Ortzi” y por el otro, Edurne Uriarte. El primero era conocido por haber sido diputado de Euskadiko Ezkerra y de Herri Batasuna en el Parlamento español y por ser autor de varios libros sobre política vasca, mientras que la segunda era únicamente conocida por militar en Basta Ya, aunque era también profesora de la UPV-EHU. Primero ganó la pugna Uriarte, pero reclamó Letamendia y le fue concedida la Cátedra. Esto desató la caja de los truenos entre los constitucionalistas que adujeron causas políticas y atacaron furibundamente al nacionalismo vasco al que acusaron de ejercer “una dictadura” en Euzkadi. Poco importaba que el bagaje de investigación de Letamendia fuera extenso ni que el primer tribunal estuviera formado por gente de Basta Ya. Lo importante era atacar al «nacionalismo vasco» en su «dictadura universitaria». Al final, una resolución judicial daba la razón a Uriarte, aunque hoy día, Edurne Uriarte colabora con diferentes medios y tiene un blog titulado “Con ánimo de faltar” en ABC.es. Una muestra de su talante dialogante y constructivo.
Uriarte, al igual que otros ilustres columnistas “constitucionalistas” (como Hermann Trestch o Santiago González), ha adoptado un lenguaje cercano a la ultraderecha española, más por amargura que por sintonía. Así, no es difícil que hablen de “secesionismo” o “separatismo”, de la opresión que sufren los vascos-españolistas en Euzkadi (mezclando nacionalismo vasco con ETA) o de que todos se dan al “soberanismo” menos ella y los suyos que son la luz de la hispanidad. Y es esta última afirmación, en referencia a la actitud de Zapatero en el tema del Estatut de Catalunya, es la que más me ha llamado la atención. Uriarte y compañía son dados al soberanismo, al español y ella, que se supone opositó para ser catedrática de Ciencias Políticas en la UPV debería saberlo. Para ella y los suyos sólo existe un sujeto de decisión que es el “pueblo español” que es quien posee la soberanía en el Parlamento. Así, afirma sin reparos que Zapatero “no recuerda la centralidad de la unidad de la nación española y de la soberanía nacional”. Esto es una defensa a ultranza del concepto “Estado-Nación” que posibilitó la creación de las actuales estructuras políticas, pero que llevó también a la destrucción de las libertades de las naciones que no consiguieron convertirse en estados y de sus respectivas culturas. Fue la ley del embudo que uniformizó territorios enteros, diluyendo la realidad plural de su territorio y supeditando un crisol de culturas a una única. Un nacionalismo estatal de actitud totalitaria hacia el diferente dentro del mismo estado, muy dado en el Estado español para el que los partidos “nacionalistas periféricos” son números para aprobar o derribar presupuestos. De ahí actitudes como la foto de los concejales del PP en la Playa Moyua alrededor del busto del Lendakari Aguirre.
Este soberanismo estatal crea categorías; primero estaría la categoría de lo “estatal” y luego la de lo “regional” para terminar en lo “provincial” y “local”. Justo lo contrario de lo que debería ser, ya que se supone que un Estado democrático está formado voluntariamente por sus miembros. La visión centralista y jacobino lo que hace es pervertir esa idea y supeditar la diversidad al número, como si las minorías sólo tuvieran derecho a callar. Eso es que, aunque tengas derecho a participar y disfrutar de los mismos derechos y obligaciones que los demás, no tienes posibilidad de irte, con lo que tus libertades quedan cercenadas. Y eso sin contar el pitorreo y los insultos que hay que aguantar del “españolismo”. De hecho, uno de esos insultos es comparar cualquier reivindicación nacional diferente a la española con arcaísmos o de comparar al PNV o CiU con partidos de extrema derecha europea. Así, Uriarte compara a ambos partidos con la Liga Norte o la Nueva Alianza Flamenca.
Lo curioso son las razones que da: “el derecho a la secesión, la identidad propia y su salvaguarda, la negativa al reparto económico con las regiones pobres”. Ante los dos primeros paralelismos que aporta creo que ninguno es ilegítimo. Es más, creo que ella hace lo mismo al afirmar que la izquierda española sufre un “síndrome de Estocolmo” o al defender su idea de que España es “una y no cincuenta y una”. El último argumento es pueril, espurio y asqueroso. Sobre todo cuando afirma sin citar y se basa en chuscos prejuicios. Nunca he escuchado a ningún dirigente del PNV o CiU afirmar que no quieren dar dinero a regiones como Extremadura, Cantabria o Castilla la Mancha (siempre que como en el caso de los fondos de cohesión europeos, se pueda verificar que esos fondos se usen para tareas necesarias, y no para el subvencionismo), ni cuando los presidentes de estas regiones les han insultado como cuando Rodríguez Ibarra llamó “cretino” a su compañero de partido Pasqual Maragall.
De todos modos, la comparación con la Liga Norte o la Nueva Alianza Flamenca se enmarca en la campaña de comparar a CiU y PNV con los movimientos de extrema derecha. Ya ocurrió cuando Sabino Arana fue llamado “nazi”, cuando lo paradójico es que estas acusaciones vienen de medios de comunicación que apoyaron abiertamente a Franco y al nazismo. Así, el ABC fue tomado por las tropas republicanas nada más empezar la guerra por su apoyo al golpe. Pero lo más grave es que alguien que se supone preparada para dar clases en la UPV-EHU no sepa todo esto. Ni que tampoco sepa que, como recuerda Iñaki Goiogana en el número 33 de la revista Hermes, el PNV se convirtió en partido demócrata cristiano cuando era “más fácil ser extremista que centrista” y Unió Democrática de Catalunya tres cuartos de lo mismo. Ambos partidos defendieron a capa y espada un régimen que no colmó sus aspiraciones máximas, cosa que la izquierda y la derecha española no supieron hacer: unos dando un golpe de estado y los otros intentando montar una revolución y matándose entre ellos.
En fin, el ejemplo de la señora Uriarte demuestra la poca autocrítica que existe en el españolismo militante. Un movimiento rencoroso y que busca engullir al diferente antes que la comprensión. Así, maquillan la Historia a su gusto y defienden integrar a los ciudadanos del estado español a base de “normalizar” e “igualar” formalmente su condición, lo que impide, en el fondo, ambas dos. Un vasco, un andaluz o un extremeño serán siempre iguales, pero diferentes, diferentes pero iguales. Nos movemos en esta paradoja: todos somos seres humanos, pero al no tener el mismo contexto no se nos puede obligar a ser dos gotas de agua. Eso sólo ocurre en los regímenes totalitarios y España no lo es. Así, el Estado debe buscar entender las diferencias nacionales que existen dentro de su territorio en lugar de echar balones fuera. El futuro está en la integración y no en la disgregación. La “Europa federal y social” debería ser el futuro en este mundo globalizado y ahí los vascos deberíamos demostrar que somos diferentes a los españoles y los franceses.
La realidad, aun siendo bien diferente, puede cambiar y quizá los vascos algún día podamos desarrollar nuestras libertades como pueblo. Eso sí, sin caer en el soberanismo absolutista, impositivo y buscando la integración del diferente, la unión voluntaria y no impositiva de todos los vascos, en una estructura de direccionalidad de abajo hacia arriba. De lo contario, habremos caído en lo mismo que se llevó nuestra “Lagi-Zarrak” y nuestra idiosincrasia política, jurídica y cultural. Burujabetza helburu, Euzkadi askatu!
Comencemos por el principio:
Hay fenómenos intresantes que se repiten a lo largo de la historia, uno de ellos es lo que se puede llamar «bandazo hacia el fascismo». No es nuevo: se reprodujo una y otra vez en la Europa de entreguerras. Es la «unión sagrada» de Clemenceau o la «solidaridad de frente» de Guerin. En este fenómeno, además, tienen especial protagonismo gentes procedentes de la izquierda, incluso de la extrema-izquierda.
La neo extrema derecha está llena de ex comunistas: desde Federico Jimenez Losantos, pasando Cesar Alonso de los Rios, Vidal del Nicolás, Hermann Terstch,…Y no mucho más templados, otros como la ya citada Edurne Uriarte, Tonia Etxarri, Jon Juaristi,…
Los seres humanos evelucionamos, pero, ¿tanto?. ¿Qué ha ocurrido?.
El PCE, onmipresente en la oposición antifranquista, estaba convencido que iba a convertirse en la principal referencia (si no la única) de la izquierda española en la Transición. Los comunistas estaban convencidos de que los ciudadanos debían besarles la mano cuando pasaban por la calle. No ocurrió nada de eso. Por si fuera poco, casi sin darse cuenta, perdieron el control sobre la CC.OO.
El centralismo-democrático de los comunistas, como se está viendo, está más cerca de la «unidad de destino en lo universal» joseantoniana.
Mucha gente, en Francia o Italia, evolucionó desde la izquierda a la extrema derecha por un proceso conocido como «solidaridad del frente» (izquierda y derecha habían compartido trinchera en la Gran Guerra). Entre nosotros, es ETA quien produce esa «solidaridad».
Edurne Uriarte tiene una biografía singular. Con muchos matices. Su punto fuerte no es precisamente su actividad académica. Más allá de su tesis doctoral sobre los intelectuales vascos, no tiene publicaciones científicas de enjundia. En su pungna con Ortzi, primaron en todo momento cuestiones partidistas-ideológicas, hecho reconocido por los miembros del tribunal que dieron a Edurne la cátedra en un primer momento (uno de ellos llegó a decir que ninguno de los dos merecía la cátedra, pero…). Con la producción científica de EU, por ejemplo, no duraría mucho en una universidad anglosajona.
Bueno, aqui se politiza desde el croissant de la mañana, y la universidad, upv, no podia ser ajena a este rejimen de partitocracia y de izquierda superrepentada, porque ha logrado aniquilar a todos los intelectuales que defendian al pnv y sus posiciones.
Unos seudointelectuales, que «gobiernan» en los ambitos intelectuales, claro esta mas por la «presion», que por sus conocimientos, además hay un monton de «vagos», que solo dan dos o trers horas lectivas a la semana sobre la tecnologia de los alimentos o sobre diinamizacion de udalekus, un autentico bochorno, en muchos casos.
Esto nos pasa por hacer una universidad en un dia, y por las ganas de colocarse, con sus diruak, un montos de chatarreros.
Eso sin contra la situacion de la upv, no solo politica, sino creo que para los docentes, has sido casi siempre oposiciones trampa. un catedratici tine un montos de ayudantes asociados y temporeros, un autentico virrey para destruir el sistema desde dentro, destruir todo menos us estatus.
Edurne Uriarte no merecia la katedra, eso es seguro. K Ortzi la mereciera no lo se, xo tenia mucha + meritos akademikos (y eso k politikamente esta en mis antipodas).
EHU izeneko unibertsitatea sistema espainol barruan dago. Ustezko espainoltasuna ez da problema nire eritziz, eredua bai.
Edurne uriarteren aldeko asko dira duela 20 urte Lledóren alde zeudenak. gogora dezagu kasu hori.
El llamado «caso Lledó»
Diciembre 1987
En diciembre de 1987 la Universidad Complutense de Madrid adjudicó, tras la correspondiente oposición, una cátedra de Historia de la Filosofía Moderna y Contemporánea al profesor José Adolfo Arias Muñoz, hasta entonces profesor titular y a la sazón Vicerrector de Alumnos de esa Universidad. A tal cátedra había opositado también el profesor Emilio Lledó Iñigo, catedrático entonces en la Universidad Nacional de Educación a Distancia, también en Madrid. Esta decisión provocó el bochorno de un conjunto de profesores, varios de ellos cercanos al Partido Socialista, el mismo que muy pocos años antes había realizado una gran reforma en la universidad española. Los siguientes documentos están tomados de la recopilación dispuesta por el profesor Lorenzo Peña.
Aranguren, Muguerza & alii Bochorno / El País, 8 dic 1987
Lorenzo Peña El caso Lledó / El País, 20 dic 1987
Gonzalo Abril El caso Lledó / El País, 20 dic 1987
M. A. El caso Lledó / El País, dic 1987
Antonio Abadía Y después del caso Lledó, ¿qué?
Lorenzo Peña El «Affaire» Lledó y la revisión
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Bochorno
José Luis Aranguren, Javier Muguerza & alii.
El País, Madrid, 8 de diciembre de 1987
Los abajo firmantes, profesores de Filosofía y Ciencias Sociales de la Universidad española, queremos manifestar:
1. Nuestro dolorido bochorno profesional y humano por el resultado del concurso para la provisión de la cátedra de Filosofía Moderna y Contemporánea de la universidad Complutense, que provocó incluso la omisión de voto final de un miembro de la comisión y la retirada de otro. En dicho concurso, una persona de la reconocida valía de don Emilio Lledó ha sido postergada a un candidato irrelevante.
2. Nuestra alarma ante la utilización del sistema de nombramientos de comisiones de la LRU, que, en contra de su espíritu autonómico, favorece las tendencias endogámicas de facultades y departamentos, lo cual hace necesaria la modificación legislativa referente a dicho sistema de nombramientos.
José Luis Aranguren, Javier Muguerza, Pedro Cerezo Galán, Elias Díaz, Fernando Montero Moliner, Carlos París, Fernando Savater, Agapito Maestre, Celia Amorós, Victoria Camps, Fernando Quesada, Carlos Gómez, Antonio García Santesmases, Carlos Thiebaut, José María González García, Manuel Reyes Mate, Eusebio Fernández, Salvador Giner, José A. Gimbernat, Jesús Mosterín, Miguel Ángel Granada; Francisco Álvarez, J. Beltrán, Luis Vega, Joaquín Rodríguez Feo, Alberto Saoner, Camilo J. Cela Conde, Carlos Moya, Gabriel Bello, Pablo Ródenas, J. Hierro Sánchez Pescador, J. Sebastián Urbina, Amelia Valcárcel, Carmen Iglesias, Eduardo Bustos, Neus Campillo, Sergio Sevilla, José Luis Blasco.
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El caso Lledó
Lorenzo Peña
Sr. Director:
Como filósofo, manifiesto lo siguiente con relación a la carta firmada por 44 universitarios (El País, 8 de diciembre de 1987) sobre la oposición perdida por el profesor Lledó.
1. Coincido con los firmantes en condenar la injusticia de que ha sido víctima el profesor Lledó. Expreso a éste toda mi solidaridad en este asunto.
2. Admírome de que figuren entre los firmantes de esa carta tres o cuatro personas que desde sus poltronas de miembros de tribunales, al socaire de la LRU, que ahora parecen criticar, han perpetrado injusticias peores que la que ahora denuncian ellos.
3. Reafirmo mi más resuelta recusación de la LRU en todos sus extremos. Quiero recordar que un artículo mío, alertando sobre los efectos de esa ley (Balance de tres años de reforma universitaria), propuesto para publicación hace 10 meses a varios periódicos (sucesivamente, El País, ABC y Ya), fue rechazado por todos ellos y ha quedado inédito. Hasta ahora predicaba uno en el desierto cuando gritaba algunas verdades de las cuales parecen, súbitamente y como por ensalmo, enterarse varios de los signatarios, cuando tanto han tenido ellos que ver con la promulgación de esa malhadada e injusta ley, y de la misma se han beneficiado.
Lorenzo Peña. Madrid
Espainako Unibertsitateak bere buruari mantentzen dio. Lagun madrildarrak kontatu zidan unibertsitaten eskatu ziotela bere CVa horren arabera lan-postu bat sortzeko asmoz (ezetz esan zien)
ARRANO,
EZ al dago euskal intelligentsia euskaltasuna eta gizarte irekiaren aldeko ILDOAN dagoena?
Mesedez, irakurri John Rawls-en «Justizia Teoria Bat» liburuan (euskarazko itzulpenean) eginiko HIZAURREA, izenpetu duena ezin da aipatutako ildotik oso urruti egon
Inchaurraga, no tienes ni idea de lo que estás hablando. No ya acceder a una cátedra, Letamendia nunca tenía que haber entrado en la UPV. Sus alumnos le huyen. Su tesis vale lo que el papel a peso. Desde que puso ahí el pie comenzaron las trampas y el politiqueo. Se aprovechó desde el minuto uno de su capacidad para montarla y amenazar inventándose discriminaciones. Barberá le concedió la plaza en una cacicada. Siempre hay un apañol dispuesto a adular a un nacionalista y voluble al “tengamos la fiesta en paz” y a inculcar derechos y procedimientos. Eso lo sabe todo el mundo. Sobre todo Ortzi.
Lo cierto es que el nivel de endogamia y corrupción en la universidad española es muy alta. Por supuesto, lo mismo ocurre en la vasca que tiene el mismo sistema. Se preparan plazas para algunos candidatos, la mayor parte de las veces la ocupan alumnos del mismo centro, no hay competencia, etc.
Hubo un par de congresos al respecto, pero poco más se ha sabido. Mirad estas cifras:
http://digitalistas.blogspot.com/2010/04/endogamia-el-problema-mas-grave-de-la.html
Cito:
Según un estudio de 2006 del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC ), el 93,3% de aquellos que obtuvieron una plaza en un departamento universitario entre 1997 y 2001 en España ya trabajaban en ese mismo centro antes de que se les fuera concedida. El 70% de los profesores titulares de universidad se presentaron al concurso como candidato único. El 56% no había tenido ninguna experiencia postdoctoral en el extranjero en el momento de ganar la oposición, mientras que sólo un 26,3% contaba con estancias de más de 6 meses en el extranjero. Un 47,9% de los entrevistados se licencia, doctora y consigue una plaza en el mismo centro. Esta situación es totalmente inusual en países como Estados Unidos, cuyo porcentaje de endogamia es del 10%, o en el Reino Unido con un 17%.
Letamendia no es santo de mi devoción y claro de nacionalista tiene lo que yo de cabaretera. Pero claro Letamendia es un intelectual, aunque sea y provenga del MLNV, y es un tío que ha escrito buenos libros, informativos y útiles mientras que la tal Edurne Uriarte, que también fue de HB en los 80, no ha escrito más que basura indigna de una persona que da clases en cualquier universidad. Edurne es muy mala, independientemente de sus ideas políticas. Lo que dices Benjamintxo es todo lo contrario de la verdad. Pero es normal en tí.
Benja, deja en paz a Inchaurraga que todos sabemos que mientras había el pleíto Uriarte se pasaba el día entre café y café en la sede del PSE-EE en Bilbao en Alameda de Rekalde. Un gesto de profesionalidad.
Ortzi será lo que quieras, pero su obra le precede (a Uriarte su nombre, su militancia y un atentado de ETA). Además, no sé, las clases de Ortzi deben ser bastante buenas, porque orador malo no es y sus alumnos (algunos por lo menos) así lo reconocen.
Se ve que tienes prejuicios ideológicos. Tú eres de los que darías EiTB a Juaristi o una cátedra de Historia a Pío Moa antes que a profesionales.
ProzeduraZale bat agertu zaigun! zabal dezate katedra berri bat ilustratu honentzat.
Merry vd lo ha ditxo, es una CABARETERA.Le recuerdo que tambien durante el franquismo se postergaba a los candidatos no afectos, atera konklusioa.
* Solo aparentemente, el curriculum de Letamendia es muy superior al de Edurne Uriarte. Otra cosa, bien distinta, en su nivel. Su obra es discutible (en lo científico). Otro tanto le ocurre a E. Uriarte. eso sí con menos publicaciones y cursos.
* Desde los reparos ideológicos que me produce, desde luego, resulta fuera de lugar comparar a Jon Juaristi con sus dos colegas. El juega en división de honor y los otros dos, como mucho, en segunda be y regional, respectivamente. Moa no es comparable más que a un caracol arrastrándose y echando mocos
Para ver la relación entre la soberanía y el absolutismo basta observar su origen.
La soberanía surge en La Edad Media y se fortalece en la Edad Moderna, durante la vigencia del sistema político absolutista. La soberanía fue definida por Jean Bodin, defensor del poder absoluto del monarca o soberano (con el único límite del derecho natural, del derecho divino y del bien común, en cuyos únicos casos puede no ser respetado por sus súbditos), como el poder perpetuo y absoluto de un estado, que obviamente le correspondía al gobernante.
Implica entonces, soberanía, poder tomar decisiones sin ingerencias extrañas, y este concepto llega hasta nosotros con algunas variantes, impuestas desde el iluminismo que inspiró a la Revolución Francesa. Luego de estas ideas del siglo XVIII, el depositario de la soberanía es el pueblo, que delega el ejercicio de algunos de sus derechos, en los gobernantes por él elegido, pero la potestad soberana la sigue conservando.
La «soberanía del pueblo» es un perfeccionamiento de la revolución francesa del absolutismo. En lugar de una persona (el rey) se transfiere ese poder absoluto a un ente, «el pueblo», cuya formación está al arbitrio de la fuerza que imponga dicho pueblo, ya sea en el caso francés y español por la fuerza de las armas o los casamientos.
Esto daba lugar a las derivas totalitarias de aquellos que se erigían en portavoces «de la voluntad del pueblo», ya que el pueblo tenía problemas para expresarse, y de ahí el origen de todos los totalitarismos del siglo XX. Rey Absolutista -> República Absolutista -> Totalitarismo. Una evolución de lo más natural.
Agerreberre:
Juaristi claro que está una o dos divisiones por encima, pero como poeta o literato, no como director de EiTB como he divagado.
Txomin 100ko 100 ados
Así como la propiedad es el dominio de las cosas, la soberanía es el dominio de los territorios y de las personas. El soberano dominaba un territorio y las personas que habitaban en él. Cuando el monarca deja de ser soberano, porque lo deponen y le cortan el cuello, la soberanía pasa a residir en el pueblo (no en las personas). Lo dice la constitución española: la soberanía reside en el pueblo español. Para ejercer el poder, el pueblo se dota de un gobierno al que se le otorgan unas competencias y así surge el estado.
Sin embargo, esa soberanía está siendo atacada por abajo y por arriba porque muchas de esas competencias están siendo ejercidas por instituciones de rango inferior (gobiernos locales y regionales), pero también por instituciones de rango superior (la Unión europea). Además, esa soberanía está siendo atacada por multitud de instituciones privadas (la sociedad civil) que defienden intereses sectoriales y condicionan el gobierno de un estado. El estado y su gobierno (y por tanto la soberanía) están siendo puestos en cuestión permanentemente, al menos en Europa. En el futuro inmediato, el gobierno de los estados va a ser sustituido (lo está siendo ya) por la gobernanza de los territorios. La gobernanza no es dominio, es transacción y acuerdo entre todos los actores públicos y privados concernidos por el futuro de ese territorio, que ya no es algo cerrado que se acaba en una línea ficticia impuesta por un estado sino que va más allá de esas cicatrices de la historia que son las fronteras. Las personas dejan de dar la espalda a sus enemigos y empiezan a mirar a los ojos a sus vecinos. Iparralde empieza a mirar a Hegoalde, Nafarroa empieza a mirar a la sexta merindad y recuerda que, hasta hace no mucho tiempo los bajonavarros tenían sus derechos… Poco a poco la frontera natural de los Pirineos y el Bidasoa, en lugar de separar, empieza a unir y empieza a ser realidad el Zazpiak Bat que preside el salón de plenos del ayuntamiento de Hendaia. Eso no es independencia?
Si Europa va por ese camino, si Europa va a permitirnos ser independientes al estilo del S. XXI, por qué nos empeñamos en hacer de Euskadi un estado independiente al estilo decimonónico?
Independiente no es nadie ya, xk en Europa estan muchas kompetencias. Xo independientes d la txapuza apañola, kuanto antes. La desgobernanza apañola si k es decimonika.