La inoperancia del concepto de «El Pueblo Vasco» como sujeto político (1)

Iñigo Lizari

Algunos hemos asistido con estupor a la ruptura de una tradición en la jura del cargo del lehendakari al ver que entre otros aspectos se suprimía la mención al pueblo vasco para sustituirlo por la ciudadanía, cuando previamente se había exhibido el sometimiento de sus cargo a la corona y a una constitución  soberanista y nacionalista. Soberanista y Nacionalista Excluyente toda vez que establece en su artículo 1 que la soberanía nacional reside en el pueblo español, del que emanan los poderes del Estado y que es la nación, España, la que se constituye así misma, en estado social y democrático de derecho. Hay quien además ha visto incrementado su estupor no por la ruptura con una tradición, sino por el hecho de que con la excusa de referirse supuestamente a un cuerpo con derechos y libertades, la ciudadanía se utilizaba con la excusa de privar al cuerpo político de los anteriores juramentos, es decir el Pueblo Vasco, de los derechos que en la consideración de tal le pudieran corresponder en virtud del derecho de autodeterminación que se le reconocen a los pueblos por distintas resoluciones de las Naciones Unidas

Los defensores de la Constitución afirman que el termino “pueblo español” al contar con un marco estatal hay que entenderlo en el sentido moderno de ciudadanía que es lo que se refiere. Estos defensores de la constitución española también afirman que la nación española (en cuya «indisoluble unidad» por ser  «patria común e indivisible de  todos los españoles») hay que entenderla en su sentido liberal de nación como conjunto de ciudadanos libres e iguales y no como nación en sentido étnico al que se refieren los nacionalistas.

La realidad sin embargo no da la razón a la constitución ni en el sentido literal de sus palabras, ni en el sentido que estos nuevos constitucionalistas defienden que tiene que ser interpretada. La constitución se justifica en la preexistencia de un Estado Español, el establecido por el régimen franquista que opta por reformarse a sí mismo, y cuyo resultado es el régimen constitucional de hoy. El pueblo español es sujeto constituyente, pero es a su vez un  sujeto preconstituido por otras constituciones. En uno y otro caso pueblo y ciudadanía, constituyen categorías, son conceptos jurídicos indeterminados que no arroja certidumbre a una cuestión tan necesitada de precisos acotamientos.

Hecho esta observación, debemos entrar además a realizar la siguiente afirmación al albur de los acontecimientos políticos de los últimos años. ¿Vamos a alguna parte con el concepto de pueblo vasco sujeto político? Más bien entiendo que quienes lo postulan como sujeto de decisión van hacia atrás electoralmente desde que se aprobó el Estatuto de Gernika, aunque hoy por hoy  seamos todavía mayoría.

El Pueblo Vasco entendido a este como Euskal Herria  existe y tiene derecho a decidir, se nos ha dicho hasta la saciedad. Pero la realidad es que el pueblo vasco está fragmentado y ha decidido mantenerse fragmentado a pesar de la oportunidad que constitucionalmente se ha otorgado para precisamente poder decidir separadamente. Hasta los socialistas en el gobierno admiten que Euskal Herria existe como realidad cultural, pero Euskal Herria no existe hoy por hoy como realidad política.

Podemos y debemos a admitir la existencia de un País Vasco como realidad cultural del mismo modo que se hace imperiosa la necesidad de hablar en plural de la existencia de unos “Países Vascos” como distintas realidades políticas. Euskal Herri kultural bat dagoen bezala polítikoki Euskal Herri anitz daude, eta Euskal Herriaren batasuna lortu ezin badugu, ahaleginak egin ditzagun orduan Euskal Herrien elkartasuna lortzeko. ¿Eta bitartean zer?

Es Euskadi, como realidad política la que constituye la actual CAV, la que pretende ser reconocida en estos últimos años bajo la lehendakaritza de Ibarretxe como sujeto de  libre decisión política y lo hace porque el mismo es parte de un pueblo, el pueblo vasco o Euskal Herria. Hay quien se preguntar: «¿Qué nos da derecho siendo una parte del pueblo vasco a decidir en base a un derecho que corresponde a un todo, el Pueblo Vasco?»

Hay quien a esta objeción contestará afirmando que el derecho a decidir de un pueblo vincula a todos los entes políticos fragmentados que se resulten una manifestación del mismo. Pues bien, de la misma forma podría decidir como parte del pueblo español que tiene su reconocimiento en el Art. 2 de la constitución española o como parte del pueblo europeo.

El término «pueblo» ofrece además muy distintos  significados, pues puede referirse a pueblos colonizados, pueblo sujeto a dominación extranjera, pueblo como conjunto de habitantes de un Estado, pueblo como grupo diferenciado de un Estado.

Pero si hay  aquí a mi juicio una cuestión clave resulta la de referirse a pueblo vasco, como simple pueblo desvestido del carácter o carectéres estatales que ha tenido su territorio o partes de territorio. No parece muy feliz la idea de apartarse de toda la tradición jurídico-política que se arrastra desde que se constituyo en Reino de Navarra, o desde que tras la separación del Reino de Navarra por distintas causas  (entre ellas de la de la invasión) se constituyeran los Territorios históricos de Alava, Gipuzkoa  y Bizkaia, alzándose como auténticas repúblicas democráticas, garantes de libertades individuales y políticas, civiles y  mercantiles sin igual en el continente europeo. Libertades estudiadas y reconocidas por eminencias de talla internacional en derecho constitucional comparado, en sociología y humanidades, que mantuvieron intacta su estructura sustentada en leyes e instituciones seculares que sobrevivieron hasta aquel fatídico 1876.

Incluso alguna de sus instituciones públicas supo sobrevivir a aquellas fechas a través de los conciertos económicos. ¿Tiene sentido hablar solo en singular «pueblo vasco» siendo un pueblo que se ha dotado de semejante entramado institucional estatal foral hasta hace poco?

(Continuará…)