Azala / Portada » ¿Existe el Marxismo Cultural?

Imanol Lizarralde

Según el articulista del New York Times, Samuel Moyn, el llamado “Marxismo Cultural” no existe («The Alt-Right’s Favorite Meme Is 100 Years Old», NyTimes). Sería un invento y una confluencia de opinión de todo un arco político que abarcaría la llamada “Derecha Alternativa”, los asesores de Donald Trump, el nuevo presidente de Brasil Jair Bolsonaro, y el inevitable Jordan Peterson. Dice Moyn que el término “Marxismo Cultural” responde a una teoría conspirativa que no nombra un objeto o sujeto real sino que supone “la defensa del “privilegio injustificado frente a nuevos aspirantes” y es un medio para “buscar chivos expiatorios” con la finalidad de “calmar un creciente sentimiento de ira y ansiedad”:

“Según sus delirantes enemigos, los «marxistas culturales» son una alianza impía de abortistas, feministas, globalistas, homosexuales, intelectuales y socialistas que han traspasado la vieja campaña de la extrema izquierda para eliminar los privilegios mediante la «lucha de clases» a «políticas de identidad» y multiculturalismo”.

Sin embargo, dos intelectuales que no entran en las antecitadas categorías de Moyn hacen una descripción coincidente con esa caracterización. Por ejemplo, el comunista Slovaj Zizek:

“Hoy en día hay muchas concepciones izquierdistas que consideran que nuestra tarea consiste en unir a los diferentes grupos de explotados y desfavorecidos del capitalismo global actual (inmigrantes, desempleados, trabajadores precarios, víctimas de la opresión sexual, racial y religiosa, estudiantes insatisfechos…) en un frente unido de lucha emancipadora” (La vigencia de El Manifiesto Comunista, p. 73).

O el Anti-Imperialita Pankaj Mishra en una entrevista reciente en Los Angeles Review of Books: “El liberalismo, como ideología de los hombres blancos propietarios, surge junto con jerarquías institucionalizadas de raza y clase y distinciones falsas entre pueblos civilizados e incivilizados”.

Esos dos autores no nombran el término de “Marxismo Cultural” pero si a sus ya no supuestas sino reales características. Y queda claro que ellas son comunes en el pensamiento y la práctica de un espectro de la extrema izquierda del mundo. El adjetivo “cultural”, según la gente citada por Moyn, se debe a que esas concepciones están fuertemente radicadas en el ámbito cultural y universitario. Nos lo confirma el propio Moyn:

“Algunos marxistas, como el filósofo italiano Antonio Gramsci y sus herederos intelectuales, trataron de entender cómo funcionaba la dominación de clase que criticaban a través de la dominación cultural. Y hoy, es cierto que dentro y fuera del campus, muchas personas están dirigiendo su ira hacia las ventajas que históricamente han disfrutado los hombres blancos. Pero ni la defensa de los trabajadores ni de otros grupos sin poder fue una conspiración en sí misma, y nunca hubo un complot maligno para convertir al primero en el segundo, que es lo que implica el «marxismo cultural»”.

Zizek plantea la existencia de “concepciones izquierdistas” que propugnan “un frente unido” mundial de los “diferentes grupos de explotados y desfavorecidos del capitalismo global” (entre los que se encuentran “inmigrantes, desempleados, trabajadores precarios, víctimas de la opresión sexual, racial y religiosa, estudiantes insatisfechos”). Mishra vincula el dominio económico de los “hombres blancos propietarios” con el racismo y el clasismo. Y Moyn confirma que “dentro y fuera del campus” hay un magma de “muchas personas” que están en contra de los privilegios del “hombre blanco” y a favor de “la defensa de los trabajadores”. La elección del término “marxismo cultural” puede ser, o no, afortunada, pero el fenómeno que describe realmente existe, como se desprende de lo dicho por Zizek, Mishra y Moyn.

Moyn dice que el origen de este “Marxismo Cultural” es, falsamente, atribuido a la influencia de la Escuela de Frankfurt en las universidades americanas (“Muchos miembros de la Escuela de Frankfurt huyeron del nazismo y vinieron a los Estados Unidos, que es donde supuestamente trasladaron el virus del marxismo cultural a Estados Unidos”). Sin embargo, el propio Moyn ya ha aludido al análisis marxista de Gramsci de la “dominación cultural” del capitalismo como medio de dominación de clase. Al subrayar este aspecto, Gramsci conmina a que el marxismo lo tenga en cuenta y desarrolle en ese ámbito cultural un tipo de lucha específico.

El filósofo comunista francés Louis Althusser a fines de los 60 teorizó acerca de la necesidad de impulsar “la lucha de clases en la teoría”, es decir, en el ámbito cultural. De su magisterio partieron toda una serie de teóricos (Foucault, Lacan, Derrida, Barthes…) que en diversos ámbitos de la cultura se esforzaron en impulsar este proyecto. Francois Cusset nos describe de forma admirativa, en su libro “French Theory” (subtitulado, Foucault, Derrida, Deleuze y Cía y las mutaciones de la vida intelectual de los EEUU) , el salto del pensamiento de esta generación a las universidades americanas, de la mano de la entonces llamada Nueva Izquierda que estaba ideológicamente comandada por Herbert Marcuse, el máximo representante de la Escuela de Frankfurt. Esta operación tuvo tal éxito que Tony Judt, en su libro Sobre el olvidado siglo XX se quejaba del “curioso culto a Althusser en las academias británica y estadounidense”.

Podemos concluir que Samuel Moyn niega y afirma la existencia del “Marxismo Cultural”. Niega el apelativo que le otorgan sus enemigos, y alaba el sujeto que estos atacan. El que tenga que apelar al antisemitismo, a la existencia de teorías conspirativas, al asesino psicópata noruego Anders Breivik (que en alguno de sus escritos alude al “marxismo cultural”) demuestra lo sensible que es para Moyn y para los que defienden su postura la localización y caracterización de ese fenómeno. Nos encontramos en la mitad de una batalla de las ideas en la que la claridad es orillada por la consecución de un objetivo específico, la gran ballena blanca de la extrema izquierda, lo que Gramsci define como “hegemonía” (que retomando la propia definición de Moyn, supone el dominio de la cultura como representación de la dominación de clase). Que Moyn pueda lanzar sus excomuniones desde la venerable tribuna del New York Times demuestra el éxito del innombrable pero realmente existente “Marxismo Cultural”.

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11 comentarios en «¿Existe el Marxismo Cultural?»

  1. Estas «» concepciones izquierdistas «que abogan por» un frente global unido «actualmente experimentan un aumento casi explosivo debido a la globalización, la robotización, las tecnologías de TI y la tendencia de acumulación de riqueza en un pequeño porcentaje de la población. Pero los proletarios del siglo XXI son algo diferentes de los que Karl Max conoció en su siglo 19. Tal vez Marx, si estuviera vivo, rechazaría aplicar su marca registrada «Marxismo Cultural» a este fenómeno.

  2. De Actualidad :

    En respuesta a una interpelación sobre los traspasos de las competencias pendientes recogidas en el Estatuto de Gernika del parlamentario de EH Bildu Unai Urruzuno, Urkullu ha valorado el reciente acuerdo para la transferencia de un tramo de la AP-1 y de dos líneas de ferrocarril.

    Este acuerdo se oficializará el lunes en el seno de la Comisión Mixta de Transferencias que se reúne en Bilbo. «Da igual las palabras de un ministro o de otro», ha indicado Urkullu, quien ha considerado el traspaso de dichas competencias como «un primer paso positivo» porque se ha abierto un escenario de entendimiento mutuo entre ambos gobiernos.

    Después de siete años el Gobierno español «ha mostrado otra actitud» en torno a las transferencias, ha destacado tras expresar su agradecimiento al Ejecutivo de Sánchez por su actitud de «acuerdo y negociación».

    Toda transferencia, ha añadido, tiene su importancia. «No es una nimiedad» el traspaso logrado porque «desbloquea la situación» tras siete años sin acuerdos.

    No obstante, el lehendakari ha insistido en la necesidad de que se traspasen a la CAV todas las competencias pendientes recogidas en la ley, en el Estatuto de Gernika, incluidas las de prisiones y la Seguridad Social.

    En este sentido, ha anunciado la disposición de su Gobierno de elaborar una propuesta para presentarla al Ejecutivo español que contribuya al cumplimiento íntegro del Estatuto.

    Es todo tan….(Se admiten adjetivos )

  3. INDEPENDENCIA Un 47,2% de catalanes quiere la independencia de Cataluña, un 43,2% la rechaza, un 6,6% no lo sabe y un 3% no contesta.

    En el último sondeo del propio CEO en julio de 2018, un 46,7% los catalanes que querían la independencia y un 44,9% la rechazaba;en abril de 2018, la encuesta anterior, los partidarios de un Estado catalán eran el 48% y los contrarios el 43,7%.

    En Deia .

  4. que el fin nunca justifica los medios; que es mejor subir al monte sin recurrir a los atajos. Ortúzar .

    …afirmación «el fín nunca justifica los medios»…en Análisis estructuralista , depende la proyección de la utilización de los medios ( a definir ) , su «coste» y los beneficios del Bien perseguido ..en resumen , Depende ..

    …similar , si confías en tu capacidad para sortear los atajos y ahorras tiempo , son más eficientes «los atajos»..Depende…

    2 ejemplos de los discursos para la mayoría silenciosa…

  5. …la (DIGNIDAD) de las 37 competencias no transferidas después de 40 años del estatuto , ley orgánica ..

    ..ni eficiencia , ni dignidad y excesivo «Bai Baina»…

  6. No hay en Euskadi organización política que presente mejor aval en dignidad y respeto a los derechos humanos que el PNV, ni ninguna que haya traído más autogobierno para este pueblo.

    Como decía Ortuzar, ETA “Sesenta años después, tras provocar mucho dolor, han sido ellos los que han fracasado. Fracaso político y, sobre todo, fracaso total en su aspiración de representar a este Pueblo. Ellos sí iban a saber liberar Euskadi. Sesenta años después, la única liberación que han traído a Euskadi ha sido justo el día de su desaparición, ha sido liberarnos para siempre de ETA. Ellos se van y nosotros y nosotras seguimos aquí, fuertes y enraizados en este Pueblo”

  7. Yo quisiera saber qué cosa tan importante ha pasado para que la competencia de la Seguridad Social que Idoia e Iñigo nos la pasaron por el morro como inminente se haya estancado de la noche a la mañana…

    Lo del tren Alonsotegi- Barakaldo no lo tengo en cuenta, me parece un chiste malo

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