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Jon Elgezabal

La última propuesta de Estatuto del PNV posee la virtualidad de testar el ánimo que recorre por algunos de los mentideros políticos españoles. La aplicación del artículo 155 de la Constitución presupone un antes y un después. Y lo digo con la conciencia de que el proces catalán no sólo no se ha acercado a su objetivo, sino que ha desatado las furias que vivían escondidas en el subconsciente hispánico. Como el artículo de J. A. Zorrilla lo demuestra («Derecho a decidir, derecho a destruir», El Mundo), esas furias campan ahora a sus anchas.

Este escritor dice que el PNV “ya pide… poder separarse de España y montar un Estado propio por la vía de mayoría parlamentaria en Vitoria o de referéndum y recoger ese «derecho» en un nuevo Estatuto”. Leo la propuesta del PNV y veo que en ella aparece este párrafo revelador:

«Por ello el texto articulado que se elabore sobre estas bases y principios será la formulación jurídica positiva de un ejercicio PACTADO, del derecho democrático de la ciudadanía vasca a decidir su estructura política y su régimen de convivencia , esto es, a decidir sobre su futuro para lo cual habrá de dotarsele a la voluntad mayoritaria de la ciudadanía de un valor normativo relevante «

La propuesta del PNV sigue la línea ya marcada por el antiguo presidente del EBB Josu Jon Imaz en su artículo “No imponer, no impedir” donde decía que la consulta o referéndum respecto a cualquier texto de reforma estatuaria tenía que ser posterior al pacto entre las partes, entre las que se contaba a los representantes gubernamentales de cada momento. La interpretación de Zorrilla elude de forma tramposa la alusión a la voluntad de pacto que precede a la decisión.

Dice también: “Un País Vasco sin autonomía seguiría siendo democrático”. En esta lógica, la eliminación de la autonomía vasca no supondría un desdoro de la democracia. Pero ¿es qué entonces la aplicación del 155 en Cataluña no responde a un momento de excepcionalidad? ¿Es que la excepcionalidad de dejar en suspenso las instituciones catalanas y sus representantes puede convertirse en norma sin menoscabo de la razón democrática? Recordemos que toda revolución (en el mal sentido de la palabra) presupone la normativización de lo excepcional: la dictadura franquista, los aparatos coactivos bolcheviques, todos ellos respondían (en un principio) a coyunturas con fecha de caducidad y se convirtieron en bases permanentes de una nueva realidad.

En este sentido, Zorrilla no deja de sembrar alarmas infundadas cuya función es señalar al enemigo cegando toda posibilidad de diálogo y acuerdo. Dice por ejemplo: “lo que el PNV llama «superar» la autonomía es, en realidad, destruir la democracia”. Pero ¿No es acaso legal acometer un proyecto de reforma estatutaria? ¿Por qué no recuerda el señor Zorrilla que la única comunidad que todavía no ha tenido reforma estatutaria en todo el estado español es precisamente la vasca? ¿Es que debemos ser menos que los murcianos?

Este hombre, en su furia anti-autonómica, se embarca en imprudentes loas del absolutismo monárquico:

“No queda otra sino la abolición foral. Aclaremos que esto no es verdad revelada. En la Edad Media hubo una institución llamada «behetría de mar a mar» en la que sus habitantes elegían libremente al señor. Pero se abolió con Pedro de Castilla en el siglo XIV”.

Según esta lógica no está bien que los “habitantes” elijan “libremente señor” porque lo que Zorrilla defiende es la “razón de estado” absoluto del monarca Pedro de Castilla. El principio que reina en su visión del poder español le pone codo a codo con los absolutistas que pretendían abolir  los fueros en contra de carlistas y liberales vascos.

No es de extrañar que finalmente el señor Zorrilla se apreste a exigir la anulación de la autonomía vasca simplemente porque el PNV formula una propuesta de reforma:

“¿Va a consentir el Ejecutivo que una Cámara regional proclame el derecho de secesión unilateral en su articulado? ¿Todo lo que se propone hacer es recurrir ante los tribunales?”.

Este tipo de planteamientos incendiarios dan la medida del extremismo españolista desatado por el proces catalán. El señor Zorrilla no es de los que apoya a Rajoy sino que lo considera un blando por avenirse a hablar con el PNV sobre su propuesta. Y teme que ni siquiera Ciudadanos esté a la altura de sus expectativas. ¿Estará afilando las armas un nuevo ejército de cruzados de la razón de estado en busca de una nueva reconquista?

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7 comentarios en «Augurios de Reconquista»

  1. Los hispanos de hispanitan siguen en su empeño de aplicar el rodillo a saco, democracia jacobina que es muy parecida a la marxista aunque de signo contrario.
    La reconquista (que nunca dejo de existir) está en marcha.
    Lo tenemos (los que verdaderamente creemos en la libertad, democracia, dependencia voluntaria, foralismo, solidaridad … y un largo etc) muy pero que muy complicado.

  2. ¿Voluntad vs. imposición?
    Entiendo que zorrilla – zorro quiere significar eso, lo contrario de imposiciones vengan de donde vengan.

  3. Si no cambian de opinion el odio a los vascos irá en aumento

    El Partido Nacionalista Vasco (EAJ-PNV) ganaría las elecciones en la Comunidad Autónoma Vasca (CAV) subiendo tres escaños, uno por territorio, según la última encuesta de EiTB Focus.

    Los peores datos serían los del Partido Popular que perdería tres escaños y Podemos que perdería uno. EH Bildu y el PSE-EE mantendría sus resultados.

  4. Conozco a J.A. Zorrilla desde hace muchos años. En realidad desde Deusto en los años 65 y siguientes. Es embajador de España, bilbaíno, muy culto, liberal –como tantos vascos– , con prestigiosa obra escrita y filmada y con una trayectoria vital valiente ante el terrorismo y siempre del lado de las víctimas. No tiene que demostrar nada. y es, definitivamente, políticamente incorrecto. Ha vivido toda su vida profesional en Europa del Este, Asia y América Norte y Sur. Creo que es de centro-izquierda y desde luego nada nacionalista y por tanto europeísta entusiasta.

    Su artículo de El Mundo dice cosas muy ciertas y que no son fáciles de rebatir desde la lógica, la historia y el derecho.

    Desde luego cualquiera que se agarre al clavo ardiendo del Dret a Decidir como el cara dura de Homs, o miente, o no sabe de qué está hablando. A estos foros se debe venir con algo aprobado en junio y lo agradeceremos todos.

    Urkullu sabe perfectamente el terreno que pisa y si no estuviese acogotado por los demonios interiores bastante mejor nos iría a todos y viviríamos mucho más libres y con menos totalitarios vigilando las mentes ajenas.

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