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Patxi Lopez critica al PNV. ¡Nada más y nada menos!

Aitor Fuente Incera

Patxi Lopez estuvo Bilbao, en los desayunos que organiza Nueva Economia Forum. En su intervención se ha dirigido al PNV diciendo que no va a permitir que se pase por encima del Gobierno Vasco ni del PSE y que tampoco van a apoyar una negociación que busque el beneficio del partido abertzale en relación a la aprobación de los Presupuestos Generales del Estado.

Sorprende que un Lehendakari diga estas palabras sobre la oposición. Desde que se produjo el cambio, el nuevo Lehendakari mira con recelo lo que el PNV hace o tiene intención de hacer. El lehendakari tiene miedo de lo que la oposición en Euskadi pueda conseguir en España en beneficio del conjunto de la ciudadanía vasca independientemente de su ideología. El lehendakari tiene miedo de lo que el PNV pueda conseguir para Euskadi y critica su arrogancia.

Patxi Lopez habla de arrogancia porque la conoce muy bien. Desde que se vió en Ajuria Enea no ha hecho otra cosa que utilizarla, empezando el día de su propia investidura cuando tendía su mano a la nueva oposición. Se sentirá orgulloso de su gestión, no lo sé. El PNV no busca en Madrid algo que «tenga  como fin el beneficio de unas siglas y de una ideología», busca el traspaso de competencias pendientes para el cumplimiento pleno del Estatuto de Gernika. Un estatuto que el PSE apela constantemente. Un Rodríguez Zapatero que hasta no verse con el agua al cuello pasó de Euskadi con la connivencia de diputados socialistas vascos.

No es culpa del PNV la corta maniobra que tiene el PSE y el Gobierno López. No es culpa del PNV que el PSE pactara con el PP para gobernar Euskadi. No es culpa del PNV que el PSE sea una sucursal del PSOE. No es culpa del PNV ser el único partido que mira a Euskadi en Madrid.

  • El PNV es un partido político que ha gobernado durante treinta años en Euskadi en diferentes situaciones, con una eficacia demostrable. Eficacia demostrable en comparativas Euskadi- España- Europa. Eficacia valorada por la sociedad vasca mediante el famoso Euskobarometro. Eficacia que al Gobierno López, las diferentes encuestas realizadas durante su mandato se niegan a otorgar. Pero eso tampoco es culpa del PNV.
  • El PNV es un partido político vasco con representación en Madrid, que cuando se vota el blindaje del concierto económico no se ausenta del hemiciclo, es un partido político que “levanta la mano” con la llamada enmienda Florentino, por ejemplo. En definitiva, es el único partido político vasco que pregunta ¿Qué hay de lo mío?, un mío que es nuestro. Un mío que es para nosotros, para la sociedad vasca.

Las competencias son reclamadas para conseguir el cumplimiento del Estatuto de Gernika, para desarrollar el autogobierno vasco. El desarrollo de un autogobierno que la sociedad vasca aprobó hace treinta años y que poco a poco va aumentando gracias a la acción del PNV. Esto no es arrogancia. Es una realidad.

Puede que algunas de las propuestas del PNV en el Debate sobre el Estado de la Nación sean “calcadas” al Plan Ibarretxe y no vayan a ser aprobadas, pero tampoco están de más, ya que el Plan Ibarretxe fue aprobado por la mayoría del Parlamento Vasco y por ende, por la mayoría de la sociedad vasca. Esto tampoco es chulería. Es una realidad.

Pedir en Madrid lo que a Euskadi corresponde por Ley no es algo que «tenga  como fin el beneficio de unas siglas y de una ideología» como critica López. Pero las acciones del PNV no acaban ahí.

Decir esto no es arrogante. Es una realidad.

Con la llegada de Ricardo Ituarte (PNV) tras varios gobiernos socialistas, los santurtziarras cada vez están mas orgullos de su pueblo. Después de varias legislaturas socialistas, Manu Tejada (PNV) comienza la mejora de todos los barrios de Abanto y Zierbena. Es premiado con la reelección y aspira a un tercer mandato. A pesar de que hubo reticencias sobre el proyecto, el efecto Guggenheim Bilbao es ahora incontestable. El nuevo Abandoibarra, la recién inaugurada Alhondiga, etc. Todo ello incontestable. Decir todo esto no es arrogante. Es una realidad.

Por cierto, en el discurso de investidura, López habla de la tierra del Guggenheim, habla de la pasión que siente por esa tierra. A mi también me pasa lo mismo. Yo también siento pasión. Y también me pasa que no me imagino Euskadi sin un Guggenheim, como tampoco me la imagino tal y como es hoy sin un PNV, porque mas que demostrado está que Euskadi, para el PNV, no es algo que «tenga  como fin el beneficio de unas siglas y de una ideología», sino su pasión.

Por eso cuando el lehendakari dice en Bilbao que no va a tolerar que le pasen “por encima”, son declaraciones sin sentido, porque el objetivo del PNV no es Patxi Lopez. Es Euskadi. ¡Nada mas y nada menos!

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5 comentarios en «Patxi Lopez critica al PNV. ¡Nada más y nada menos!»

  1. Los sociatas son gente tan inmoral que la mentira para ellos es como respirar aire y sin ella y sin meter demagogia en cada frase son incapaces de soltar ninguna declaración. Y claro el pobre Pachilo comenzó repasando la actuación anterior del PNV y resulta que es lo único que le queda, referirse al PNV, al nacionalismo, por que claro los problemas no se disuelven ante la presencia de Pachilo sino al contrario se adhieren al gafoso con pintas de enterrador e incompetente tío que transita en su banco de Lehenda.
    Es evidente que claro que los estatutistas no quieren cumplir el estatuto y que el único que se acuerda del cumplimiento es el nacionalismo que pide que se cumpla. Y claro en esas es normal que Pachilo tenga que decir lo contrario de lo que pasa. Es que miente más que habla, pero es que lo educaron así.

  2. Hablando de Patxi I El Vago y sus obsesión por las banderas, me ha parecido muy interesante el artíuclo de Fernando Mikelarena (creo que es del NBB) sobre la bandera navarra, su origen euskaro y su apropiación por los fachas:

    Los cien años de una bandera

    http://www.noticiasdenavarra.com/2010/07/17/opinion/tribuna-abierta/los-cien-anos-de-una-bandera

    El 16 de julio de este año se han cumplido los cien años de la primera izada de la bandera y del escudo de Navarra, tal y como fueron fijados oficialmente entonces, siendo tal circunstancia objeto de conmemoración por parte del Gobierno de Navarra. La bibliografía al respecto publicada en los últimos años (la aportación más reciente la de Álvaro Baraibar, Historia y memoria de los símbolos de Navarra. De las cadenas a la Laureada y la Ley Foral de Símbolos, Pamiela, 2010) nos da pie para la consignación de una serie de reflexiones.

    Al ciudadano navarro actual, educado en un presunto carácter auténtico, por secular y antiquísimo, de los símbolos de Navarra, sobre todo en comparación con el tachado como más reciente e inventado de otras comunidades, le parecerá extraño escuchar que, en realidad, la fijación oficial del escudo y de la bandera de nuestra comunidad sólo tienen un siglo de vida. La verdad es que su combinación moderna fue creada en 1910 por Campión, Olóriz y Altadill (los tres eúskaros, y los dos primeros nacionalistas o próximos al nacionalismo), inspirándose en las tradicionales cadenas y en opiniones precedentes acerca del color rojo de las tropas navarras medievales.

    También creo que puede resultar novedoso para el lector no avisado el hecho de que tal símbolo tuvo hasta 1931 significación separatista por su utilización por los nacionalistas vascos de Navarra (napartarras o nabarristas), tal y como se recoge en la prensa de los años diez del siglo pasado y tal y como pudo comprobar en sus propias carnes el concejal nacionalista tafallés Doxandabaratz que, por colocar la enseña en el balcón del ayuntamiento de Tafalla el día de San Francisco Javier de 1923, tuvo que padecer las iras de los somatenistas y marchar exiliado a Iparralde.

    La utilización normalizada y la apropiación de tal símbolo por parte de la derecha conservadora y tradicionalista no tuvo lugar hasta la llegada de la República, en respuesta a la decisión de la primera Comisión Gestora de la Diputación que, compuesta mayoritariamente por representantes de la conjunción republicanosocialista, acordó republicanizarlo en junio de 1931, reemplazando la corona del escudo por una muralla con cuatro torres. Posteriormente, durante la guerra civil, la bandera roja y el escudo de Navarra con las cadenas en su versión original de 1910 registrarían una enorme difusión por efecto de su empleo masivo, casi en pie de igualdad con la bandera española, por parte de los tercios de requetés, en concordancia con su convencimiento de su papel de reconquistadores, desde esta Covadonga insurgente, de la España, a su juicio, degenerada por los gobiernos republicanos.

    Si ya en manos de los combatientes carlistas y falangistas navarros alzados en julio de 1936 el escudo y la bandera de Navarra adoptaban el carácter de enseñas metafóricamente tintadas (es decir, teñidas de un significado diferente al original), su reconversión será absoluta con el añadido, en noviembre de 1937, de la Laureada de San Fernando, otorgada por Franco como distintivo de reconocimiento de la ayuda y de la colaboración prestada por los sectores mayoritarios de la sociedad navarra al golpe de estado. La bandera con la Laureada, persistentemente utilizada durante la dictadura franquista por la Navarra oficial, se convierte en el símbolo de la Navarra foral y española, martillo del comunismo y del separatismo. Por otra parte, ese hecho explicará la distancia frente a esos símbolos de los sectores minoritarios que no apoyaron la sublevación y que tuvieron que afrontar una durísima represión.

    Por consiguiente, no es en absoluto baladí hablar de la existencia, si nos fijamos en la apariencia, de tres versiones de escudos de Navarra durante el siglo XX: la primigenia, y que formalmente se corresponde con la actual; la mural republicana; y la bordeada con la laureada del franquismo del periodo 1937-1979. La relativización de la continuidad del emblema que ello implica queda todavía más cuestionada si atendemos a la urdimbre de significados adheridos a tales versiones, en cuanto que la primera de las versiones (es decir, la original, supuestamente subsistente hoy en día) se desdobla en dos tramas semánticas absolutamente diferentes. En su diseño original de 1910 la bandera de Navarra contenía un precipitado de intenciones de nacionalismo navarrista y vasquista. Actualmente, la proscripción de la ikurriña, considerada ésta por el navarrismo oficial meramente como el símbolo de otra comunidad autónoma, prescindiendo del hecho de que pueda ser el símbolo en el que se reconozca complementariamente un sector de la ciudadanía navarra, como consecuencia de un ajuste de cuentas por parte de la derecha navarra en relación con el hecho de que durante la Transición se acordara la eliminación de la Laureada como aditamento del escudo de Navarra, no debe ser argumento para que los navarros vasquistas no se esfuercen por contrarrestar la apropiación de las enseñas navarras por parte de aquél, máxime cuando en el origen de las mismas estaban eúskaros y napartarras. Tanto en esta cuestión simbólica como en otras referidas a la relación con el Estado, el vasquismo navarro haría bien en hacer valer su nabarrismo, por utilizar una expresión de principios del siglo pasado.

  3. Vale mas una imagen que mil palabras sobre Patxi Lopez, y esa imagen se publico en Vanity Fair con permiso expreso del propio protagonista. No hace falta editarla e imaginarse lo que Lopez piensa, basta simplemente con observar la foto y darse cuenta del tipo de persona que es. Sobran blogs y mil palabras sobre Lopez, basta una sola imagen.

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