Azala / Portada » Las víctimas como factor de paz

Mikel Ubillos

Últimamente se habla mucho del papel de la víctimas en el conflicto vasco, y veo necesario centrar el debate. Por esta razón quisiera realizar algunas reflexiones sobre esta polémica cuestión.

En primer lugar, hay que subrayar todas las veces que haga falta, que la mejor manera de responder al sufrimiento de las víctimas es que ETA abandone definitivamente el uso de las armas. Y no sólo eso, sino que la dirección de ETA decida su disolución, es decir, que renuncie también a su papel de garante de un hipotético proceso político. Sólo con la desaparición de ETA llegará la verdadera paz a las víctimas. Con estas palabras quiero decir, además, que la desvinculación de la Izquierda Abertzale de la violencia de ETA es un paso necesario pero no suficiente.

Además hay un segundo hecho que se debe cumplir, debe haberse hecho justicia, que aquel que ha cometido el delito sea juzgado y cumpla su condena según marca la ley.

Tras la realización de un atentado, los familiares de las víctimas o ellas mismas si logran sobrevivir, deben superar la tentación de caer en el odio. Tras la muerte o grave enfermedad de un ser querido, se abre un proceso del duelo, en el que las víctimas vivirán un proceso doloroso y de difícil acomodación a la nueva situación vital. Además de la falta del ser querido y de la sensación de impotencia por no entender el porqué del atentado, por la falta de razones para ello, pueden darse situaciones económicas de grave riesgo entre los familiares.

La superación de la pérdida y la reconstrucción de una nueva vida con nuevas relaciones, debe ser la primera prioridad en este proceso; por eso, las instituciones públicas deben ayudar a las víctimas en este proceso de superación de la inestabilidad tanto emocional como económica.

Todo ello debe ir ligado a un proceso de superación de la tentación de basar su nueva vida en el odio a los actores del atentado. Este odio debe ser superado para poder vivir el resto de la vida de una forma saludable. Es un proceso difícil, pero necesario. La condición negativa de ser víctima no debe ser el factor fundamental del resto de su vida. La reconstrucción de la vida debe superar el odio como favor negativo, y basar su  condición de víctima en valores positivos (defensa de los derechos humanos, valores democráticos y la memoria de las víctimas).

Conocer cómo ha sido su proceso de asumir la realidad de ser víctima, y superar el odio, puede ayudar a otras personas, tanto a otras víctimas como a la sociedad en general. Puede ayudar a deslegitimizar la violencia, pero no debe quedarse ahí. Puede ser también un factor de reconciliación y de construcción de paz.

Si el testimonio de las víctimas fomenta la construcción de la paz, será reconocido como un factor muy positivo, y la sociedad vasca agradecerá ese acto de alta generosidad. Hay que ser muy valiente y ser muy generoso para expresar ese testimonio a favor de la paz. Al contrario, si el testimonio de las víctimas apuesta y fomenta el odio, ese testimonio en lugar de llevar a una desescalada del conflicto, generará mayor enfrentamiento. Estoy convencido que esta segunda opción no se va a producir.

En todo esto, como he mencionado antes, ayudaría la desaparición de ETA. El mantenimiento de la violencia de ETA, al ir generando nuevas víctimas, impide  mostrar mayoritariamente a las víctimas la vertiente reconciliadora; porque es comprensible, que su primera labor y esperanza, sea que esta barbarie termine para siempre. Hay víctimas que incluso, mostrando una gran generosidad han sido capaces de llegar a perdonar. Pero, para que esta actitud sea mayoritaria se necesita que la violencia de ETA haya desaparecido para siempre.

Hay que animar a las víctimas a mostrar su rechazo a ETA, a expresar su convicción de que la violencia no es el camino, a luchar porque tienen derecho a que la violencia termine para siempre; pero sobre todo, a ser la punta de lanza de la reconciliación mediante la construcción de la paz. Su mensaje debe mostrar su apuesta por superar el enfrentamiento y preparar el horizonte de reconciliación

Partekatu sare sozalietan / Comparte en redes sociales

Gai honetako beste sarrerak / Otras entradas relacionadas

6 comentarios en «Las víctimas como factor de paz»

  1. A mi me parece normal que una victima odie. Y una cosa es que no ejecute ninguna venganza y otra es que perdone al asesino, son dos cosas distintas. Si m mataran una hija no se si podria contener la venganza, pero desde luego no pienso perdonar al fanatico que lo hizo por unas causas politicas.

  2. Lo que se dice reconciliación y perdón será dificil si lo que se piensa es realmente lo que dice Tasio Erkizia sobre la violencia, sobre que hay más motivos que nunca para ejercerla, pero que hay una cuestión de efectividad:

    http://www.deia.com/2010/06/16/politica/euskadi/erkizia-dice-que-hay-menos-condiciones-para-la-lucha-armada

    Erkizia dice que hay «menos condiciones» para la lucha armada

    EL HISTÓRICO DE LA IZQUIERDA ABERTZALE AFIRMA QUE «HAY MÁS RAZONES QUE NUNCA» PARA LAS ACCIONES DE ETA

    europa press – Miércoles, 16 de Junio de 2010 – Actualizado a las 07:39h.

    bilbao. El histórico dirigente de la izquierda abertzale Tasio Erkizia afirmó ayer que, en el momento actual, «hay más razones que nunca para la lucha armada, pero menos condiciones objetivas y subjetivas que nunca» y advirtió de que la lucha armada «no tiene futuro si no es capaz de poner patas arriba al Estado y si el pueblo, y la propia izquierda abertzale, están sufriendo muchas veces más con las acciones de ETA que el propio enemigo».

    Erkizia, quien participó en una charla debate en Barakaldo para dar a conocer la propuesta de la izquierda abertzale ilegalizada Zutik Euskal Herria, dijo que, en este momento, tras el proceso de reflexión, han hecho una «autocrítica» y han constatado que «ha habido un cambio de la sociedad muy importante, que es innegable», por lo que la izquierda abertzale «tiene que hacer los análisis teniendo en cuenta cuál es la situación de la sociedad».

    Según señaló, no creíamos que el Estado iba a llegar a estas situaciones, ni que en Europa ante las ilegalizaciones tan burdas iban a decir que eran legales y nunca hubiéramos creído que con tanta ilegalización, con más de 700 presos y con las direcciones políticas constantemente agredidas y en la cárcel, la sociedad mirara a otra parte, pero ha habido un cambio de la sociedad muy importante».

    Asimismo, destacó que ha habido «una evolución, tanto de ELA como de Eusko Alkartasuna, en el sentido de ofrecer la mano y de plantear claramente que están dispuestos a llegar a acuerdos estratégicos y de dar pasos importantes», por lo que la izquierda abertzale, «viendo por una parte como actúa el Estado, como está la sociedad y las posibilidades reales, hemos considerado, antes de que sea tarde, que era el momento de dar ese paso hacia delante».

    Según explicó el histórico militante, se ha hecho «análisis de cómo caminamos hacia delante» en una situación en la que la izquierda abertzale «no puede hacer política, por ninguna de las formas, y en el pueblo no encuentra ningún apoyo para romper ese cerco del Estado».

    Durante su intervención en Barakaldo, Erkizia aseguró que en los últimos ocho meses, el Estado español «está deseando que haya acciones armadas de ETA, y en este momento hay másrazones que nunca para la lucha armada, pero menos condiciones objetivas y subjetivas que nunca, y la lucha armada no tiene fututo si realmente no hay condiciones objetivas y subjetivas».

  3. Y sigue el serial sobre ETA de La Razón:

    http://www.larazon.es/noticia/6396-la-mano-derecha-de-thierry-intento-montar-una-eta-paralela-tras-la-traicion-a-txeroki

    La mayor crisis de la historia de ETA (III)

    La mano derecha de «Thierry» intentó montar una ETA paralela tras la traición a «Txeroki»

    16 Junio 10 – J. M. Zuloaga

    Ainhoa Ozaeta, que anunció la tregua de 2006, fue expulsada por gastar a su antojo el dinero de la banda. El colaborador de «Thierry» intentó dirigir la banda desde la cárcel

    MADRID-La crisis interna de ETA, la más grave de las sufridas por la organización criminal en su siniestra historia, tuvo su culminación en una cárcel francesa, cuando Igor Suberbiola, estrecho colaborador de Francisco Javier López Peña, «Thierry», intentó montar una «dirección» paralela.

    En las prisiones existe un órgano llamado «zubahitu», integrado por reclusos fieles al «zuba» (comité ejecutivo), que es consultado en determinadas ocasiones. Lo que pretendía Suberbiola era crear un «zuba» paralelo para emitir comunicados, ordenar atentados y, por supuesto, expulsar a sus contrincantes dentro de la banda.

    El intento se saldó con su expulsión. Y lo mismo ocurrió con Ainhoa Ozaeta, que leyó el comunicado en el que se anunciaba el alto el fuego en 2006, por ser unas de las que contribuyeron a montar la crisis.

    «Thierry», Suberbiola y Ozaeta fueron detenidos en mayo de 2008 en Burdeos, Francia, cuando se encontraban reunidos en un piso. Habían decidido expulsar por su cuenta, sin respetar las normas internas de ETA, a Garikoitz Azpiazu, «Txeroki», y a Mikel Karrera Sarobe, «Ata». Gobernaban la banda a su antojo, gastaban el dinero en lo que estimaban oportuno… hasta que la Guardia Civil encontró una pista para dar con ellos y fueron arrestados.

    Suberbiola, que, con toda seguridad, seguía las órdenes de «Thierry», se mostró muy activo en la cárcel. ETA fue informada y la decisión fue expulsarle. La Comisión de Conflictos elaboró, en agosto del año pasado, una larga lista de cargos, plasmada en un documento al que ha tenido acceso LA RAZÓN. Todas las resoluciones de esta comisión fueron ratificadas por la «dirección» de la organización terrorista.

    Se le acusaba de informar de asuntos internos a personas ajenas a la banda y no obedecer las órdenes que se dieron «para que la crisis pudiera ser superada». Asimismo, se le imputaba actuar en contra de la «dirección» con abuso de autoridad, al usar en su beneficio el poder que tenía por ser miembro del «comité ejecutivo».

    Lo más grave para ETA fue que, en prisión, intentó seguir con sus responsabilidades, hasta el punto de promover la publicación de un comunicado. «A algunos militantes que dependían de él, les indicó que, si era detenido, no obedecieran las órdenes del que le siguiera como responsable, sino que se atuvieran a las que él mismo les haría llegar desde la prisión», dice el documento, en el que se subraya que este individuo repartió informes no autorizados y, con su actitud, no contribuyó a que la «Organización pudiera superar la crisis». Cuando supo que iba a ser expulsado, intentó que diez militantes hicieran presión sobre la «dirección».

    Por lo que respecta a Ainhoa Ozaeta, no sólo se la expulsó de ETA, sino también de la llamada «Izquierda Abertzale». Los «cargos» eran parecidos: impulsar la división en el seno de la banda, actuar sin poner el necesario interés e informar a personas ajenas de asuntos internos. Pero lo que se consideraba más grave era la utilización a su antojo del dinero de ETA. «Cuando algunos militantes estuvieron en peligro precisamente por falta de medios económicos, no contribuyó a esclarecer lo que había ocurrido», subraya el documento.

    «Thierry» no encriptaba todos los archivos de sus ordenadores Uno de los motivos de la expulsión de «Thierry», además de los ya revelados por LA RAZÓN en su edición del lunes, fue que tenía muchos archivos sin encriptar, lo que supuso que la «seguridad interna de la Organización» se viera afectada, según el documento de la Comisión de Conflictos al que ha tenido acceso este periódico. En efecto, cuando fue arrestado, los agentes franceses encontraron documentos en papel y, en su ordenador, textos a los que se podía acceder sin problemas.

    Gracias a los datos obtenidos, la Guardia Civil desarrolló una importante operación contra empresarios que habían pagado el chantaje conocido como «impuesto revolucionario». Pero la acción policial más importante fue la realizada este año por la Benemérita contra el colectivo de abogados del entramado etarra, entre ellos Arancha Zulueta y Jon Emparantza. El llamado «Frente Judicial» de la banda era una de las asignaturas pendientes de la lucha antiterrorista y, gracias a la documentación intervenida a «Thierry», se ha podido aprobar con nota. Fue desmantelado todo el entramado que permitía que las órdenes de ETA llegaran a los presos.

  4. El perdón no puede ser una cosa obligatoria pero es un factor importante desde el punto de vista de la pacificación. Es evidente que los sentimientos no pueden someterse a imperativos políticos.

    El propio autor del artículo es consciente de que no hay posibilidad de restañar las heridas de la violencia mientras sigue la violencia, es decir, mientras ETA sigue matando. La existencia cotidiana de otras víctimas es un obstáculo para que las víctimas perdonen, mientras ven que la máquina de hacer asesinatos sigue asesinando.

    Pero el perdón es parte de la solución, por que el perdón sirve principalmente al agraviado. No debemos confundir el perdón jurídico-carcelario con el perdón a secas. El perdón significa que el mal causado ha sido borrado de los sentimientos de la víctima, con lo cual la cadena mimética de odio o deseo de venganza se rompe. Una reconciliación sin perdón es imposible, por qué las bases de un nuevo antagonismo seguirían vigentes, aunque ocultas.

  5. Uno de los grandes problemas que tienen las «víctimas» es que ha habido quien ha querido capitalizar su sufrimiento y quien lo ha capitalizado. Y como ocurre casi siempre, los que capitalizan no quieren ir contra los asesinos; sino contra los enemigos políticos. Aparte, habría que acotar qué es ser «víctima», porque el campo puede ser mucho más abierto de lo que parece. ¿Un familiar o un amigo es también víctima? ¿En qué grado? ¿De qué manera? Creo que habría limitarlo para que nadie se suba al carro y camufle el odio de ética.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *