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Gestionar la ilusión, gestionar la frustración

Ion Gaztañaga

Comienza un nuevo año y también un nuevo impulso político de cara a unos meses que se antojan decisivos como preparación tanto de las elecciones municipales y forales del 2011 como para el asentamiento o no del «gobierno del cambio». La atención está centrada en el share del rey en ETB o de Patxi Lopez en nochevieja, pero comienzan los anuncios de iniciativas más allá de la crítica a la gestión socialista, las primeras desde que meses antes de las elecciones apareciera tímidamente el concepto de «concierto político» en boca del presidente del EBB con el anuncio en una entrevista a Vocento de una nueva iniciativa de autogobierno que está siendo trabajada por parte del nacionalismo institucional . No es que Urkullu haya dado muchos detalles del mismo, sólo este breve extracto que reproduzco a continuación:

– ¿El acuerdo singular que pide el PNV para actualizar los derechos históricos podría pasar por una reforma estatutaria?

– Una reforma estatutaria era también el Nuevo Estatuto Político. Para mí, no es anatema hablar de reforma estatutaria siempre que suponga la actualización de los derechos históricos, la capacidad de relación entre territorios de diferentes comunidades, la representación de la CAV en las instituciones europeas, la adecuación del autogobierno al siglo XXI desde el respeto al hecho diferencial y a la identidad como pueblo, y que todo eso puede ser concretado en fórmulas de participación ciudadana. No otra cosa pretendía ser el Nuevo Estatuto Político.

– Entonces, ¿el listón del PNV está en el ‘plan Ibarretxe’?

– No estamos en una cultura política del todo o nada o de hoy o mañana, sino que para ir consiguiendo las cotas a las que aspiramos tenemos que hacer un trabajo de concienciación social. El Nuevo Estatuto Político marca unas premisas, unas bases, aprobadas además por mayoría absoluta del Parlamento vasco, y lo tenemos como bagaje y como aportación a un posible acuerdo.

– Pero no es un suelo innegociable.

– Es que ha habido suelos más allá del Nuevo Estatuto Político…

– Habla de las conversaciones de Loyola.

– Por supuesto. Y de otras en las que no ha estado el PNV. El PNV no renuncia a nada ni fija el suelo del Estatuto político como su suelo. Somos partidarios de la adecuación del autogobierno vasco en base a nuestras aspiraciones, pero entendiendo que tiene que darse un consenso, al que estamos dispuestos.

– ¿Todo este discurso no es ahora mismo un brindis al sol?

– Hoy parece imposible, pero la política es vertiginosa. Hay un hecho incuestionable, que es la debilidad todavía hoy de las estructuras de la UE, con un Tratado de Lisboa que ha entrado en vigor y que respeta el principio de subsidiariedad y la participación de las autonomías con capacidad legislativa. Si se contempla para la UE, ¿por qué no podemos aspirar a que en el Estado haya dos problemas que se resuelvan definitivamente, el de Euskadi y el de Cataluña? Hoy parece difícil, pero es obvio que el modelo de Estado de las autonomías está absolutamente quebrado.

– Habla una y otra vez de alcanzar un diagnóstico compartido sobre el terrorismo. ¿Podría aclarar si hay algo concreto?

– La persistencia del terrorismo tiene que tener la mínima incidencia posible en la acción política porque eso es lo que persigue ETA. El modelo del Concierto Económico tiene en su seno potencialidades para alcanzar un acuerdo singular, porque contempla el respeto a los derechos históricos, el carácter de bilateralidad, la capacidad de la sociedad vasca de regirse por sí misma, la proyección exterior en la medida que las normas tributarias han tenido el refrendo de las instancias judiciales europeas. Estamos dispuestos, con nuestra experiencia acumulada, a ofrecer soluciones en pacificación y normalización.

Me gustaría poner el acento en señalar que el «concierto político» de Urkullu, el nuevo estatuto político de Ibarretxe, o el modelo de soberanía compartida de Imaz son variaciones sobre un mismo modelo de actualización del autogobierno que trata de renovar una relación establecida en el Estatuto de Gernika (en las circunstancias y condiciones de la época de la transición) y que ha sido incumplido por parte del gobierno español. Tiene su curiosidad el hecho de establecer la base de un nuevo marco en el «concierto económico», un sistema aceptado como mal menor por los vascos después de la abolición foral, un modelo que se diseñó como transitorio hasta lograr la uniformización fiscal española y que la voluntad de autogobierno vasco ha transformado en herramienta fundamental para el bienestar.

Lo cierto es que, anecdotas aparte, la nueva iniciativa anunciada por Urkullu nos sugiere un nuevo impulso político para gestionar lo que llamaríamos «ilusión», como forma de superar iniciativas que no tuvieron el éxito deseado, como el caso del nuevo estatuto, rechazado por las cortes, o las conversaciones de Loiola. La gestión de la «ilusión», esa técnica de la que abusa tanto por el socialismo («cambio», «novedad», «normalidad»,…) como por el MLNV («nueva iniciativa», «histórica», «única solución al conflicto», …), es sin duda mucho más fácil de vender que tener que afrontar la gestión de la frustración de iniciativas que requirieron un gran esfuerzo, reunieron una gran ilusión, y quedaron en la retina del recuerdo porque no fueron posibles. Urkullu, cuando aboga por el «consenso», de cara a esta nueva iniciativa, pone el acento en el aspecto positivador de las palabras que la sociedad vasca quiere escuchar, de la misma forma que Ibarretxe ponía el acento sobre las posibilidades de un «relación amable» o de la posibilidad de «lograr la paz» con las iniciativas impulsadas.

Yo comprendo que para ciertos sectores de la sociedad puede caer en el escepticismo por creer que es «más de lo mismo» y es cierto que todas estas experiencias tienen en común un origen causado por dos necesidades principales: la primera, por los cambios tecnológicos y geopolíticos que han ocurrido en el mundo desde la aprobación del estatuto, como puedan ser la incorporación a la unión europea, el desarrollo de nuevas tecnologías que requieren de áreas de conocimiento, necesidades de representación y negociación y transferencias y recursos económicos que no se podían preveer cuando se aprobó el Estatuto, y que como todos sabemos nació condicionado por el ambiente político y las posibilidades del momento, con riesgo de involución democrática a añadir al fuerte embate terrorista.

La segunda razón de las nuevas iniciativas, y la más importante en mi opinión, es la constatación de un incumplimiento estatutario y de una intepretación decepcionante (lo que se ha llamado «espíritu del Estatuto») del mismo por parte de las instancias judiciales y gubernamentales. Y esa frustración, la frustración de un instrumento que todavía no ha recibido importantísimas transferencias, como pueden ser el régimen económico de la seguridad social, se une a la frustración de un modelo de Estado que más abierta y bilateral, que podía haber hecho uso del artículo 150.2 para un marco más bilateral: «El Estado podrá transferir o delegar en las Comunidades Autónomas, mediante Ley orgánica, facultades correspondientes a materia de titularidad estatal que por su propia naturaleza sean susceptibles de transferencia o delegación. La Ley preverá en cada caso la correspondiente transferencia de medios financieros, así como las formas de control que se reserve el Estado».

La gestión de una frustración, sea estatutaria o de una nueva iniciativa posterior, por tanto, se ha visto contrarrestada por la gestión de una nueva ilusión, ya sea un proceso de paz (Lizarra, Loiola), una reforma del estatuto (Nuevo Estatuto Político) o a una posible consulta. La pregunta que me he hecho recientemente es si gestionar la frustración con la generación de expectativas o ilusiones no es sino el tratamiento de los síntomas de una enfermedad, sin llegar a tratar realmente la causa de la frustración.

Tanto el Nuevo Estatuto, como reforma estatutaria que era, como la nueva iniciativa anunciada deben partir del principio de la realidad de la misma forma que un pretendido polo independentista debe basarse en un principio de realidad que debe convencer a una mayoría social de la misma. Para una reforma estatutaria exitosa es necesario no solo un consenso en Euskadi para su aprobación por mayoría absoluta, sino también es necesario un acuerdo con el gobierno central. Y no sólo eso, sino que incluso si se lograra la aprobación por parte de los órganos competentes del Estado de la pretendida reforma, todavía existe la experiencia y constatación del no-cumplimiento del acuerdo, bien sea mediante el bloqueo de transferencias o  leyes orgánicas uniformizadores que invaden competencias autonómicas. Pues bien, estas problemáticas cuestiones, que han generado importantes frustraciones políticas en nuestro país, son la clave para que un nuevo intento de acuerdo político pueda llegar al final de su camino y la sociedad vasca pueda tener un nuevo marco más acorde con sus deseos de autogobierno.

El nacionalismo histórico, como movimiento pragmático que ha sido en su práctica política, prima los resultados por encima de un reinvindicacionismo que no obtenga resultados, siempre sin renunciar a sus principios y buscando la más amplia mayoría social que respalde y asiente cada paso adelante. Y para un avance real, creo que es indispensable dar una respuesta efectiva a un incumplimiento que  sienta la sospecha y precedente del incumplimiento del nuevo acuerdo. Debe saber cómo hacer frente a la intención de bloqueo de la reforma por parte del PSE y del PP, amén de saber qué hacer para sortear un posible rechazo por parte de las cortes o del del Tribunal Constitucional de turno.

Cuando el presidente del EBB dice que «No estamos en una cultura política del todo o nada o de hoy o mañana, sino que para ir consiguiendo las cotas a las que aspiramos tenemos que hacer un trabajo de concienciación social», he visto claro que existe un primer trabajo de concienciación social deberá ser aquél que consiga una fuerza social que obligue al cumplimiento integro del Estatuto, recurriendo si hace falta a la participación ciudadana para conocer si respalda su visión de las transferencias pendientes y exigir su cumplimiento tanto al gobierno Lopez como al gobierno español. Una concienciación social que va a conseguir, e incluso forzar, un consenso que asegure la mayoría necesaria en Euskadi y allane el camino en las cortes. Que no es fácil ni garantía de nada, como hemos podido ver en Cataluña.

Pero sobre todo, tal y como en el caso del concierto, discernir qué mecanismos se deben introducir para impedir que dicho acuerdo pueda ser incumplido por las partes y qué ocurriría en dicho caso. Y en caso de bloqueo del acuerdo deseado por los vascos, cómo va a transformar esta negativa en un apoyo ciudadano, ya sea electoral o consultivo, que fuerce el desbloqueo de la situación. Porque como mejor se gestiona la ilusión, es solucionado las causas que permiten el incumplimiento unilateral de un pacto que ha provocado nuestra actual frustración y no sólo apaciguar los síntomas de una desilusión. Causas de frustración que ya fueron advertidas por figuras vascas mucho antes de la creación del nacionalismo y alejados de cualquier protonacionalismo independentista, como el liberal Pedro de Egaña, ministro de Justicia y Gobernación en sucesivos gobiernos moderados españoles y fuerista convencido, que como comisionado vascongado en 1852, en un intento de modificación foral para «conciliarla con la unidad constitucional», (la «Constitución Vascongada») consideraba dos elementos, el primero como competencia y el segundo como garantía, como instrumentos básicos:

1º Administración del país por el país, entendida en toda su pureza, y practicada con absoluta independencia de otro poder extraño.

(…)

4º Para defender y salvar contra toda invasión injusta los anteriores derechos, la Constitución vascongada tiene un medio eficacisimo, testimonio a la vez y garantía de su originaria independencia: el PASE FORAL, sin cuya circunstancia, respetada religiosamente hasta los últimos años, no puede alli ejecutarse y cumplirse ninguna disposiciónl, sea de la clase que quiera, adoptada y circulada por el poder central.(…) sin el PASE FORAL la autonomía vascongada, que todos dicen querer respetar, es una formula vana sujeta a los caprichos del poder.»

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12 comentarios en «Gestionar la ilusión, gestionar la frustración»

  1. Lo que si hay que tener claro es que una apuesta por un procedimiento no negociado porque hay un fuerte bloqueo debe hacerse con un apoyo social importante. Tengo en mente el modelo de Quebec, que despues de ser el independentismo el partido más votado y rozar el 50% de los votos afirmativos por la independencia, la frustración le pego un palo terrible que le llevó, primero, a perder gobierno en 2003 (segunda fuerza) para convertirse en tercera fuerza en el 2007 dentro de una muy fuerte crisis interna.

    Se ha recuperado bien en las últimas elecciones y ha recuperado la segunda posición:

    http://en.wikipedia.org/wiki/Parti_Qu%C3%A9b%C3%A9cois#Election_results

    Cuando hagamos las apuestas, tenemos que tener buenas cartas, un apoyo social muy importante.

  2. Los tiempos son malos para la lírica de las propuestas pues los españoles se han puesto muy de acuerdo para plantear el cerrojazo autonómico y el PP y el PSOE seguramente modificaran la consti para que sea todavía más rácana en la cuestión del autogobierno.
    La realidad de la bilateralidad nos pone en guardia de que la otra parte, la españolaza, está encaramada en la euforia de la consecución del Gobierno Vasco, y una vez conseguidas metas anheladas, lo único que les queda es seguir aspirando a nuevas metas. Por lo cual desde su punto de vista sería gilipollesco plantear cualquier iniciativa de normalización o aumento del autogobierno teniendo en cuenta que ellos, claro, no son partidarios de eso por propia convicción, sino en caso de necesidad necesaria.
    Es claro que los vascos tenemos dos pilares, como dice Gaztañaga que son la consideración de nuestras instituciones privativas como nuestro propio ordenamiento y el pase foral como garantía de que tal ordenamiento no será chuleado por la españolidad militante.
    Estos son nuestros puntos clave y la base de cualquier propuesta. Y claro no podemos como dice Gaztañaga basarnos en la demagogia de los del polo soberanista, que prometarán el oro y el moro a sus legiones descerebradas o abducidas, o en la retórica del cambio sociata, tan letal como la primera. Habrá que diferenciarse planteando el realismo, la no cesión de los principios básicos y la defensa de estos.

  3. Pero porfa, dejense de txorradas, pero quien defiende más a EUSKALHERRIA, el EUZKO JAURLARITZA, SU LENEDAKARI o un iluminau, tipo EAKIDE 33, esa peste.

  4. Pero Arranotxu pero está claro que para Pachilo la Lendakaritza tiene la erótica de quitársela a los abertzales pero no tiene entidad por sí misma por que está claro que el se considera simplemente un chambelán del partido socialista para manejar y seguramente desinflar una autonomía. Y claro que tíos que no quieren ni pueden solucionar los problemas que estén en un sitio no significa que lo defiendan o que sean dignos de él.

  5. LOS ESPAÑOLES SOLO TE ADMITEN EL PASE CONSTITUCIONAL ,POR CIERTO, DE SU CONSTITUCIÓN, QUE SOLO ADMITE UNA ÚNICA SOBERANIA, LA SUYA.

  6. Bueno pero es que este tipo de argumentos, Urru, no nos llevan a ninguna parte. Pero es que los españatas pensaran lo que quieran y harán lo que puedan y nosotros también. Pero claro eso de imitar a los españoles en ir a la brava, es que eso es suicida en correlación de fuerzas.
    Aquí los piés bien en la tierra que no estamos para nuevas fiebres mesiánicas; Urru, que los españoles existen y los del MLNV también y tu no pero yo si estoy entremedio y claro me atengo al pase foral y a mis instituciones y a la fueza que pueda yo ejercer para hacer valer ese derecho. Pero claro para eso Urru hay que estar en el gobierno y no eternamente en la oposición, preparando cajas de cartón.

  7. Hola a todos d nuevo despues d este deskanso del guerrero. He llegado tarde al debate xo es k es 1 tema k me interesa. Resulta k estamos jodidos x españa xk no kumple el estatuto y nos kreemos k nos van a kumplir otro? Es komo pensar k a 1 moroso k t debe pasta le vas a dar 1 nuevo kredito kon y k esta vez si t va a devolver la pasta xa kubrir esta deuda y la antigua. Es k no tiene ni pies ni kabeza.

    Hay 2 opciones, o konseguimos 1 mayoria xa mandar a Apaña al karajo (k d momento esta jodido), o konseguimos 1 mayoria k le embargue al moroso lo k haga falta (xk el moroso no es k no tenga pasta es k NO KIERE PAGAR). Yo no me sentaria en la mesa d negociacion de ning1 nuevo estatuto hasta k no me paguen el anterior. K ponga el PNV en su programa elektoral k va a hacer 1 konsulta xa el kumplimiento inmediato del estatuto.

  8. Talmente de acuerdo, Igo, es que es una pena que siempre tengamos que estar chupando rueda de iniciativas ajenas.
    Por que los del MLNV se saquen de la manga lo del polo nosotros no tenemos que seguir arrastrando propuestas que son saltos mortales si no contamos con un cierto grado de bilateralidad. Hacer propuestas sin tener en cuenta la pomada española es crear nuevas frustraciones.
    Y está claro que claro que si tenemos un ordenamiento estatutario sin cumplir pues claro lo primero que hay que hacer es exigir a los españoles, un día sí y otro también, que cumplan con lo que no cumplen.
    Los españoles quieren cerrar la barraca de las cesiones autonómicas y eso es así. Por tanto para que cambien de opinión tendremos que conseguir fuerza.

  9. Al hilo de lo que dices, igo (perdona las confianzas), no dijo Ibarretxe con el nuevo estatuto, que si no lo aceptaban iba a asumir unilateralmen te las competencias? Pues eso creo que no podrias hacerlo con el nuevo (porque la otra parte de no lo ha aceptado) pero si con el antiguo. Que coño, descontamos del cupo el INEM y la madre que lo pario hasta dejarlo en cero. No vamos a estar dando pasta al moroso por unos trabajitos (es un decir, ejercito, jefatura de estado, etc.) mientras nos debe por otro. Unos añitos de cupo cero, que igual la cosa se mueve. Tanta valentia para la independencia y tan poca para defender la pela.

  10. Al hilo de la propuesta de Concierto Político, mi pregunta sería la siguiente: ¿no estamos enredados en exceso en el debate sobre el cambio de marco político?

    A mí me parece que al nacionalismo debería preocuparle más conocer e incidir en el sentido y el contenido de las aspiraciones que la sociedad vasca tiene para el presente y el futuro próximos. Es decir, cómo va a desarrollarse, en su identidad y cultura, en sus valores, en sus modos de articulación colectiva, en su modelo económico. Yo diría que la determinación de esos factores, relacionados con el ‘ser’ y el ‘haber’, deberían ser priorizados en nuestro discurso y acción respecto del ‘estar’ referido al marco de relaciones políticas con el Estado.

    Por hacer una analogía histórica, allá por el final de los años 50 del siglo pasado, Agirre y los suyos se encontraron ante una encrucijada muy semejante. Sin abandonar la idea del ‘cambio de régimen’ (marco), priorizaron la línea de construir los contenidos, de dar una orientación, a la sociedad vasca, y llegó un resurgimiento en todos los terrenos social, cultural-educativo, económico, de cuyas potencialidades todavía estamos viviendo.

    Tras el franquismo, frente a quienes creyeron que había arriesgado más que nadie en el cambio de régimen (ETA), el nacionalismo se presentó como el movimiento que mejor había interpretado el contenido y la orientación de las aspiraciones que los vascos llevaban casi dos décadas materializando, pese al marco. De ahí, la identificación preponderante pueblo vasco-nacionalismo vasco.

    Yo creo, por ello, que el nacionalismo debe por supuesto tener un discurso sobre el ‘estar’ en relación con el Estado. Pero, debería, siempre en mi opinión, prevalecer en nuestro posicionamiento la búsqueda y la definición de las aspiraciones finalistas del pueblo vasco y de los ciudadanos que lo conformamos.

  11. Solo 1 kosa, donde esta el kontador de la konsulta de la pagina d los k decian k iban a estar a las 9 de la mañana votando pasara lo k pasara? En numeros negativos?

    No se, a mi me gustaria k hubiera 1 iniciativa o reforma k ad+ d realista, se llevara a kabo. Por variar, + k nada.

  12. Si Igo, cada vez te entiendo menos, no por tu escritura que noes de alfabeto cristiano, ya me he acosdtumbrado hasta a leer en maputxe, sino por tuis ideas, tan raras, tan inentiligibles. Komete una txuleta por reyes, y date un poco de tiempo, pa reaaccionar.

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