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La transición según Hasier Arraiz y Francisco Letamendia

Imanol Lizarralde

herri_botereaEl presidente de Sortu Hasier Arraiz sigue insistiendo en su perspectiva, que ha creado cierta polémica, acerca de la transición democrática. Según él,  “la izquierda abertzale consideró hace 35 años que el juego que comenzaba no tenía nada de democrático, lo que no iba a ser revisado ni rechazado por Sortu”. El historiador y ex diputado Francisco Letamendia pretende corroborar esta visión con el aval de su propia ejecutoria («Hasier Arraiz y la transición», Gara-Naiz, 02/12/2013). Según Letamendia, lo que movió al MLNV fue un rechazo general hacia una reforma protagonizada por unos partidos elitistas y sin participación de las bases que absolvió con su amnesia al régimen franquista, y en lo que respecta a Euskal Herria sur, un sistema que negaba la autodeterminación y que dividía al país en dos. Y me lo puedo imaginar porque yo, que sí participé en el juego de las Cortes, acabé dimitiendo como Diputado del Congreso por razones similares”.

Era verdad que durante aquellos años existía un debate sobre la naturaleza del nuevo régimen, si era democrático o no, y hasta que punto era, también, prolongación del régimen franquista. Es verdad también que el nuevo régimen no aceptó el derecho de autodeterminación. Sin embargo, Francisco Letamendia y Hasier Arraiz omiten dos cuestiones esenciales para entender el debate desde posturas reales, sin las cuales el dibujo de la cuestión queda mutilado: primero, el contexto internacional en el que se produce la transición democrática; y, segundo, el modelo democrático del MLNV, como contraposición al modelo de la transición. Empecemos por la segunda cuestión: ¿cuál era (y sigue siendo) el modelo democrático del MLNV? El mismo Francisco Letamendia nos da la respuesta en uno de sus libros tempranos:

“Así pues, la historia vasca desde el 15 de junio del 77, hasta el 14 de octubre es la del conflicto entre dos movimientos, entre dos concepciones: lucha popular contra  integración parlamentaria, democracia directa contra  semi-democracia burguesa reformista, Gestoras Pro-Amnistía contra partidos políticos que claudicaron ante la Reforma” (El No vasco a la reforma, vol 1, p. 11).

El carácter de la ideología del modelo que describe Letamendia no deja pié a la menor duda, pues, recordando uno de sus discursos de diputado en las Cortes, afirmó que “este voto mío ha sido el único voto comunista de este Congreso” (Denuncia en el Parlamento, 1978, p. 197). El concepto de “democracia directa”, la oposición a la “integración parlamentaria”, constituyen eufemismos para designar un modelo, el de los países del Este, el de los países del Tercer Mundo conformados según estos patrones, surgidos como derivación de la ola de expansión comunista que nació con la Revolución de Octubre. Entrando en la segunda cuestión, recordemos la ponencia internacional de HASI, partido dirigente de Herri Batasuna, que en los 80 posiciona al MLNV al lado de los países del socialismo real:

“Como consideraciones esenciales para el proceso revolucionario, afirmamos la ligazón estrecha entre todos los procesos particulares, en el sentido, por ejemplo, de que sin la Unión Soviética hubiese sido imposible la Cuba socialista o que sin Vietnam sería menor la consolidación de los países socialistas. Dicho de otra forma, consideramos esencial para la derrota del imperialismo, que los nuevos países socialistas se fortalezcan, que los nuevos países liberados que asumen la vía del socialismo defiendan sus victorias y las desarrollen, que las luchas de liberación nacional en curso triunfen y, evidente, y consecuentemente, que las luchas de los pueblos oprimidos de la Europa Occidental se fortalezcan y alcancen sus objetivos” (HASI II Congreso 1984).

Cuando el MLNV denunciaba hace 35 años y denuncia ahora la falta de democracia del actual sistema, no lo hace desde una especie de perfeccionismo democrático o de modelo puro de democracia representativa. En los 70-80 se estaba dando a nivel internacional una lucha de bloques políticos, y el MLNV ya había tomado partido por los países del socialismo real. La lucha de liberación nacional era y es, para el MLNV, la aplicación de un determinado principio revolucionario en el marco nacional vasco, pues, como decía Letamendia en aquellos tiempos, el pueblo vasco, “sabe que su lucha es la de todos los trabajadores del mundo, la misma lucha que la de los obreros del barrio madrileño de Vallecas, la de los braceros andaluces, la de los mineros de Asturias” (El No vasco.. p. 8). El rechazo al actual sistema democrático por parte del MLNV constituye un rechazo global al sistema vigente en Europa Occidental y sus democracias parlamentarias. Las características peculiares de la evolución de la democracia del estado español pueden hacernos perder de vista esa realidad esencial, que Arraiz y Letamendia omiten con intención nada inocente, ya que están ocultando la verdadera historia y la naturaleza de su proyecto político. El MLNV luchó contra una dictadura para imponer una dictadura de diferente carácter. Y actualmente es fiel a ese proyecto originario, porque si no ¿por qué nos ocultan la realidad Arraiz y Letamendia?

La perspectiva de oposición al sistema, además, no es estrictamente nacional vasca, pues el propio Letamendia plantea que “durante mucho tiempo esta actitud singularizó en solitario a la izquierda abertzale. Hoy, tras el comienzo de la gran crisis, ya no es ese el caso, sectores crecientes de la opinión pública, en Euskal Herria y también en España, empiezan a compartir la visión de la transición como un fraude generalizado a la democracia”. Esos “sectores”, según nuestro autor, trayéndonos el eco del papel de punta de lanza revolucionaria del MLNV respecto a las otras zonas del Estado, se están acercando a la postura pasada y presente del MLNV. Sin embargo, una cosa es criticar las deficiencias de la democracia en función de sus deficiencias actuales y otra cosa es cuestionar el modelo de democracia, para imponer otro modelo que se oculta. Es lo que están haciendo Arraiz y Letamendia. ¿O es qué no tenemos pruebas suficientes, con la gestión de Bildu, de que significa para el MLNV la “democracia participativa? ¿O es que no somos testigos de que Bildu, sin tener mayoría suficiente, sabotea las decisiones de una mayoría política y pretende imponer a la población guipuzcoana el trágala de un sistema determinado de basuras?

Acerca de las críticas que ha recibido Arraiz por reivindicar la trayectoria del MLNV en los últimos 35 años Letamendia afirma que dichas críticas plantean:

“La negación estridente de un proceso en el que ha sido la presión constante de la izquierda abertzale la que ha llevado a ETA al abandono irreversible de los atentados, lo que hubiera sido imposible si aquella hubiera carecido de autonomía civil; y la privación de legitimidad a un partido, Sortu, que ha hecho del uso exclusivo de los medios democráticos y pacíficos su razón de ser”.

Todo esto prescinde y omite una cuestión esencial: si ha sido “la izquierda abertzale la que ha llevado a ETA al abandono irreversible de los atentados” consecuentemente también es cierto que ha sido “la izquierda abertzale” la que en los procesos de 1989, 1999 y 2007 posibilitó que ETA siguiera, tras su ruptura, en una línea de atentados y de lucha armada. ¿Por qué ahora si y no entonces? ¿No se podía haber evitado ríos de sangre y de sufrimiento si “la izquierda abertzale” hubiera tomado esa decisión con mucha anterioridad? Y al hilo de lo anterior, Letamendia afirma lo siguiente:

“Es esta visión manifiestamente contraria a la realidad la que subyace a la denuncia e inspira deformaciones aberrantes de las declaraciones de Arraiz como la de un medio español, según la cual este habría dicho que «la decisión que tomó la izquierda abertzale hace 35 años, que ETA siguiera matando tras la Constitución, fue acertada»”.

Aquí cabría hacer otra pregunta, ¿Qué era el MLNV hace 35 años? ¿No fueron las dos ETAs las que lideraron los aparatos políticos, sociales y sindicales derivados de ellas mismas en esos mismos momentos? Eso es algo evidente, que un historiador como Francisco Letamendia no podría negar. Para afrontar la nueva situación de lo que se llamaba “democracia burguesa” ETAm ya en su Agiri de 1974 lo dice claramente: “no es presumible que vaya a tener posibilidades de éxito tomar una posición ilegal dentro del marco democrático. Es decir, que será preciso ocupar un lugar en las instituciones democráticas: partidos políticos, sindicatos, etc”. Y asimismo reponía, “tampoco podemos jugarnos todas las cartas a la democracia (que de ningún modo puede considerarse el marco político donde los trabajadores vascos pueden ser libres) porque ello significa liquidar el único elemento verdaderamente inasimilable por la burguesía, la única garantía de conseguir nuestros objetivos finales: la lucha armada”. El MLNV decide plantear una posición legal para ocupar un lugar en las instituciones democráticas y, a la vez, decide mantener la lucha armada dentro de ese sistema. Por tanto, en contra de lo que afirma el supuestamente escandalizado Letamendia, el MLNV tomó la decisión de participar en la democracia y de que ETA siguiera matando. Y finaliza el artículo diciendo:

“Todo ello no es casual; coincide con una estrategia del involucionismo político e institucional cada vez más explícita que a través de la reilegalización de la izquierda abertzale se propondría devolver el proceso de normalización y resolución del conflicto a la casilla cero. Reaccionar ante esta maniobra, que va mucho más allá de la suerte de una persona concreta y hasta del partido que preside, es una exigencia elemental de democracia, que compete a la sociedad civil vasca, e incluso a la sociedad civil española, en su conjunto”.

No cabe duda que, en este caso, agitar el fantasma de la involución es un medio de deslegitimación de la democracia y de plantear puentes entre el MLNV y los sectores descontentos tanto de Euskadi como del Estado español, igual que hace 35 años. La verdad es que el MLNV no ha cambiado su concepción política ni su estrategia, inspirada en Lenin y en el bolchevismo, de utilizar reivindicaciones democráticas (como a autodeterminación, como la mala gestión política) para destruir la propia democracia. Ese es el camino que tomaron y en el siguen. ETA ha cesado sus atentados, pero del MLNV siguen surgiendo grupos de gente que persisten en la línea de violencia urbana de tan triste memoria para nuestro pueblo. ¿A alguien le puede extrañar que, con la perspectiva de Arraiz y Letamendia, eso esté ocurriendo?

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9 comentarios en «La transición según Hasier Arraiz y Francisco Letamendia»

  1. Interesante artículo. La izquierda radical no deja de sorprender con su capacidad engañar. El otro día le leí a Martxelo Otamendi diciendo a un corresponsal extranjero que ETA tenía que ver con Sabino Arana y no con el Che Guevara. Son incansables en la mentira.

  2. El molde de la izquierda abertzale bascula entre la ideología que sus miembros fundadores y todos los generados a partir de ellos comparten, a saber, una versión del marxismo muy fuera de las veleidades cocteleras de tanto parlanchín sociata, en otro orden, en la vertiente del kalasnikov y la guayabera, y la adhesión aunque sea formal a motivos nacionales vascos., Pero, aquícon desuso de palabras nacionalistas como Euskadi a favor de repescar términos culturales como Euskalherria a los que dotan del marchamo rojeras que les caracteriza.
    Realmente sería de asustar la forma que el líder de Sortu Arraiz y el antiguo líder de Herri Batasuna Letamendia quieren vender a mentes poco informadas sus credenciales, como si se trataran de un grupo de gente concienciada por los desmanes antidemocráticos españoles que ya en los tiempos de la primera transición tuvieron la clarividencia de captar. Nada más lejos de lo real, las citas del documento de ETA de antes de la muerte de Franco son suficientemente significativas, nos retrotraen a concepciones en las que era dable berrear por la libertad y estar a favor de Cuba o la Unión Soviética como ejemplos de sociedades perfectas.
    Ya en una muy otra fase histórica como en la que estamos Letamendia acomete un ejercicio de desnudarse de las antiguas referencias revolucionarias, pero también guiñando a los indignados españoles diciéndoles que en «Euskalherria» hay unos que se dieron cuenta y que ahora son los profetas de una nueva sociedad. La superposición de planos del articulista entre el actual y el antiguo Letamendia nos da como resultante la trampa del monopoly, a saber, que la nueva sociedad es viejísima y ya la conocemos, con todas sus lacras.

  3. ESo es no repitamos los viejos clichés.
    Olvidémonos de seguir el juego al expansionismo yanky que ya nos engañó y bien a fondo con Franco y abramos las puertas a nuevos paradigmas.

  4. El expansionismo yanky, vamos, las paranoias de los talibanes de la izquierda radical que estaban tan de acordes con el expansionismo soviético.

  5. Azurmendiren aburuz. «Irala, [Ramon] Sotarekin batera, Agirre baino lehen iritsi zen AEBetara. New Yorkera joandako ordezkaritzaren idazkaria zen, eta hark hasi zituen OSS [Zerbitzu Estrategikoen Bulegoa, CIAren aurrekaria] eta Estatu Departamentuarekin harremanak. Nahiko goiz lortu zuen bertako nazionalitatea ere. Guztiz sinetsita zegoen amerikarren interesak euskaldunen interesak zirela. Familiakoek ezetz esan arren, nik uste dut AEBetako Estatu Departamentuarentzat lan egin zuela hil arte. Komunismoaren arriskuaz asko teorizatu zuen, Bat bitan banatzen da liburuan, esaterako. Erresistentziaren kontra ere azaldu zen, pentsatzen zuelako Franco boteretik botatzea komunistak boterean jartzea zela».

    Berria (2013-12-15).

  6. JF Azurmendik egiari dio alergia nahiko ezaguna da. Ez dago inongo froga ez susmo dexenterik bere esanetan. AEBko hainbat desklasifikaziotan ez da ezertxo ere ageri. Arzalluz-ek ere bere liburuan horrelako gezurrak ere bota zituen inongo frogarik gabe. Arzalluzek ere egiari dion alergia urteen poderioz oso biluzik agertu da. A ze parea barraskiloa eta barea.

    Euskal Informazio Zerbitzuetan ibilitako hainbat abertzaleren gainean horrelakoak esateak nire ustez eratzuna beharko luke salaketa baten bidez. Eta euskal gizarteak omendu egin beharko lituezke askatasunaren alde borrokan ibilitako herrizale kementsu hauek.

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