Azala / Portada » El nacionalismo fuerista de Jesús Etayo. Una charla en San Sebastián de 1935 (I)

El nacionalismo fuerista de Jesús Etayo. Una charla en San Sebastián de 1935 (I)

Fernando Mikelarena bere blogean

etayoReproducimos en esta entrada el contenido de una conferencia dada por Jesús Etayo Zalduendo el 12 de mayo de 1936 dentro de un cursillo organizado por Euzko Pizkunde en San Sebastián sobre el fuerismo en el siglo XIX, conferencia que fue publicada por el periódico nacionalista «El Día» en el número del día siguiente.

Jesús Etayo Zalduendo (Pamplona 1894-1951) fue periodista, historiador y archivero y periodista. En 1917 fue nombrado director de El Pensamiento Navarro. En 1922 fue designado por la Diputación archivero, así como titular de la Cátedra de Historia de Navarra creada por la Corporación Foral aquel mismo año. Ideológicamente situado dentro del jaimismo vasquista, fue uno de los impulsores de la Alianza Foral, coalición forjada entre jaimistas y nacionalistas en 1921 y 1923 que consiguió buenos resultados en las elecciones a la Diputación de esos dos años, así como en las elecciones municipales en Pamplona en 1922 y en las elecciones legislativas de 1923. Esta coalición incorporó, por primera vez en Navarra, una propuesta programática. Su programa de carácter católico, fuerista y vasquista, además de relativamente popular y progresista, incorporaba medidas concretas de actuación tales como la “organización de la vida pública y tributaria de Navarra en sentido social, adoptando las medidas necesarias para fomentar el bienestar social” e “impulsar la autonomía municipal, crear una Caja de Ahorros provincial y seguros de retiros obreros, ampliar el patrimonio comunal de los pueblos y organizar la política tributaria”.

Tras la ruptura de la coalición, provocada desde las filas carlistas, Etayo participaría en la polémica sobre Amaiur, contrarreplicando, junto con otros autores, al navarrismo españolista de Víctor Pradera. En los años siguientes migraría hacia el nacionalismo, formando parte desde 1923 de la redacción del periódico nacionalista La Voz de Navarra, del que sería director entre 1927. Difundió sus conocimientos históricos en multitud de artículos de prensa. Aunque una recopilación ha recogido el contenido de sus artículos del periodo 1923-1931, parte de su obra está todavía por desvelar. Tras 1936 prosiguió trabajando en el periodismo desde «El Pensamiento Navarro», pero ya sin posibilidad de verter opiniones.

El artículo que recogemos es una síntesis, en parte, de otros artículos que había publicado Etayo en la prensa. A nuestro juicio, constituye un relato ágil, y no obstante pormenorizado, de los momentos nodales de la relación entre Fueros y Constitución en Navarra desde una perspectiva treintaynueveunista. Tenemos que recordar que, aunque que el treintaynueveunismo es una doctrina de larga tradición en Navarra, sobre todo propugnada desde el carlismo y el nacionalismo vasco, Los autores defensores de la misma, con alguna excepción, no han solido ahondar demasiado en los hitos, perspectivas y enfoques a considerar.

Tal y como se puede comprobar, Etayo menciona episodios de ataques al autogobierno navarra como el acaecido en 1780-1781 contra las Cortes navarras, centrándose a continuación en las protestas de la de la Diputación con ocasión de la Constitución de Bayona y en la abolición de facto de la Constitución Histórica navarra por la Constitución de Cádiz, a pesar de los panegíricos a aquélla presentes en su discurso introductorio. Posteriormente repasa situaciones a considerar de Trienio Liberal, del final del reinado de Fernando VII, del año 1834, de la guerra carlista y del periodo 1839-1841. En relación con esto último, saca a colación los folletos del exsíndico Ángel Sagaseta de Ilurdoz, así como de su epígono Ozcáriz, y no se olvida tampoco de nombrar la sublevación de O’Donell de octubre de 1841, apenas mes y medio de la ley de agosto de 1841 que convertía a Navarra en una provincia dotada con una limitada autonomía administrativa y fiscal, en la que los sublevados prometieron la reintegración foral.

Son muy valiosas, asimismo, las referencias de Etayo al radicalismo foralista de liberales como Baztán Goñi o Yanguas Iracheta, de carlistas como Cancio Mena o Ochoa de Zabalegui o de republicanos como Olave, por cuanto son indicativas que los anhelos reintegracionistas podían ser más transversales que lo que en principio puede suponerse. El repaso histórico termina con referencias a la Asociación Eúskara y a la Gamazada, constituyendo todo ello un fresco de las tribulaciones del autogobierno navarro a lo largo de finales del setecientos y de la totalidad del ochocientos digno de ser rememorado. También consideramos como actuales la apelación, con la que se finaliza la conferencia, a que “las masas honradas de Navarra pueden ganarse todavía para el vasquismo pero partiendo del sentimiento foral y cambiando la terminología usual aquí en Guipúzcoa y en Vizcaya, porque son las palabras, el léxico, el vocabulario, más que las esencias lo que se repudia en la capital y en las grandes zonas deseuskerizadas” debiéndose de “hablar en Navarra, del fuero y hay que convencer a las gentes –y es la verdad- de que el fuero conduce necesariamente al patriotismo vasco” ya que “con esta táctica (…) se ganará Navarra para la causa de la patria vasca”.

Y es que a veces conviene echar la mirada bien atrás para darnos cuenta de la modernidad de visiones de ochenta años atrás.

ARTÍCULO SOBRE LA CHARLA DE JESÚS ETAYO PUBLICADO EN EL DÍA DE 13 DE MAYO DE 1936.

[…]

DISERTACIÓN DE DON JESÚS ETAYO

Comienza, después de dirigir frases laudatorias a Pepe Lecaroz –como él lo denomina- lamentándose del olvido en que a veces se les tiene a los fueristas, dignos muchos de ellos de enaltecimiento y recordación, pues la espléndida floración del patriotismo vasco ostensible en aquel apóstol insigne de la Raza vasca –Sabino de Arana y Goiri- tiene sus raíces vigorosas en muchos fueristas de la centuria pasada.

Cree que actualmente hay –a juicio suyo- una nueva terminología en curso más que unas ideas y un espíritu nuevo, aunque no por ello desdeña el valor de esa nueva terminología que ha producido bienes tan múltiples y pingües.

Recuerda seguidamente cómo surgieron los fueristas cuando el régimen foral anunciaba ruina y añade que el fuerista es una reacción ante el contrafuero, pues que el fuerismo no necesitó en aquellos tiempos en que Navarra su régimen y soberanía, aunque, claro está, a lo largo de la historia se cometieron desafueros, sin que se atacara al fuero en su esencia, en su totalidad.

Refiere a continuación los primeros ataques perpetrados a la esencia del régimen foral a mediados del siglos XVIII, con motivo de la denuncia presentada en 1742 por el marqués de Fuetegollano y la confabulación que años más tarde fraguaban el Virrey, el Regente y el Prelado de Pamplona contra las Cortes de Navarra, que al fin –por no haber llegado el documento redactado a su destino- quedó frustrado, afortunadamente.

Aunque parezca paradógico –continúa el señor Etayo- el fuerismo nació en Navarra al mismo tiempo que se exaltó el españolismo, con ocasión de la guerra de la indepencia contra Napoleón.

Al dictarse la constitución de Bayona, cuyas Cortes presidió un navarro, un mal navarro, Miguel José de Azanza, se dijo a Navarra, que por gobernarse este reino separadamente del de Castilla, podían admitir como rey a José Bonaparte y “después que él jurase los fueros”. Sin embargo, la Diputación no transigió sin vivísima protesta con que la Constitución unitaria de Bayona se le impusiera a Navarra, consignándose por fin que los fueros de las provincias Vascongadas y Navarra se examinarían en Cortes para determinar lo que se considerase más convenientemente a las mismas provincias y a la nación.

Cita acto seguido el señor Etayo a la Constitución de Cádiz, dictada poco después de la de Bayona, y en la que los fueros de Navarra, que en el prólogo se exaltaban, quedaban desconocidos y anulados en el articulado.

Reintegrado Fernando VII a España, instaron ante el rey la plena reposición de los fueros de Navarra dos insignes patricios, don Javier y don Joaquín Elio, quienes precisaron insistir una vez más cerca del monarca a fin de que quedara restablecido el régimen foral.

Señala la época en que España se hallaba dividida en realistas y constitucionalistas, participando los navarros en la opinión realista pero encaminándola a la conservación de los fueros.

En cuanto a la política realista primeramente fue un libro del párroco de Ustarroz, don Andrés Martín, y luego el periódico bisemanal “La Gaceta Real de Navarra”, quienes dieron un tono realista general, que mucho mejor que para Navarra se acomodaba a la política de la España castellana, atribuyendo la soberanía legislativa al rey, de modo exclusivo. Don Angel Sagaseta de Ilurdoz, denunció aquella doctrina antiforal, juntamente con la Diputación, que llamó la atención a los redactores del periódico citado, teniendo que cesar en su publicación por no poder conciliarse el fuerismo con el absolutismo.

En 1820 se constituyó en Iruña, al igual que en otras ciudades peninsulares, una “Asociación patriotica” de tipo masónico, integrada por militantes forasteros y arrastrando a algunos elementos del país. En el acto inaugural un ciudadano, don Felipez Alvarez Ulloa manifestó, que los navarros, por sus fueros, vivían separados de la nación española, pero que por la Constitución, quedaban formando parte de “la grande y feliz familia que formara ya para siempre el suelo español”, a lo que contrariamente decía la Diputación, aquel mismo año, que “Castilla y Navarra tenían un mismo rey físico, pero dos distintos reyes legales”. Distinción sutilísima, ciertamente, pero expresiva de la conciencia nacional de Navarra.

(Continuará…)

Partekatu sare sozalietan / Comparte en redes sociales

Gai honetako beste sarrerak / Otras entradas relacionadas

3 comentarios en «El nacionalismo fuerista de Jesús Etayo. Una charla en San Sebastián de 1935 (I)»

  1. muy bien, pero se puede atraer a la juventud a los postulados nacionalistas vascos mediante esas concepciones de antaño? hoy en dia el nacionalismo vascula en torno a 2 parametros diferentes en cuanto al anclaje de la nacion vasa en españa: dentro o fuera. nacionalismo independentista rupturista con españa o nacionalismo estatutario administrativamente dentro de españa. no se puede andar a dia de hoy con discursos de hace un siglo si se quiere atraer a la juventud y al cuidadado de a pie. de hecho solo en contadisimas ocasiones la clase dirigente del PNV acude a esos discursos.

  2. La juventud vasca necesita más cultura nacional vasca. Por eso soy contrario a las apologías a que los jóvenes vascos sean unos catetos que basculen entre concepciones radicales o moderadas, sin saber nada de su propia historia y del carácter de su identidad. Somos un pueblo pequeño y nuestra ventaja respecto a un pueblo extenso como el español será siempre estar mejor preparados e informados que ellos. El PNV también tiene que reforzar su ideología y su tradición política ya que tiene que enfrentarse a los españolistas del PP y a los españolistas revolucionarios que están podridos de referencias extranjeras nefastas con el pretexto de progresismo revolucionario.

  3. Sr Mikelarena,ha escrito Vd varios articulos sobre la represion de los sublevados en Navarra, y ha documentado arengas y escritos incitando al asesinato y a los fusilamientos de socialistas y comunistas y separatistas.

    Parece ser que los carlistas tambien participaron en estas atrocidades, pero lo que me extraña es que Vd, que tanto ha buceado en las hemerotecas, para documentarse, haya obviado o pasado por alto, por ejemplo las instrucciones del Jefe regional de los carlistas de Navarra, JOAQUIN BALEZTENA, el dia 24 de julio, en los que abro comillas da ordenes a los requetes para que FUERA DEL FRENTE, «se opongan a actos de violencia o eviten que aquellos se cometieran»

    Parece ser que no todos le siguieron, tambien tengo que recordarle lo que en julio del 36, en la homilia dijo el obispo de Pamplona el euskaldun bizcaino.

    No quisiera terminar esta aportación, humilde, sin recordarle que Vd no hace tanta alusion a los asesinatos, y violencias causadas por los del frente popular.Le quiero recordar que si hubieran ganado la guerra los de Carrillo e Ibarruri, desde luego los catolicos vascos, lo iban atener bastante negro.

    Saludos.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *