Azala / Portada » Asesinato de tres Jeltzales navarros a orillas del Bidasoa (1)

Asesinato de tres Jeltzales navarros a orillas del Bidasoa (1)

Fernando Mikelarena bere blogean

ParqueMemoriaSartagudaLa celebración el sábado 28 de septiembre de un homenaje por parte del ayuntamiento de Lizarra/Estella a Fortunato de Agirre, alcalde de dicha localidad por el Partido Nacionalista Vasco fusilado en Tajonar el día de San Miguel de 1936, nos ha hecho recordar el asesinato por las mismas fechas de otras tres personas de la misma filiación política y cuya memoria no suele ser recordada. Un día antes que Fortunato de Agirre, el día 28 de septiembre, fueron fusilados en un pinar cercano al puente de Lesaka, pero en término de Etxalar, Pedro María Gorostidi Imaz, Miguel Hualde Gorosterrazu y Juan Bautista Iriarte Azpíroz, los tres vecinos de Ituren.

Pedro María Gorostidi Imaz nacido en San Sebastián en 1896, tenía entonces 40 años. Casado con Victoria (Bittori) Urroz Zubizarreta, sin hijos, era médico de la localidad en la que residía desde 1927. Con anterioridad, tal y como nos informó Jokin Iturria, que conocía la circunstancia, para nosotros desconocida, por su padre, Joxe Iturria, fue médico titular de Lesaka. Hemos confirmado ese dato: en el archivo municipal lesakarra consta que ejerció tal cargo entre febrero de 1922 y finales de 1925, fecha ésta última en que materializó la dimisión que presentó en marzo de aquel mismo año por desavenencias con el otro médico, Diego Olaechea, relacionadas con la asistencia sanitaria que prestaban a la vecindad, y a pesar del apoyo recibido de la mayoría de la junta local de sanidad.

Por otra parte, Gorostidi fue miembro del Napar Buru Batzar en 1933-1934 y en 1934 formó parte de una efímera asamblea regional que duró unos pocos meses a causa de las fuertes tensiones internas registradas en el PNV navarro por la gestión de Jesús Doxanbaratz. Los testimonios orales recabados en Zubieta por Juainas Paul Arzak y otros (en Elkarren artean, Zubieta 1931-1936. Errepublika eta 1936ko gerra Baztan-Bidasoan, 1995) hablan bien a las claras de la intensísima actividad política desplegada por Gorostidi y su cónyuge a favor del nacionalismo vasco, subrayando sobre todo el papel que solía hacer la segunda a través de iniciativas de tipo cultural. A la ascendencia de ambos se debe la constitución de varias juntas locales jeltzales en la zona de Malda Erreka y aledaños, llegando a tener el PNV agrupaciones municipales en Ituren, Zubieta, Saldías, Beintza-Labaien, Elgorriaga y Bertizarana. Asimismo, Emakume Abertzale Batza llegaría a tener agrupación local en Ituren. De cualquier forma, la mejor forma de ponderación del trabajo realizado por Gorostidi y su esposa la tenemos en los resultados electorales por municipios de la zona en las elecciones de 1933 y 1936, elecciones en las que, como es sabido, el PNV presentó lista separada.

En las elecciones de 1933 los peneuvistas lograron unos resultados ciertamente espectaculares en Ituren y Zubieta, arrollando al Bloque de Derechas, precisamente en las elecciones en las que éste se hizo con la hegemonía absoluta en Navarra de la que ya no se desprendería. La candidatura jeltzale conseguiría un tercio más de votos que la derecha en la primera localidad y casi la multiplicó por tres en la segunda. En pueblos adyacentes, donde también actuaría el influjo del matrimonio Gorostidi, como Beintza-Labaien, Doneztebe, Elgorriaga y Ezkurra, el PNV también consiguió resultados dignos. Posteriormente, en las elecciones de 1936, Ituren y Zubieta, así como otros colindantes como Arantza y Elgorriaga, se significaron por ser de los más resistentes al tsunami derechista en el País del Bidasoa y en toda Navarra. No hace falta explicar la inquina que todo ello tuvo que provocar en una derechona ávida de eliminar cualquier obstáculo que se resistiera a su afán de monopolización.

Gorostidi y su esposa trabajaron arduamente no sólo en la divulgación del ideario y del electorado jeltzale, sino también en la de la práctica sindical solidaria (es decir, de ELA/STV) que en aquel entonces se entendía concurrente con aquéllos. Dato significativo de lo que estamos diciendo es el hecho de que en mayo de 1932, según narraban los periódicos nacionalistas Euzkadi y El Día, el matrimonio se comprometiera a donar 15.000 pesetas anuales, el sueldo de varios meses de actividad profesional, al sindicato abertzale del que también eran militantes.

Por lo que respecta a los otros dos fusilados iturendarras, Miguel Hualde Gorosterrazu, soltero de 32 años que vivía con su madre viuda de 60 años Maria Santos Gorosterrazu Hualde, había nacido en Venezuela. De profesión comerciante, ejercía de Depositario en el ayuntamiento. Por su parte, Juan Bautista Iriarte Azpíroz, soltero de 26 años, nacido en Argentina, residía con su madre viuda de 56 años, Dionisia Azpíroz Galain, y tres hermanos más jóvenes: Graciosa, de 24 años, Francisco de 22 y Rosario de 17, todos solteros. Maestro que había terminado sus estudios hacía poco tiempo, había ejercido únicamente en Arraitz, donde se hospedaba en la Venta Juan Simón, tal y como nos ha recordado una antigua exalumna. No deja de ser llamativa, por si pudiera haber influído en su detención y asesinato, la circunstancia de que residiera en la misma casa en la que vivía Pedro Gorostidi, en otra vivienda.

Pedro Gorostidi y Miguel Hualde fueron destituídos de sus cargos, de médico y depositario respectivamente, el día 14 de agosto de 1936. Ese día, el alcalde de Ituren, notificaba mediante oficio a Gorostidi que a las 16 horas del día 13 se había personado en la alcaldía “el Señor Comandante del puesto de la Guardia Civil de Sumbilla, quien en cumplimiento de orden del Excmo. Sr. Gobernador Civil de esta provincia”, había procedido “a la destitución de V. como Médico titular”. En el mismo oficio se requería a Gorostidi para que firmara el duplicado, tal y como lo hizo con su firma. Una carta de César Aguirre Vértiz, médico de Santesteban, al alcalde de Ituren fechada el mismo día de 14 de agosto de 1936 decía: “Acuso recibo de un oficio de día de hoy en el que me comunica la destitución del médito titular Don Pedro Maria de Gorostidi y solicita mi servicio para evitar quede desatendido; debiendo manifestarle que, como en casos análogos, estoy dispuesto a prestarlo conforme a lo que en el citado oficio se indica”. Otro oficio remitido a un hermano de Miguel Hualde aquella misma jornada le solicitaba que, “en virtud de la destitución del cargo de Depositario de este Ayuntamiento, que en presencia de V. comunicó a esta Alcaldía el Señor Comandante del puesto de la Guardia Civil de Sumbilla”, presentara las cuentas municipales “con la urgencia posible”, tal y como había acordado el mismo ayuntamiento.

Aquellos días fueron aciagos en el país del Bidasoa. Dos días antes habían sido detenidos en Bera los dos médicos titulares de la localidad, Vicente Unzalu y José Ochoteco, junto con otros dos vecinos de la misma. El motivo, según decía la prensa, su “conducta muy sospechosa” y “por su convivencia [sic] con el enemigo y el segundo además por haberse negado, pretextando una indisposición, la asistencia a un guardia civil”. Vicente Unzalu, de ideario socialista, salvaría su vida de milagro después de pasar tres larguísimos meses en el Fuerte de San Cristóbal. Tras pasar pena de destierro volvería a ejercer a partir de 1940 en Bera, donde residiría hasta su fallecimiento a finales de los años setenta. El anecdotario cuenta que sobreseyó, desde su puesto de encargado de la sanidad pública local, un caso de intoxicación masiva en la localidad provocado por un error en un compuesto alimenticio producido por la empresa de uno de los que le denunciaron. Desde estas líneas queremos llamar la atención sobre la circunstancia de que del archivo local del pueblo ha desaparecido el primer expediente que se le formó en 1936, conservándose solamente el segundo, instruído en 1940, una pérdida documental ciertamente relevante.

Por lo que respecta a Ochoteco, es de dominio público que fue el médico que acompañó a Pío Baroja, junto con un policía destinado en la aduana de Bera, en el viaje a Almándoz para ver a las tropas que venían por Belate y que terminaría de forma brusca en Santesteban donde los tres fueron detenidos y encarcelados en los calabozos del ayuntamiento de esa localidad. El episodio, recreado de diferentes formas por quienes se han ocupado del tema, entre ellos dos de sus protagonistas, el propio Baroja y el propio Ochoteco, ha dado lugar, como es sabido, a una controversia notable acerca quienes mediaron en el asunto, templando las iras de los voluntarios requetés, para que no pasara a mayores,. De cualquier forma, tras su segunda detención en veinte días, Ochoteco abandonaría Bera tras ser puesto en libertad en Pamplona. Cabe añadir, asimismo, que otro médico de la zona también sería afectado por los sucesos que estamos comentando. Según recuerda Eduardo Gil Bera, al ya mencionado César Aguirre, médico de Doneztebe/Santesteban, que alojó en su casa a Baroja y a Ochoteco, lo denunciaría “el veterinario Albistur [también de la misma localidad] por hospedar desafectos al Alzamiento [refiriéndose a Baroja y Ochoteco] y serlo él mismo, porque era considerado <<cáscara verde>>, que era como llamaban a los indiferentes en religión. José Meoqui, el cura de Lecároz, intervino a su favor”. El mencionado Albistur, originario de Lesaka, estaba casado con una hermana del también lesakarra, y subdirector de Diario de Navarra (y responsable de la Delegación de Prensa de los carlistas en la guerra) Eladio Esparza, de quien ya hemos hablado con anterioridad en este blog acerca de sus responsabilidades en la conspiración y la represión franquistas en Navarra y también estaba emparentado con la mujer del más arriba citado Diego Olaechea. (Continuara)

Partekatu sare sozalietan / Comparte en redes sociales

Gai honetako beste sarrerak / Otras entradas relacionadas

5 comentarios en «Asesinato de tres Jeltzales navarros a orillas del Bidasoa (1)»

  1. El veterinario de Lesaka podría ser Candido Albistur Iturria, casado con Clementina Esparza:

    » Nacido en Lesaka en 1872, Cándido Albistur Iturria comenzó a los seis años a recibir clases de solfeo de Francisco Viela, y con doce ingresó en la Banda. Veterinario de profesión, entre 1914 y 1917 habÍa dirigido la Banda de Recreo de Elizondo. También compuso abundantes partituras. Lesakako Oroipenak, recopilación y adaptación para banda de las danzas de su localidad natal, está considerada como su obra maestra.

    Según se indica en un interesante artículo biográfico escrito por los nietos de Albistur, de los veinte integrantes que tenía la Banda cuando asumió la dirección, sólo cinco contaban con una cierta formación musical, mientras que el resto tocaba de oído. En aquella época actuaba dos domingos al mes en el kiosco de la plaza, mientras que los txistularis lo hacían los otros dos.

    Esta fue una etapa de fuerte actividad. El Ayuntamiento aprobó el reglamento para el encargado de la Academia y también dotó de una bandera a la Banda, que por aquel entonces actuaba ya en otros lugares de Navarra y Guipúzcoa. Por ejemplo, en 1919 y ante la invitación realizada por Ricardo Baroja al Ayuntamiento, participó, junto con las bandas de Hondarribia e Irún, en la inauguración del monumento a Fermín Leguía, en Bera.

    El año 1931, tras la proclamación de la República, el alcalde ordenó la interpretación del Himno de Riego en todas las intervenciones. Albistur, que era carlista, al no llegar a un acuerdo con el Ayuntamiento y entendiendo que con ello se dañaría la buena relación entre los músicos, presentó su dimisión. Parece que, por discreción, se le quiso dar otra apariencia al hecho. »

    http://sede.lesaka.net/es/lugarygente/organizaciones/culturales/object.aspx?o=6858

  2. Mikelarena,no se si es bueno destapar la historia, nos llevariamos mutxas sorpresas.No todos los carlistas eran txibatos y asesinos, ke pensara Vd de los mozos de los caserios de Leiza que apoyaron la rebelion voluntariamente.Ke pensara vd de los estalinistas, ke apoyaban a Aguirre.

    No sea tan partidista, tan parcial.

    Saludos.

  3. Ke yo sepa nadie obligo a los baserritarras de navarra a sublebarse contra la corrupta republica, ni a asaltar el cinturon de hierro, en donde habia mas esukaldunes atacando que defendiendo, el referido cinturon, hasta los planos,el euskaldun se los dio al asaltante, porqué.

    A cuantos hubieran fusilado los coaligados de Aguirre, si hubieran vencido.Tengo leido ke impusieron un autentico terror, ejemplo Madrid y Barcelona.

    Asesinos y fanaticos los habia en todas partes,y buenas personas, lea a Arteche, que tambien cambio de bando.

    Saludos

  4. Este Arrano es ecuménico, excusa a los etarras y a los fascistas del 36. Bueno, algunos hablan del «derecho a matar»…

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *