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Manuel de Irujo (15): Instituciones cooperativas y de previsión

Ion Gaztañaga

Terminamos la etapa de las instituciones económicas y también de las Instituciones descritas por Manuel de Irujo en su obra Instituciones Jurídicas Vascas, entrando en unas instituciones bien conocidas actualmente por los vascos: las instituciones cooperativas y de previsión.

La obra de Irujo, publicada en 1945, los años en los que el padre Arizmendiarreta daba sus primeros pasos y por tanto, mucho antes de que floreciera la obra de Mondragón, nos permite descubrir las formas cooperativas históricas de los vascos, como no podía ser de otra manera, en actividades como la pesca o la agricultura. Aquí reafirma Irujo la necesidad que tuvieron los vascos, después de la pérdida de la capacidad legislativa foral, de evitar los límites de las leyes españolas y su inspiración de derecho romano, en filosofía contrapuesta con el derecho pirenaico del que se nutrieron las instituciones jurídicas vascas.

Mientras la necesidad de la economía de escala tomaba el camino de los grandes latifundios en algunas culturas, la de los grandes propietarios y las terribles desigualdades que creaba, la tradición vasca opta por la cooperación de los pequeños propietarios, por la intervención de los municipios que tenían una amplísima autonomía y también por la ayuda de la Diputación. Esta función social y cooperativa, era apoyada e impulsada en muchos casos por sacerdotes y hombres de fe, en su firme creencia y comunión entre la obra religiosa y la social, cuyo ejemplo más actual podemos encontrar en lo que después hiciera el padre Arizmendiarreta en Mondragón. Terminemos pues, con estas palabras de Irujo, nuestro viaje por las instituciones jurídicas que tantas enseñanzas pueden darnos para aplicarlos a nuestras modernas instituciones:

El movimiento cooperativo (…) constituye hoy una preocupación de primer término para cuantos animan inquietudes demócratas socia­les. ¿Cuál es la posición vasca en este aspecto de la actividad humana? Las más antiguas cooperativas establecidas en Euzkadi (…) son las pesqueras. (…) Estas insti­tuciones alentaron las empresas de pesca de gran al­tura que llevaron a los vascos, tras los noruegos, al golfo de San Lorenzo y a las costas de Terranova y La­brador (…).

En el tradicional régimen social del trabajador del mar en Euzkadi, no existe el clásico jornal. Me refiero a los pescadores de bajura (…). Las embarcaciones son por lo general propiedad de los propios pescadores, (…) de varios tripulantes. La aspiración de los tos­tartekos, simples pescadores sin participación en la empresa, es adquirirla, y a ese empeño dedican sus primeras ganancias. (…). La liquidación de los beneficios suele hacerse de ordinario repartiendo la mitad de los obtenidos (…) al capital, y la otra mitad, por partes iguales entre todos los miembros de la dota­ción (…). Entre las partidas de cargo figura siempre la cuota que cada embarcación entre­ga por tripulante y pesca a su cofradía, con cuyos fon­dos se hacen préstamos (…) y son abonados acci­dentes del trabajo, gastos de enfermedad, y seguro por paro. (…).

«El que es dueño del suelo lo es hasta el cielo», afirma el principio de propiedad romano, trasladado (…) a todos los códigos civiles modernos. Los pastos producidos espontáneamente en una tierra (…), pertenecen por ello al propietario del fundo. (…) Así sucede que, los pastos de una fin­ca pequeña, de ordinario se pierden, porque para su aprovechamiento racional, son precisas grandes ex­tensiones de terreno. Para salir al paso de este incon­veniente, los Ayuntamientos de la Ribera de Navarra tienen establecida por costumbre la tesis opuesta a la romana. Los pastos de las fincas particulares (…) se reputan incorporados a los del terreno comunal. Así, el municipio, distribu­ye su jurisdicción en grandes términos o “corralizas”, cuyos pastos explota directamente por administra­ción manteniendo sobre ellos los rebaños con que se nutre la carnicería municipalizada, o saca a pública li­citación para ser puestos en arriendo al mejor postor (…). En virtud de la anómala si­tuación jurídica a que el país vive sometido (…) se han dado casos (…) en los que, los propietarios de los fun­dos acudieron a los Tribunales y éstos les atribuye­ron en sus fallos los derechos establecidos en la letra de la ley, inspirada en el derecho romano.

Para prevenir contingencias de esta naturaleza, los Ayunta­mientos (…) suelen anunciar de manera oficial que, se presumen cedidos al común de vecinos los pastos que crezcan en tierras cuyo titular registrado no haya hecho expresa reserva de los mismos en el tiempo que el edicto fija. Sola­mente en casos esporádicos se hizo uso de la mentada reserva; y aun para tales oportunidades, la Diputa­ción apoyó el acuerdo municipal estableciendo compensaciones a favor de los cedentes. Apena el pensar que la ley y los tribunales puedan ser utilizados para dificultar a un pueblo el avance ponderado y ecuáni­me hacia estados sociales más justos y convenientes. (…) A esta realidad conduce la situación jurídica creada con la derogación de los Fueros Vascos. Porque la ley es buena cuando se tra­ta de proteger al legítimo propietario contra un la­drón, pero deja de serlo cuando (…) la sociedad, con arreglo a las costumbres del país, no puede hacer dejación de una función de tipo social que so­bre la tierra le compete. (…)

Merece cita una institu­ción de seguro social. La Diputación de Guipúzcoa in­tentó crear el seguro contra incendios de los bosques, con el fin de darle contenido social (…). La carencia de facultades de orden le­gal llevó al fracaso el noble empeño. La Diputación de Navarra ha tenido mayor éxito (…) con su Caja de Seguros contra el pedrisco. No ha podido dotarle del carácter público (…) pero vive en competencia con las sociedades de seguros priva­das, y en régimen de tipo cooperativo.

Voy a referir una anécdota viva(…). En un pequeño concejo del valle de Yerri, llamado Murugarren, al ser invitados los vecinos a suscribir las pólizas de seguro, dos de ellos se negaron a hacerlo, sin que las reflexiones que les hizo de manera singular el cura párroco, muy afec­to a todas las instituciones de carácter social, produ­jeran mella en su cerebro. Así continuaron dos años. Al tercero cayó un pedrisco que destruyó la cose­cha de cereales. Los dos volterianos vecinos (…) observaron con sorpresa que los peritos de la Caja de Seguro justipreciaban las cose­chas de sus heredades, y llegaron al asombro cuan­do (…) como los demás, fueron invitados a firmar (…) las evaluaciones periciales. El cura párroco, sin que ellos lo sospecharan, había suscrito las pólizas de se­guro de los tres años y satisfecho de su peculio la pri­ma correspondiente. (…)

El enemigo número uno de esos avances es hoy en Euzkadi la ley. Bastaría para llegar a esta conclu­sión el recuerdo de la institución social de las ocho horas de jornada diaria y siete tratándose de trabajos fuertes, vigente en Navarra en el siglo XV y que apa­rece en las Ordenanzas de Tudela impresas en el primer tercio del siglo XVI, afirmándose en su texto el carácter social del precepto y las penas en que incu­rrían sus infractores.

En otro orden de cosas, las Cajas de Ahorros, los Montes de Piedad, el seguro obrero y las restantes instituciones creadas por el Estado, han sido aplica­das en Euzkadi con eficacia que puede traducirse en varios múltiplos con relación a la obtenida en las provincias de régimen común.

La publicación del Plan Beveridge trajo a mi men­te el recuerdo de algunas peculiaridades de la vida social vasca en materia de beneficencia y sanidad. (…) El proyecto británico (…), aparece revestido de (…) que justamente han sido estimadas por la opinión pública (…). Mas, la verdad es que, algo de lo que ese plan proyecta, lo vienen prac­ticando ya los municipios navarros (…).

La sanidad pública cuenta para su servicio al mé­dico titular, pagado con fondos del presupuesto mu­nicipal. Los Ayuntamientos poseen la facultad de municipalizar además los servicios de asistencia pri­vada, satisfaciendo por ellos una determinada suma al facultativo y percibiendo el importe de ésta por re­parto vecinal, modulado en proporción a la riqueza (…). La mayor parte de los pueblos navarros ha muni­cipalizado sus servicios médicos. (…). Se cubre pues el servicio social, sin que desaparezca el libre cauce a la opción y a la iniciativa privada (…).A nadie le parecerá desatinado (…) que Euzkadi, en el disfrute de sus facultades legislativas, sabría mejorar supe­rando la obra meritísima que (…) realizan sus municipios. (…)

Las cooperativas e insti­tuciones de acción social agraria, han adquirido en todo el país (…) gran importancia. Las asociaciones obreras iniciaron una muy laudable campaña en favor del movimiento cooperativo. Se distinguió en ella STV, el sindicato obrero de mayor afilia­ción, afecto a la democracia cristiana. Los hábitos establecidos en las poblaciones industriales de mayor tradición, alientan hacia formas cooperativas en el futuro. Eibar, por ejem­plo, casi puede afirmarse que es ya una inmensa coo­perativa. (…) La producción se encuentra (…) tan ceñida a la vida individual, familiar y so­cial, que ese nexo es ya de por sí una base de coopera­ción, reflejada en las instituciones complementarias de ella nacidas, cómo la Escuela de Armería, modelo en su especie y cuyo funcionamiento responde a un contenido social pleno.

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6 comentarios en «Manuel de Irujo (15): Instituciones cooperativas y de previsión»

  1. Ion,

    Es francamente tremendo lo mucho que pudo trabajar por la nación vasca una persona como es el caso de D. Manuel Irujo.

    Es de agradecer el trabajo que estás desarrollando porque me temo que es mucha la gente que no conoce mucho de nuestros antecesores, precursores, forjadores de los valores del pueblo vasco y su capacidad de gobernar, desarrollar y dar sentido a las obligaciones en general y al trabajo en particular, siempre desde la libertad y en solidaridad con los demás.

    Tal vez hoy no, pero sin duda alguna estoy convencido que las generaciones de jovenes presentes y futuras en algún momento, se van a interesar (por no decir preocupar) en entrar a fondo en las tripas de tantos personajes de aquella época y lo mucho que hicieron para que (a pesar de los contínuos ataques que hemos sufrido) sigamos siendo un pueblo admirado en los «tres mundos».

    Zorionak, bihotzetik, eskaintzen duzun lanagatik!

  2. Articulo muy interesante. Es una pena que el abertzalismo tradicional se olvide de estos temas,criticos para el futuro de nuestro pais. Dependientes todavia de un estado que vive inmerso en una crisis economica sin precedentes, con un gobierno vasco que supone una amenaza para todo lo bueno que se ha construido estos aÑos y un MLNV que ve que puede ser factible su proyecto chavista en el medio plazo, se hace indispensable recordar y reivindicar las señas de identidad que nos han llevado a sobrevivir como pueblo durante siglos. De perderlas, dificilmente las podremos recuperar.
    Por cierto echo de menos algun articulo sobre la situacion economica de Euzkadi en relacion a la de España. La situacion economica es de una gravedad extrema por la falta de planificacion, vision cortoplacista y cultura del pelotazo que tiene el pueblo espaÑol. En Euzkadi hemos demostrado que las cosas se pueden hacer de otra manera de acuerdo a nuestra idiosincracia mas alineados con centroeuropa ademas. De no soltar amarras con España la marea nos arrastrara y el tiempo se nos agota.Euzkadi merece con sus datos macroeconomicos ser intervenida por Europa?pues de seguir asi lo seremos de manera subsidiaria. Agur en JEL.

  3. JELen agur

    Muy interesante.
    Aquí residen algunas de las claves del nuevo paradigma socio-económico sobre el que se debe construir el futuro: la productividad y la solidaridad. Sin que sea uno superior a otro y sin que haya que sacrificar uno para desarrollar el otro.
    La descripción de la tradición cooperativista vasca puede cumplir sobradamente con estos objetivos y son los gestores públicos nacionalistas y los partidos nacionalistas el motor de las iniciativas en esa dirección.
    Yo creo que el pueblo responderá con holgura este tipo de iniciativas.

  4. Viene al pelo de esta reflexión de Irujo, para reflexionar, también unido a su anterior artículo sobre los comunales, sobre «la función social» de los comunales modernos y las cooperativas y cajas.

    He oido muy poca reflexión sobre el proceso de fusión de las cajas y su función social. Simplemente hay una bancarización, nos dicen que es la única forma de garantizar su función social, pero poco convencimiento. Sin embargo, desde la parte contraria, se critica la bancarización pero no hay proyecto ni alternativa positiva.

    La función social de las instituciones vascas, que sean económicamente rentables pero a la vez cumplan su función social. De la misma forma que las corralizas garantizaban una gesión agraria de una economía de escala suficiente frente a cientos de pequeños huertos, a cada a propietario se le debe pagar por lo que tiene y el esfuerzo debe valorarse.

    Los diez Principios Básicos Cooperativos de Arizmendiarreta hablaban, y así lo manifestaban muchos nacionalistas como fue el caso de Agirre, Irujo, Irala y otros, (no en vano Arizmendiarreta había formado parte del Ejército vasco, en la sección de prensa como redactor de Eguna y Gudari) de la «Soberanía del Trabajo, Carácter instrumental y subordinado del Capital, Participación en la Gestión, Solidaridad Retributiva, Transformación Social.

    ¿Dónde queda la supremacía del trabajo frente a la especulación en las nuevas cajas? ¿Qué pasa con todas esas inversiones especulativas que se han hecho y que han fomentado la burbuja, cómo se va a evitar eso?

    Arizmendiarreta hablaba de que «para nosotros nunca será el trabajo un castigo y el ocio una bendición del cielo y, por tanto, la riqueza el camino por donde se llega propiamente al paraíso humano. Para nosotros el trabajo es la contribución humana al plan y designios divinos para ir transformando y mejorando un mundo que, si bien no llegará a paraíso terrenal, sí debe aspirar a ser más confortable que lo que es hoy día».

    Una frase para reflexionar seriamente, releyendo de nuevo este gran artículo sobre el pensamiento de Irujo y las instituciones económicas vascas.

  5. De este tipo de supremacia del trabajo no kieren hablar los boltxes, k le tienen 1 tirria a Arizmendiarreta k no veas. Hay 1 totxo de Gil de San Vicente k es 1 poema sobre el tema:

    http://www.rebelion.org/noticia.php?id=121970

    Yo kreo k es xk komo Irujo, Arizmendiarreta pensaba k: “Construir el cooperativismo no es ir en contra del capitalismo, sino que cuando el sistema capitalista no es útil, el cooperativismo debe superarlo y con esta finalidad debe asimilar sus métodos y dinamismo».

    Esta peña se kree k xa k haya justicia hay k anikilar al otro, k en el mundo aktual la peña no vive obsesionada kon el proletario kontra el gran kapital, ya lo decia tambien Arizmendiarreta: «Vivimos en el seno de una comunidad y de un pueblo de hombres y no de proletarios.»

    Klaro k esto les kausa 1 eskozor a los boltxes k no veas, eskozor k no les deben kausar la bandera apañola de la dipu y del ayuntamiento donostiarra, k despues d darnos la murga y llamarnos apañoles, resulta k estan enkanta2 kon la preeminencia de la rojigualda. Asi k… 1 saludo en JEL a todos.

  6. Vamos Igo, que el tiempo pone a cada uno en su sitio.

    Efectivamente la ciudad de la Bella de Easo se merece una manifa todos los días de 20.000 ciudadanos EXIGIENDO a los españolistas de BILDU que arranquen la bandera apañola que tanto les «molestaba» aparentemente y que tanto explotaron para calentar los motores de la confrontacón con los que gobernaban otrora, ya fuere el PSE o PNV o EA.

    Pero está bien, que la gente les vea el plumero.

    Aio,

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